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CAMILA
Esto se hizo más difícil con las horas, Kilian se resistía a dormir. El motivo fácil: no quería tomar el vuelo mañana de regreso a casa. A la vez este motivo tenía sus razones: 1 que no quería que su Lolo se quedará aquí, 2 que no quería regresar al colegio y 3 que estaba completamente enamorado de la ciudad. A esas razones principales se le sumaba Marcus y los padres de Lauren, quienes tampoco querían que Kilian se fuera, además de mi claro. La relación que formamos en tan solo una semana era suficiente como para tener la confianza de decirles que tampoco queríamos hacerlo.
-Mi amor, anda debes dormir para mañana, tenemos que estar a primera hora en el aeropuerto.
-No quiero.
Dijo mi hijo a punto de derramar algunas lágrimas. Sentados sobre la orilla de la cama, Ki colgaba sus piernas sin tocar el piso.
-Pero debemos hacerlo, de todas formas estaremos aquí pronto.
-Pero no quiero irme mamá.
-Ya lo se, yo tampoco y menos sin Lau, pero debemos entender que ella se queda por trabajo y que en unas semanas estaremos de regreso.
Esta vez Ki comenzó a llorar, con inquietud se limpió las lágrimas para que yo no lo viera. Lauren entró a la habitación, tenía puesta ya su pijama y me miró con pena, sostuve a Ki en mis brazos para consolarlo. Con cuidado se sentó del otro lado de Ki y acarició su cabello.
-Ki no te pongas triste por que luego yo estaré igual, cariño nos veremos muy pronto y te prometo que vendrán a Vancouver cada que quieras, pero no llores.
Mi hijo se sentó de nuevo limpiando sus mejillas y miró a Lauren para lanzarse a sus brazos.
-Te quiero mucho Lolo.
La miré, Lauren se abrazo a el con fuerza y me dió una gran sonrisa.
-Yo te quiero mucho también cariño y yo se que nos vamos a extrañar pero nos reuniremos pronto, ya verás que se pasan rápido los días.
-¿Mis abuelos no vendrán mañana al aeropuerto?
Me reí nerviosa, Ki comenzó a llamarlos abuelos al tercer día que los conoció, solo recuerdo haber sentido un rubor extenderse en mi cara cuando les dijo así por primera vez.
-No Ki, es muy temprano pero van a estar ahí cuando regreses.
Asintió mucho mejor. -Ahora a dormir bebé. Se dieron un beso en la mejilla. Entre dientes y como susurró dijo. -Anda a dormir que todavía me falta despedir a tu madre. Lo cobijo hasta el cuello y me permitió darle un beso en la frente.
-Descansa mi amor.
-Hasta mañana mamá, también te quiero a ti.
Los tres comenzamos a reír.
-Yo te amo demasiado bobo. Le dije.
Justo al apagar las luces y cerrar la puerta de su habitación, sentí los brazos de Lauren envolverme por la espalda.
Besó mi cuello con suavidad y segundos después sentí que me levantaba del piso llevándome a la habitación. Entre risas y mi resistencia llegamos a la cama.
-Bien, ahora no se que hacer primero. Su dedo índice golpeaba su mejilla a modo de semejar que estaba tomando una decisión importante. -¿Tu que dices? ¿Me despido de ti o de aquí primero? Dijo juguetona tocando mi entrepierna sobre la pijama.
Mis mejillas se ruborizaron como siempre.
-Dios, no digas eso.
-Me encanta ver tus mejillas así. Susurró junto a mi oído. Por supuesto su cuerpo aplastaba el mío sobre la cama.
-Bien serás tu primero.
Tomó mis labios sin demora, estaba desesperada y lo único que pude hacer fue entregarme al apasionado beso. Un gemido salió de mis labios sin impedirlo y se escuchó demasiado fuerte.
Mis brazos se tensaron sobre su espalda cuando fui consciente.
-Lau. Pedí. -Lau. La empujé por los brazos para que dejará de besarme.
-mmmm. Lamía mi labio inferior entretenida.
-La puerta. Dije con voz débil.
De un saltó salió de mi cuerpo y corrió a la puerta para bloquearla.
Cuando regresó a la cama ya había arrojado su pijama a alguna parte de la habitación y yo trataba de retirar la mía.
Se escuchó su risa cuando de forma torpe quedé atrapada en mi ropa, no podía sacarla por mi cabeza.
-Lauren. Le reclamé.
-Esta bien te ayudaré.
Con cuidado saco mi ropa, sus manos rodearon mi espalda y quitó mi sosten.
Sus labios fueron directo a mis pechos, me recosté en la cama para poder hacer la tarea más fácil. Lamía con decisión mis pezones mientras yo quitaba el resto de su ropa.
-Te voy a extrañar estos días amor.
Lau tomó uno de mis pechos para apretarlo.
-Yo también. Susurré.
Metiendo su mano en mi entrepierna hizo a un lado mi ropa interior para tocarme.
Especialmente esa área que lo necesitaba tanto. Me sentía húmeda y realmente excitada. Sus dedos jugaron un rato con mi entrada hasta que entro en mi, tres de ellos luchaban en resistencia para hacerme llegar.
La fricción de su cuerpo sobre el mío y sus dedos penetrando mi cuerpo me hacían temblar, suspirar y gritar cuando finalmente llegue al orgasmo.
Besó hasta cansarse mis labios y cuando quise tocarla ella me aparto.
-Yo llego si tu llegas.
-Pero quiero hacerlo bien. Le dije con un puchero y abrazándome a su cuerpo.
Su sonrisa me hizo enloquecer.
-Me encanta que lo hagas pero ya es tarde y debes dormir, lo único que deseo ahora es besarte y sentirte dormir junto a mi toda la noche y además desnuda.
Declaró divertida.
Se acostó a mi lado y luego con cariño me hizo darle la espalda.
Su brazo de inmediato rodeó mi cintura para acercarme a ella, beso mi espalda y se quedó en silencio.
-Duerme. Ordenó.
-No puedo, no quiero dormir.
-Venga Cami.
-No quiero, mañana nos vamos a ir.
Para ese momento estaba actuando igual que Ki, no quería dormir, solo quería estar así por siempre.
-Venga bebé, se pasará rápido el tiempo y estaremos así muchos días.
-Aún no se que deba hacer con mi trabajo Lau. Le dije preocupada por la situación después de la cirugía.
-Te parece que lo hablemos otro día, yo te llamaré a diario te lo prometo y así tendrías más tiempo para pensarlo, si quieres solo visitarme los fines de semana después de la cirugía o dejar tu trabajo, no quiero influir mucho en tu decisión cariño.
Asentí aún con inseguridad.
Su respiración se hizo más lenta después de algunos minutos demostrando que ya estaba dormida, yo pasé casi dos horas sin poder conciliar el sueño me sentía insegura con la decisión pero no la quería preocupar.

Lo que no se ve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora