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LAUREN
Permanecimos abrazadas mientras los globos comenzaban a descender, yo la abracé desde su espalda y ella entrelazó sus manos con las mías sobre su cintura.
-¿Lauren?
Preguntó en un suspiro. -Dime.
-Ya me dio frío y creo que tu chaqueta sigue en el suelo.
Estaba tan absorta de todo al tenerla entre mis brazos que había olvidado la pequeña situación al levantarla hace unos minutos. Mientras me incliné por la chaqueta escuché su risa.
-¿Que te parece tan divertido?
Le pregunté al estar a su altura y mirarla colocarse de nuevo la chaqueta a los hombros. -Nada, sólo que estoy demasiado feliz y un poco cansada.
Besé su pequeña nariz sólo para obtener un beso en la boca.
-Me gustan tus besos además de que ya son legales. Ambas reímos y y la miré extraña. -Me refiero a que ahora ya somos novias así que puedes hacerlo con toda libertad supongo. Dijo tímida y colocando su cabello detrás de su oreja.
Su comentario me hizo sentir inmensamente feliz así que sin dudar me acerqué para besarle.
Rocé mis labios con los suyos por segundos antes de comenzar un beso profundo, su labio inferior siempre era mi perdición así que comencé a besarlo con devoción ella sólo soltaba suspiros y me abrazaba por el cuello, su cintura era fácil de rodear así que lo hice para acercarla mucho más a mi. Cuando nuestros cuerpos estuvieron totalmente juntos ambas soltamos un gemido que resultó suficiente como para sacarnos de nuestro pequeña burbuja.
-Cami necesito estar contigo. Solté sin pensar cuando recargue mi frente con la de ella, su cuerpo se tensó de inmediato y rogué para que no se alejara. -Espera no quise decir eso, yo...lo sé es algo apresurado.
Se alejó lo suficiente sólo para tomar mis manos, ella parecía estar igual de nerviosa que yo.
-¿Podemos irnos ya?
Yo asentí con la cabeza, había sido demasiado apresurado lo que le había pedido así que me resigne a no hablar de más durante el viaje al auto. Cuando la lleve de la mano a la puerta abrí para que entrara, me dio un pequeña sonrisa.
Un sudor frío corría por mi nuca, desesperada sin saber cómo solucionar la situación despeine mi cabello mientras rodeaba el auto y por fin entre. Ella me miró por algunas segundos, se notaba confundida y ahora yo estaba igual no sabía cómo arreglar todo.
-Lauren no pasa nada con ello, no has presionado nada además esto es ¿Como la primera discusión? Me dijo sonriendo.
-Ok, olvidemoslo y ahora hay que irnos debemos regresar a la ciudad. De camino por la carretera puse un poco de música haciéndonos tomar el control de la situación, Camila estaba relajada y cuando la miraba de repente sin dejar la atención en el volante pude observar una sonrisa tierna.
Al finalizar una canción sentí como entrelazaba su mano sobre la mía en la palanca de cambios. -Me parece bastante gracioso que ahora no sepamos llevar las cosas.
-Lo se. Ella tenía toda la razón, ahora que estaba conmigo no sabia cómo actuar, ambas soltamos una carcajada.
-Me encantó lo de esta noche de verdad yo no sabía que podías ser tan romántica.
-Solo contigo así que debes apreciar mi esfuerzo.

CAMILA
De repente Lauren detuvo el auto en un espacio fuera del camino, logrando que me asustara por unos segundos.
-¿Que ocurre? Solté casi un grito.
Ella soltó su cinturón de seguridad para lanzarse a mis labios, a tientas desabrochó el mío y me atrajo a su cuerpo como pudo.
-Necesitaba hacerlo cariño.
Una sonrisa traviesa broto de sus labios mientras una de sus manos fue directo hacia mi cuello para mantenerme cerca y la otra acarició la piel expuesta por el vestido en mi muslo.
-Te quiero Camila. Dijo al dejar libres mis labios y mirarme a los ojos. Sus ojos verdes estaban tan intensos que fue casi automática mi respuesta, bese sus labios en seguidas ocasiones.
-Yo también te quiero. Los siguientes minutos antes de sentir la luz de otro auto que pasaba los aprovechamos para besarnos, ahora era mi novia y ambas podíamos hacerlo así que me entregué a sus caricias. Cuando no pude resistir la excitación con el beso solté un gemido lo suficientemente algo como para ser escuchado por ella.
-No quisiera dejar de besarte pero creo que se está haciendo muy tarde.
Coloque un pequeño beso en sus labios antes de poner el cinturón en su lugar y mirarla conducir el resto del camino.
Recibí un mensaje de Amy para contarme que mi pequeño estaba dormido y que se había portado encantador como siempre. Lauren miraba de reojo como respondía el mensaje.
-¿Ya debemos ir por Ki? Preguntó en voz baja mientras las luces de la ciudad aparecían.
-No, en realidad ya se ha quedado dormido así que iré por el mañana temprano.
Freno frente a un semáforo y me miró fijamente.
-Pero pensé que iríamos por el. Dijo nerviosa.
Negué divertida con las cabeza y me acerqué a Lauren para susurrarle al oído. -Estaremos solas tu y yo. Se quedó estática hasta que el sonido del auto atrás la hizo reaccionar. Tomo el volante con fuerza y trato de conducir bien hasta llegar al vecindario.
Cuando estacionó frente a la casa solo miré como bajo para ayudarme a salir y tomar mi mano, su caballo lucía adorable, parecía haber sido atacado con sus dedos y además mordía su labio constantemente. Se detuvo para que abriera y después de un rato por fin logré concentrarme para introducir y girar la llave en la puerta de la casa.
Sentía su respiración en mi cuello y eso me hacía enloquecer. Cuando abrí quite su chaqueta de mis hombros y lo coloque en el perchero de la entrada, las llaves cayeron sobre el mueble y los pasos de Lauren resonaron en el pasillo antes de terminar justo detrás de mí.
-¿Puedo dormir contigo? Dijo cerca de mi oído. Giré para mirarla y sentir unas inmensas ganas de tomar sus labios de nuevo, me sorprendía como me hacía falta aún cuando minutos antes la habia besado.
-No hagas eso. Susurró.
-¿Hacer que?
-Morderte el labio me hace enloquecer Cami, no sabes cuánto.
El beso que siguió a esa declaración fue algo increíble, de la nada sentí que enlazadas chocamos contra la pared, ella tomó mi cintura con ansiedad yo respondí al poner mis manos en su rostro.
El sonido de las llaves de su auto cayendo al piso nos hicieron separarnos. Miró hacia abajo algo distraída para segundos después sólo patearlas a alguna parte, mi cuerpo se pegó más al de ella cuando la pared no nos permitió retroceder más.
-¿Lauren? Dije cuando comenzó a besar mi cuello.
-Es verdad, lo siento yo...
Dijo separándose y dejándome con dificultad para respirar, mi corazón latia tan rápido y su inseguridad me provocó una sonrisa mental.
-Espera, es sólo que pienso sería mejor continuar en la habitación.
Me miró de forma interrogativa y cuando le sonreí mordiendo mi labio, me abrazo para guiarme de espaldas hacia la recámara. Sus manos ahora tocaban sin detenerse mis piernas, mi vestido estaba mucho más arriba de lo normal. Mi cuello estaba siendo invadido por tiernos besos.
Topamos con la puerta entre ligeros golpes hasta que logramos abrirla, entrando a trompicones llegamos a la cama donde ella se sentó antes de mi. Cuando sus manos se extendieron y se entrelazaron con las mías entendí lo que quería sin dudar me senté en su regazo algo insegura de forma lenta, pero al sentir sus manos rodeado mi piernas y acercando mi pecho con el suyo, la inseguridad se fue. El placer que sentí al tenerla de esa manera fue realmente extenuante. Mis labios buscaron ansiosos los suyos, y se unieron con un sonido excitante, cuando la escuché gemir mis dedos se hundieron en su cabello negro tratando de extender su cuello y besarla libremente, mi cuerpo encajó tan perfecto en el suyo que el tiempo se nos fue en caricias, ella bajo con sus dedos por los hombros mi vestido dejando una línea de besos húmedos mientras que con sus manos tomó mis glúteos. Gimió. -Eres tan dulce corazón. Sus palabras me hicieron sonreír. -Hermosa y tan suave. Dijo robándome un beso y mordiendo mi labio inferior hasta soltarlo poco a poco.
Sus manos buscaron a tiendas la tela del vestido, cuando intento sacarlo de mi cuerpo reaccione, dándome cuenta del sitio donde me encontraba y la posición tan comprometedora. El beso término y nos miramos a los ojos.
-Lauren, yo...debo confesarte algo antes de continuar. Asintió de forma distraída por que aun intentaba tocar mis piernas y besarme de nuevo. -Laur....
-Ajam. Respondió besándome sobre la piel de mi cuello.
-Yo no llevo una vida sexual muy activa. Dije en voz baja para evitar avergonzarme.
-¿Como? Preguntó cuando se separó de mi.
-Tengo muchos años sin tener...ya sabes... realmente hacerlo de nuevo ahora contigo me convierte en una persona inexperta. Ella Bufó.
-No me interesa ahora eso, yo solo quiero hacerte feliz y nada más. Dijo al invadir con necesidad mi cuello, tome su cabeza para que me mirará, sabía que sus ojos me transmitían esa seguridad que necesitaba para continuar. Su color verde provocaba en mi una sensación de tranquilidad y de la nada solo sabía que todo estaba bien, cuando asentí y respondí a uno de sus besos noté que su color verde se oscurecia.
-Ok dejaré de hablar entonces. Dije por fin convencida.
-Puedes hablar cariño es sólo que necesito hacerte sentir y sentirte muy cerca. Levanto sus cejas a modo de juego.
Nuestros besos siguieron hasta que de una forma extraña Lauren me colocó sobre la cama dejando el espacio suficiente para quitarse la blusa y dejarla caer en alguna parte. Sus pechos estaban cubiertos por un sostén negro que hacía contraste con su piel blanca, miré con detenimiento su abdomen trabajado, brazos fuertes y la vez suaves haciéndome suspirar. Sin detenerme acaricié su espalda para que se situará sobre mi. Con algo de esfuerzo logramos quitarnos los zapatos para después entre caricias sus manos viajaron a donde terminaba mi vestido y con ansiedad lo levanto para sacarlo por mi cabeza. Una luz roja se encendió en mi interior.

Lo que no se ve Donde viven las historias. Descúbrelo ahora