62

9K 566 8
                                    

CAMILA
-Escuché como discutías con papá.
Me dijó cuando toque la puerta de su habitación para abrirla.

-Ki, no debes escucharnos son problemas de adultos. Me excusé de inmediato, me giré para mirarlo me dolía ver esa carita con algo de tristeza reflejada.

-No te culpó yo se bien que no me quiere. Dijo con voz enfadada.
¿Qué? No tenía ni idea que mi hijo sintiera eso de su padre, no era lo que yo quería para él, que se sintiera de esa forma, por que el merecía todo el cariño del mundo. Negué antes de sentarme a su lado y comenzar a tocar su cabello.

-Kilian a veces me molesta que actúes como un adulto, eres mi bebé todavía y se que el te quiere mucho igual que yo, es solo que esta muy ocupado ultimamente.

-No es verdad. El contestó más enfadado aún. -Mamá yo entiendo que debes ir a esa cena y creo que podría quedarme aquí solo.

-Dios Kilian no te dejaré solo, eres muy pequeño y quiero que dejes de preocuparte por esto, yo lo soluciono tu solo debes actuar como un niño, jugar y estudiar...por favor cariño.
El asintió algo triste.

-Podría quedarme solo y bueno le puedes decir a Lauren que me vigile.

-Ki. Le dijé en reclamo. -No estarás solo entiendelo.

-Ok mamá. Lo besé en la mejilla nuevamente y salí para darme un baño.
Ya en la tina mientrás pensaba seriamente en todo lo que sabía mi pequeño me dolía no poder ocultarle mis problemas, cosas con las que solamente yo debía cargar, no él. Me sequé y pusé mi pijama, sobre la cama no podía dejar de recordar la forma en que Lauren me había hecho sentir hace unas horas, debía estar satisfecha pensando lo fácil que era, eso me hacía sentir peor.
Luego recordé lo que mi hijo había dicho, podría pedirle a Lauren que lo cuidara por unas horas pero volvía a mi cabeza el trato que le había dado los ultimos días. Genial, nunca hacia las cosas bien. ~Puedes intentarlo, puedes pedirle a Lauren que lo cuidara, solo por un rato~ me dormí en algun momento dentro de mis pensamientos y al despertar, estuve decidida a pedirselo. Vigilé su ventana por la cual podía mirar si había algún movimiento en la casa, necesitaba pedirle el favor lo más pronto posible y asegurarme de tener todo bajo control. Ki se pondría muy contento ahora solo faltaba que ella aceptará.
En cuanto miré como pasaba de un lado a otro en su cocina, decidí actuar. Caminé indecisa hacia su puerta y después de timbrar, comencé a sudar.
Su brillante sonrisa me saludo frente a mi y un beso en mi mejilla me despertó de mi nerviosismo.

-Hola Camila.

-Hola Lauren...yo ¿Puedo pasar?
Ella asintió y abrió la puerta para que pasara.

-Adelante ponté comoda. Ambas nos sentamos en uno de los sofá, lado a lado.

-Dime ¿Qué ocurré?

-Necesito pedirte un favor muy grande.

-Vale pues estas de suerte me gusta hacerlos. Sonrió de una forma perversa y me guiñó el ojo, mi cara comenzó a sentir calor y por su expresión divertida pude deducir que yo estaba más que roja. Golpeé su brazo en forma de reclamó.

-Es en serio.

-Yo lo digo en serio también. Dijo y sobó el sitio donde le había dado el golpe. Ambas reímos.

-Sabes debo asistir a esa cena y ayer Ki dijo que sería muy feliz si tu...bueno. No podía dejar de mover mis manos, moría de pena en esos momentos, yo Camila ahora trataba de retractarme de mis palabras hace días, mencionando que no quería que existiera una amistad entre mi hijo y ella, ahora estaba haciendo todo lo contrario.
-Si tu...¿Podrías cuidarlo? En realidad podrían permanecer en casa unas horas y yo...te pagaría claro...
Me sorprendió cuando sus dedos fueron colocados en mis labios indicandome que quería que me callara, los retiró y me miró, supusé que estaba enfadada conmigo y se negaría.

-Dios Camila, no puedes hablar en serio.
Yo intenté hablar de nuevo disculpandomé por pedirle tal cosa, pero ella habló.
-Ni siquiera debes pedirmelo de hecho yo me iba a ofrecer, solo que tu reaccionaste de una manera...a la defensiva, quiero cuidar de Ki cada que pueda.
Levanté mis cejas y finalmente sonreí.
-Antes de que lo menciones...no quiero que me pagues yo te ayudó con gusto, Ki y yo nos llevamos bien y compré algunas cosas para él hace un tiempo seguro que sabremos divertirnos con videojuegos y juegos de mesa.

Lo que no se ve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora