CAMILA
Mi padre interrumpió la conversación que tenia con Sofía. Explicar con detalles como fue la propuesta de matrimonio era demasiado incómodo e íntimo así que opte por contar todo a prisa y sin dar demasiados detalles.
-¿Puedo hablar contigo hija?
Su tono de voz era de preocupación, miré un poco asustada a mi hermana buscando una respuesta a su actitud. Como simple gesto solo se encogió de hombros.
-Los dejaré para que hablen.
Sus pasos resonaron en el pasillo hacía la cocina, donde mamá preparaba un pastel, el motivo, nuestro compromiso oficial.
Lauren tenía ya varios minutos recostada en el sofá de la sala. Había sentido cansancio después de pasar la mayoría del día fuera de casa.
-¿Que ocurre papá?
Se sentó en la cama de mi hermana a mi lado.
-Es sobre tu próximo matrimonio Camila. Se formó un nudo en mi garganta. Lo primero que vino a mi mente era que se oponía o quizás no estaba de acuerdo con ello.
-Papá. Dije con voz débil.
-No Camila, no pongas esa cara, solo que debes pensar bien lo que vas a hacer.
-Estoy bastante segura.
Quise salir de la habitación pero me detuvo.
-¿Estas embarazada verdad?
Soltó. Dejé de intentar huir y lo miré enfadada ¿De que iba esto? Minutos después de tener una pelea de miradas. Sofía apareció de nuevo riendo a carcajadas.
-Bien hecho papá, dame esos cinco.
Ambos se saludaron de una forma extraña y me miraron divertidos y una sonrisa amplia.
-Eres tan ingenua hermanita, que hasta yo parezco lo mayor.
Decidí fingir estar enfada y negué.
-No puedo creer que jueguen con algo tan importante para mi, y mucho menos lo creí de ti papá.
Salí aguantando una risa. Mi hermana y mi padre aguardaron en la habitación confundidos.
En la sala Lauren permanecía recostada y con su cabeza apoyada en el reposabrazos, al llegar hasta ella me incliné para besar su cien. Respondió con una sonrisa encantadora.
-¿Como estás? Pregunté.
-Ahora mejor, todo va mejor al tenerte cerca mi amor.
Buscó con su mano derecha la parte posterior de mi cuello, al localizarlo no dudo en acercarme y darme un dulce beso. -Tu aroma puedo detectarlo cuando estás cerca. Susurró en medio del beso.
Sin mucho más que hacer me acomodé junto a ella. Su cabeza ahora reposaba en mis muslos.
Mientras la miraba tan tranquila y en paz, pude acariciar su cabello y sus mejillas. La amaba tanto, que cada vez que la miraba así de cerca mi corazón se aceleraba. No podía mantener mis manos lejos de ella.
Me reí cuando se quedó por fin dormida. De sus labios salía un pequeño ruido y su respiración era lenta.
Justo cuando quise mirar hacía su pecho apareció Kilian.
-¿Mamá?
Al percatarse de que Lauren dormía bajo el tono de su voz.
-¿Donde estabas?
-Hablaba con la abuela en la cocina ¿Otra vez duerme? Dijo divertido al mirar a Lauren. -Parece una bebé.
-Solo esta cansada cariño.
A tan solo una semana de retirar el parche de su ojo y conocer si la cirugía había sido un éxito, Lauren trataba de lidiar con la ansiedad de varias formas.
Una de ellas era hacer el amor durante las noches y dormir casi todo el día. Era gracioso pero a la vez bastante agotador para mi. Nunca acostumbrada a dormir durante la tarde así que solo sobrevivia al día con tazas de café.
Kilian colocó la televisión así que aproveché para recargar un poco mi cabeza.
Cuando desperté Kilian aún estaba sin parpadear viendo algún programa y Lauren dormía profundamente.
-Mila, vayan a recostarse en tu habitación. Mi madre susurró cerca.
Lauren se removió en mi regazo. Poco a poco abrió su ojo.
-¿Camila?
Acaricié su mejilla.
-Hola dormilona.
Con cuidado logró sentarse y localizó mi mano para apretarla fuerte.
-No puedo ver nada.
Declaró. Mi madre se acercó un poco a donde estabamos y Kilian bajó el volumen de la televisión atento a lo que decía Lauren. Una lágrima corrió por su mejilla.
-No veo nada Camila.
Dijo desesperada. Con un sollozo corto agachó la cabeza.
Mi corazón se había disparado y no sabía que hacer, o que decir, se suponía que la pérdida de visión no debía ser tan drástico. Seguramente se trataba de algo momentáneo, aún así nunca había pasado. Siempre le molestaba mirar después de un día de mucho esfuerzo pero llevaba casi tres horas durmiendo.
Con cuidado tomé sus mejillas.
-Lauren, por favor guarda la calma.
Negó casi enfadada e intentó pararse.
Mi madre me miró preocupada igual que Kilian.
Sus lágrimas brillaban sobre su mejilla, y me hizo preocuparme mucho, más, no debía llorar, su otro ojo se recuperaba de una cirugía, sabía que no le hacía bien.
Cuando se soltó de mi se dejó caer de nuevo en el sofá.
-¿Lauren?
Mi madre intentó hablar con ella pero se negaba, no hacía otra cosa más que ocultar su cara entre sus manos.
Kilian me abrazó por los hombros.
-¿Lauren? Preguntó de nuevo acariciando su cabello.
Le indiqué a los presentes que me dejarán sola con ella.
Minutos después mi hermana se había llevado a mi hijo al parque y mi madre desistió llendo a con mi padre quizá a comentar lo que sucedía.
-Mi amor, venga no puedes simplemente abandonarte, estoy aquí lo sabes. Mi voz era débil, yo me sentía igual de triste y frustrada que ella.
-Lau, ven aquí, ya no llores.
Lauren se abrazó a mi cintura, metió su cabeza en mi cuello. Su cuerpo se sacudía por los sollozos.
Estaba tan vulnerable, levanté su cara para limpiar las lágrimas.
No sabía que hacer así que hice lo único que mi corazón me dijo.
Uní mis labios con lo de ella, solo un rocé, el suficiente como para que ella me respondiera, estaba insegura al inicio pero luego se dejó llevar.
Besaba mis labios con desesperación y devoción.
Mi corazón latía como si pudiera salirse de mi pecho, arrastre mi mano al suyo para saber si latía como el mío.
Al separarnos dejé mi frente en la suya.
-No quiero abrir los ojos Cami, dejar de verte es lo que más temía y...
-Shhh. La besé un poco más. -¿Sientes diferente cuando te beso?
Pregunté.
Su cabeza negó de inmediato.
-No, eres dulce.
Reí un poco por sus palabras.
-Pase lo que pase mi amor por ti jamás va a cambiar ¿el tuyo si?
-No, jamás.
-No me vez, pero me sientes, cariño para sentir no hace falta abrir lo ojos.
Limpié sus mejillas una vez más, besando su párpado. -Ademas todo saldrá bien con la cirugía, estoy muy segura, el doctor nos lo dijo y también sobre esto, pero quedamos en que ambas lo afrontariamos, no será fácil, necesito que confíes en mi.
Asintió para recargarse otra vez en mi. Mis padres entraron a la sala en silencio y se sentaron a nuestro lado. -¿No crees que sería bueno ir a la clínica?
Mi padre preguntó con preocupación. Lauren se estremeció al escucharlo hablar.
-Iremos cuando este mas tranquila papá.
Lauren se recompuso en el sofá. Seguía sin abrir sus ojos y bajó sus cabeza.
-Estoy bien, ya lo esperaba.
Dijo en voz baja y ronca. -Creo que...
-Aún así hace falta Lauren.
Asintió.
La dejé junto a mis padres para hablar con el doctor.
Me llevó algunos minutos esperar por alguna respuesta, al final, acordé la cita en dos horas. Era lo mejor, además había mencionado que quizá ya era momento de revisar el ojo izquierdo.
Se lo expliqué a todos en la sala.
-Lau, venga vamos a casa para ir de ahí.
Al ponerse de pie y abrazarse a mi, me detuvo.
-¿Y Kilian? Seguramente lo asusté.
-Esta bien mi amor, esperara aquí.
Mis padres abrazaron a Lauren para darle ánimos y besaron mi mejilla. Estaban preocupados, Kilian estaba igual, me dolía verlo triste así que conserve mi mente positiva, todo iba a salir bien.
Al llegar a casa la ayudé a Lauren a tomar una ducha y vestirse. Estaba bastante cansada por la situación así que no se quejó en nada, no habló durante el viaje a la clínica. Al contrario, estaba triste y quieta, parecia susceptible a caer en cualquier momento.
Antes de entrar con el doctor por fin se animó y llamó a sus padres para contarles la situación, ambos prometieron estar con ella apenas su padre librará horas en el trabajo y compraran boleto para el vuelo.
En la recepción dijeron el nombre de Lauren así que entramos al consultorio indicado.
El Dr. Bliss se presentó y evaluó a Lauren por un rato.
-La visión esta perdida y ante esto ya no podemos hacer nada, espero que el doctor se los explicará.
-Lo hizo. Dije.
-Bien, Lauren, al parecer así sucedería, ahora queda evaluar el otro ojo y saber que tal salió todo ¿Estas lista?
Asintió insegura y apretando mi mano.
La ayudamos a llegar hasta una camilla algo larga donde se sentó fijando sus ojos en la puerta.
El doctor me pidió que me parará frente a ella mientras el retiraba el parche. Lauren suspiró profundo.LAUREN
Estaba asustada como la mierda, como una adolescente sin protección y pensando en que sería de mi vida si todo estaba mal.
Todo había empeorado al percibir solo oscuridad algunas horas antes. Estaba ahí junto a ella pero no podía verla, sus mejillas, sus labios y sus ojos café. Sentía un dolor profundo al perderme eso. No me importaba el mundo exterior lo suficiente había visto ya, solo me importaba ella, amaba mirarla.
Carraspié la garganta. Un nudo me impedía respirar con tranquilidad.
El frío toqué sobre mi cara del doctor me hizo estremecer.
Trataba de quitar el parche sin estirar demasiado mi piel, aunque lo cambiaba casi a diario, había otra venda que permanecía fija.
Cuando al fin lo quitó, dudé en abrir mi ojo.
-Muy bien, ahora quitaré la venda, por favor no trates de forzar al abrirlo, con cuidado y lento.
-¿Camila?
La llamé. El doctor fue quién respondió.
-Aquí esta, solo debes abrir tu ojo.
Respiré nuevamente para darme ánimos.
Me costaba levantar mi párpado, quizá era por el tiempo en que estuvo oculto. Una luz me hizo cerrarlo, me ardía o dolía, no podía describirlo.
Parpadié un par de veces, antes de abrirlo bien.
Camila estaba justo frente a mi, con su carita triste y preocupada. Era extraño ver solo en una dimensión, lo comprobé tiempo atrás, en el ojo derecho solo estaba oscuro. Pero fue imposible no sonreír al saber que la miraba otra vez.
-¿Que tal esta esto?
El doctor interrumpió la buena vista que tenía de mi chica.
Gruñí bajo. La luz me obligó a cerrar los ojos. -Lo mira, sino jamás cerraría los ojos.
El doctor le contó a Camila en voz alta.
Luego de hacerme otras pruebas con más luz y contar sus dedos a distancia, parecía que todo estaba más que bien.
-La cirugía fue un éxito y esta vez hay mejor pronóstico Lauren hablaré con tu doctor para contarle, las dejó solas un momento, no toques tu ojo por favor.
Salió a la recepción dejándonos solas.
-¿Puedes verme?
Preguntó asustada. Yo asentí y me bajé de la camilla.
-Lauren espera.
Negué divertida y sin dudar la abracé.
-Eres la mejor prueba de que mi visión esta increíble.
Le dije en el oído.
Esta vez ella comenzó a llorar.
No me gustaba que llorara pero supuse que después de estos días tan dramáticos y difíciles era necesario. Se desahogó por un buen rato, tanto que había mojado con sus lágrimas mi blusa.
La abracé sintiendo sus últimos sollozos.
-Dios, te juro que jamás me sentí tan asustada. Pronunció débil.
-Estoy bien, yo me sentí igual pero me ayudaste tanto, ahora déjame acurrucarte.
Sus brazos se enredaron en mi cuello.
-Te amo.
Pronunció las palabras mágicas. El doctor entró antes de que pudiera decir algo más, me dió algunas indicaciones de cuidado y me citó para una semana después, iba a ser la última cita a corto plazo, luego las evaluaciones serían mensuales. Consiguió para mi un par de gafas oscuras para protección solar por algunos meses y me deseó buena suerte. Por el momento usar algún tipo de aparato electrónico con mucha luz estaba prohibido. Así que no era buena idea iniciar a escribir todavía.
Otra de las cosas que me hicieron enfadar era que no debía conducir nunca más, no podría, el problema con mi único ojo funcional era permanente.
-No es tan malo Lau, seré tu chofer de por vida.
Dijo Camila rompiendo con el eterno silencio en el auto. Bufé enfadada.
La mueca de dolor que hizo después de mi reacción no fue agradable así que intente solucionarlo.
-Sabes, tienes razón, si voy a tener a una chofer tan sexy como tu de por vida creo que todo esto vale la pena.
Sonrió de lado. -Y más si me dejas tocarte.
Frenó de golpe. Al principio me asusté pero luego me reí, estabamos frente a la luz roja del semáforo.
-No seas pervertida Lauren.
Se rió conmigo y golpeó mi hombro.
-Te amo Camila y hace un rato no pude decírtelo, pero te amo demasiado.
Nos besamos mientras los autos sonaban el claxon tras de nosotras.__________________________________
COMENTAOJOS:
¿Cafés o Verdes?
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Lo que no se ve
FanfictionOcho años después de conocerla la ve por primera vez. Lauren es una chica invidente que no tiene la oportunidad de conocer el mundo, entre la poca comprensión de su familia y su problema, ella recibe cariño de una amiga, su vecina. El día menos esp...