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LAUREN
Desperté por que una pequeña gota de agua en la mejilla interrumpió mi sueño. Después de limpiarme logré abrir mis ojos sólo para ver la sonrisa divertida de Camila.
-Hola. Me saludo para luego acercar sus labios a los míos aún sin tocarlos.
Me acomodé en la cama para mirarla mejor pero al instante vi que era una mala idea, su cabello húmedo por el baño y la pequeña toalla que cubría su cuerpo me dejaron en blanco. Su piel desprendía un olor a rosas y ni hablar de su cabello, necesitaba tocarla pero no era el mejor momento. ~Debes esperar hasta la noche~ me repetí en la mente.
-Eres preciosa. Solté de repente, estaba emboboda mirándola fijamente esto solo hizo que apareciera un color rojo en sus mejillas. Fingió mirar a otra parte tal vez para evitar que yo notará su sonrojo pero no basto. -Hey venga, no debería darte pena, de verdad que eres tan linda, sólo estoy muy contenta de poder verte.
-Gracias Lauren, tu también lo eres y más tus ojos, son de un color peculiar cuando despiertas.
-Supongo, quizás debas verlos en otras circunstancias.
Sonreí de lado esperando a que ella captará el doble sentido, cuando lo entendió segundos después sentí un pequeño golpe en mi hombro.
-Muy graciosa. Dijo para dirigirse al espejo del tocador.
Me senté en la cama sólo para seguir mirándola. -Hoy estaremos todo el día aquí en casa, ¿Te quedarás también?
Camila preguntó mientras se peinaba el cabello y me miraba a través del espejo.
-Amm...creo que debo preparar algo...para la noche sólo los acompañaré a desayunar.
Su dulce sonrisa apareció.
-¿Oye? Dijo para llamar mi atención, yo comencé a buscar mis zapatos bajo la cama.
-Dime. Le dije cuando encontré uno.
-Lauren, no quiero que sea algo tu sabes tan preparado...yo...me conformo sólo con pasar el tiempo contigo.
Sus palabras sonaban tímidas en la habitación. Cuando estuve lista camine hacia ella y la giré para que me mirara. Su cintura acepto mi agarre sin dudar.
-Dejame hacer esto especial Camila, bueno eso intentaré tu sabes que no tengo mucha experiencia en este tipo de citas pero aún así me esforzaré...no hagas preguntas tu solo debes estar lista a las 8 aún más bella de lo que estás, aunque creo es imposible.
Guiñe un ojo y me acerqué para darle un beso. Nos miramos a los ojos antes de unirnos en un beso más profundo. Sus labios se amoldaron y siguieron los míos sin dudar, sus brazos rodearon mi cintura y mordió mi labio inferior haciéndome sonreír.
-Tengo una pregunta. Le dije uniendo nuestras frentes. -Dime.
-¿Amy cuidara a Ki toda la noche o sólo unas horas?
Camila se tensó y se alejó de mi riendo. Eso me hizo confundirme y pensar que de verdad ella me estaba haciendo el tonto.

CAMILA
Me causaba risa su pregunta por dos motivos. Una que parecía nerviosa realmente por la cita de la noche y dos por que reconocía que me moría igual que ella por finalizar la cita no sólo con un beso frente a la puerta sino en una cama besándonos.
Para ser sincera tenía tanto tiempo sin llegar a más con una persona que no entendía como había soportado dormir con ella varias noches y no haber intentado al menos besarnos apasionadamente, era en esos momentos en que recordaba a la chica tímida de hace años, la Lauren que se sentía insegura y se enfadaba fácilmente. Ni ella se daba cuenta que reaccionaba de vez en cuando de esa forma.
Por el espejo mire como se quedó pensativa sentada en la cama y por instinto me mordí el labio. Deseaba decirle que si, que la misma Amy me había ofrecido cuidar a Kilian hasta por 24 horas con el propósito de que dejara mi mal humor en el trabajo, pero las dudas me invadían, no tenía nada de experiencia en cuanto a relaciones con una chica y eso me aterraba, de hecho en el plano del sexo eran realmente inexperta, mis relaciones sentimentales anteriores no habían llegado a ese punto precisamente por mi inseguridad, lo único que recordaba eran las pocas noches que Chris y yo habíamos pasado antes de que me embarazara y el saliera huyendo. Luego la noche que Daniel había intentado algo más conmigo y todo había salido tan mal que me resigne a una vida sexual inactiva.
Ahora la situación con Lauren me hacían despertar ese lado oculto de mi vida, cuando nos besábamos despertaba en mi una necesidad de entregarme a ella sin pensarlo y luego imaginaba como se veía el cuerpo de Lauren desnuda. Eso sin duda me robaba suspiros.
Negué con la cabeza para dejar esos pensamientos y mire de nuevo a Lauren. Ahora tenía el ceño fruncido y sus ojos miraban fijamente a la puerta del baño.
-Lauren. La llamé cuando me di cuenta que llevaba ya un largo tiempo reflexionando. Ella me miró. -Yo...no...
-Dejalo así Camila, eso...creo que sería algo demasiado rápido y bueno tampoco quiero presionar nada te lo aseguro, además de que el motivo de la cita es otro.
Sus palabras me conmovieron y dejando de tener miedo le contesté.
-Le diré a Amy que lo cuide toda la noche.
Solté luego una respiro y camine a donde ella estaba, se puso de pie frente a la cama esperando a que yo llegara a su lado.
-Vale, entonces...tengo hambre. Dijo.
Yo asentí para luego sonreír, su nerviosismo ahora estaba por los cielos, lo notaba por que sus palabras salían con duda y de pronto jugaba con sus dedos.
-Me pondré algo de ropa y te alcanzó en la cocina.
Ella me regalo un beso en la nariz antes de salir de la recámara, su pequeño short y blusa dejaban poco a la imaginación así que cuando cerro la puerta lo único que hice fue tirarme a la cama para sonreír como una pequeña adolescente enamorada.

Lo que no se ve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora