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8 años después.

CAMILA
Caminé por tercera vez en un rato hacía la habitación de Kilian, dudosa y con un dolor intenso, me dolía no saber que decirle, como explicarle que yo también por primera vez me sentía igual de triste que el y no tenía palabras para reconfortarlo.
Di dos toques en su puerta y entré, su pequeño cuerpo estaba extendido en la cama, parecía perdido mirando el techo y el rastro de lágrimas cubrían sus mejillas, me parecía aún tan pequeño que no entendía como era capaz de sentir tanto dolor.

-Mi amor. Lo llamé y el me miró con tristeza. -Debemos irnos o no estaremos a tiempo. El asintió y se puso de pie.
Caminé acercandome a el y lo abracé con mucha fuerza. Sus ojos café claro me miraron por unos segundos y me dió una sonrisa triste como la había visto durante las ultimas semanas.

-Te quiero mamá. Dijo derramando unas lagrimas. -Yo también te quiero Ki y sabes que ella también lo hace.

-Lo sé. Me asombraba como lograba ser tan maduro a veces, era un niño increíble y hermoso, estaba haciendo algo bueno con el pero no podía negar que Judith había plantado en el tanta amabilidad y capacidad de querer, solo ella, solo Judith. Ella lo había visto crecer y lo había cuidado como su nieto, Kilian la amaba tanto como a mi y yo los amaba con la misma intensidad.
Judith había enfermado en los ultimos meses provocando un gran dolor en nuestras vidas, hasta los últimos momentos en que estuvo de pie nos cuidó con tanto amor que jamás dejaría de agradecerselo, a la vez nos había hecho tan fuertes a Kilian y a mi.
Su enfermedad acabo poco a poco con ella, aunque jamás se rindió, hasta la ultima vez con el doctor quien nos hizo comprender que Judith no estaba rindiéndose sino que ella quería estar más tranquila, descansar y disfrutar de sus ultimos días de vida, asi que Kilian y yo cuidamos de ella hasta sus ultimos suspiros, le dimos todo el amor que ella nos había dado en todos estos años, se despidió de nosotros diciendo cuanto nos amaba y beso nuestra frente prometiendo que nos cuidaría siempre. Permanecía en nuestros corazones.
Ahora debíamos llegar al funeral, algo simbólico pero muy doloroso para ambos y para sus familiares.
Kilian estuvo a mi lado durante toda la ceremonia, no derramó ninguna lagrima solo sonrió por que me había confesado que Judith se lo pidió, le pidió que cuando estuviera triste por ella, que recordara todos esos momentos divertidos que habían pasado y que evitará llorar, que ella estaría en un mejor lugar, cuidando de el, que quería que fuera feliz como siempre lo hacía y Ki le prometió que asi sería, creceria siendo feliz y que se convertiría en un buen hombre que cuidaría de mi siempre.

-Te amo. Le dije al viento cuando el sacerdote terminó la ceremonia.
Kilian me miró y repitió lo mismo luego miró al cielo. La gente se acercó para abrazarnos y su familia hizo lo mismo, ellos sabían cuanto la queremos, agradecieron el tiempo que le hicimos compañia.
El cielo se estaba nublando y yo permanecía solo viendo el sitio donde ahora estaba su cuerpo, sabía que ella no estaba ahi, que nos miraba desde otro lugar pero me parecia difícil irme y no verla más, aún deseaba encontrarla en casa.
Sentí que alguien colocaba una mano en mi espalda y me giré, Eduard me dió una mirada nostálgica y me abrazó por unos minutos mientrás yo derramaba más lagrimas.

-Estoy con ustedes Camila. Yo asentí y besé su mejilla.
-Debemos irnos. Dijo antes de mirar hacia delante. Donde Chris abrazaba a Kilian frente al sitio de Judith.
Las cosas con él se habían vuelto menos complicadas, el me apoyaba con un poco de los gasto de Ki y lo visitaba cada fin de semana, no trabajaba en la ciudad, por fin había entendido que su hijo era quien lo necesitaba y el comprendía que Judith era importante para el así que vino a hacerle compañía, nosotros solo eramos amigos o al menos eso pretendiamos ser, solo por nuestro hijo. Le besó la cabeza y llegó hasta mi haciendo lo mismo.

-Cuida de el. Me dijo y ambos se fueron.
Aiden llegó a mi costado y paso un brazo por mis hombros.
-Esta muy triste, pero lo superará.
Asentí.

-Creo que lo llevá mejor que yo.

-Lo sé. Me dijo y me hizo sonreír.

Lo que no se ve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora