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CAMILA
El día había sido algo cansado, entre las palabras de mi jefe durante toda la jornada, mi larga capacitación y felicitaciones me había olvidado por completo de Lauren, Ki miraba mi cara atento mientrás usabamos el elevador del edificio. Llegamos a la planta baja y me despedí de cuantos pude, estaba feliz pero exhausta y el breve momento para pensar en que algo me había faltado en el día, era Lauren. No tenía registro de ninguna llamada ni SMS lo cual me hizo sentirme algo ansiosa. Me llevó a pensar en que ella había olvidado o realmente estaba molesta por lo que había pasado ayer en la noche. Condujé todo el camino pensandoló y miré a Ki mientrás me sonreía por el espejo retrovisor.
-¿En quién piensas mamá?
Preguntó divertido.
-No te lo diré genio. Contesté y le saque la lengua lo que le hizo reír por breves minutos.
Al llegar a casa ambos salimos del auto, Ki apresurado por que debía entrar al baño y yo por que necesitaba tocar su puerta y mirarla por primera vez en el día. Pasaron dos horas más y ella no dió señales de vida, primero le mandé un mensaje para no verme tan obvia pero luego que no obtuve respuesta le llamé 5 veces, estaba pensando seriamente en ir a su casa para hablar las cosas y cercionarme de que todo estuviera bien. Ki me acompaño saltando de un lado a otro el no perdía energía. Toqué en varias ocasiones hasta que me vi un poco preocupada.
-Mamá tal vez debamos entrar. Dijo dudoso, yo me encogí de hombros y tomé la perilla de la puerta, para mi sorpresa la cerradura no estaba bloqueada así que ambos nos tomamos la libertad de caminar por la sala. No había rastro de ella ni de comida reciente. Nada. Un silencio estaba plantado dentro y eso solo me preocupó más. Ambos la llamamos por la casa hasta que entre a su habitación. Todo estaba oscuro y en medio de la cama se miraba una sombra, era ella pero no estaba segura de que solo dormía.
-¿Lauren? La llamé por si aún estaba despierta. Ella se removió un poco, cuando lo noté me dispusé a encender la luz.
-No. Soltó en un quejido, se escuchaba enferma así que me senté a su lado sin encender la luz.
-¿Lauren? Le repetí y miré como intentaba sostener un antifaz en sus ojos, estaba algo pálida y sobaba su cabeza de forma repetitiva.
-No me siento bien Camila. Dijo en voz muy baja.
-Dios, ¿Necesitas un médico o ir al hospital?
-Es solo la luz.
-¿Pero qué?
-Solo un día malo, después de la cirugía me pasa seguido, son mis ojos y un dolor de cabeza intenso, no tolero la luz en estos momentos. Casi susurró.
Me inquietó saber que sus ojos le daban problemas, no tenía idea de que eso le pasaba, ella jamás se veía vulnerable y verla así sobre la cama me hizo sentir mal, temía por su salud y sus hermosos ojos verdes.
-¿Qué puedo hacer por ti? Pregunté.
-No enciendas las luces, damé un medicamento que esta en la mesa de noche por favor.
Corrí hacia el otro de la cama algo angustiada, me dolía mucho verla así.
Las encontré y ella tomó una pildora con dificultad.
-Bien ahora solo damé un beso. Dijo tratando de hacerme reir.
-Será mejor que solo descances cariño. Le dije acariciando su cabello. -Debiste llamarme.
-No puedo hacer nada cuando sucede pero gracias por estar aqui.
-No es necesario que me digas yo me preocupo por ti y además...te extrañe.
Ella sonrió como pudo y soltó un suspiro. Salí de la habitación para avisarle a mi hijo que ahí estaba, le ayude a tomar galletas que según el Lauren siempre le daba, el se estretuvo viendo sus programas favoritas en la televisión, yo regresé a donde Lauren.
-Estoy sintiendome mejor creo que eres tú. Una sonrisa involuntaria salió de mi boca.
-Me alegra saberlo. Retomé el lugar a su lado para tomar su mano. -Deberías dormir.
-Vale pero tu conmigo. Ella se hizo a un lado para que me metiera a la cama a su lado, sin pensarlo me acosté ella rodeo mi cuerpo con su brazo y su cabeza tras de la mia, su respiración hacia cosquillas en mi cuello. No me dí cuenta en que momento esto se volvio relajante y caimos dormidas abrazadas.

Lo que no se ve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora