Parte 299

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Bueno, eso...

-¿Qué están haciendo ustedes dos?

Inconscientemente miraron hacia la dirección de la que provenía esa voz. Allí de pie con una mirada inocente estaba la hermana de Sara, Hasegawa.

-Nada. Solo estábamos hablando ¿No, Neah?

Neah saco la mano en su bolsillo, abriéndola y no había nada. Como si se estuviera burlando agitó sus manos.

-Sí, solo hablábamos de unas cosas que teníamos pendientes.

-Ya veo.

Ella no quería decir nada no lo veía correcto pero, estuvo escuchando gran parte de la conversación sin intervenir y creyó que era el momento para detenerlos.

-Yo ya me iba.

Kano se estaba marchando hacia su habitación y Hasegawa iba hacia Neah, en ese momento...

-Kano.

-¿Qué?

Al ser llamado por Neah, se dio vuelta una vez más.

Esta vez vio una expresión diferente.

Neah lo miro con sus ojos que estaban profundamente vacíos, distantes. Causando un escalofrió en Kano.

Esa mirada era como si estuviera mirando a través de todo su cuerpo y eso lo hacía poner enfermo.

-Hombre. Realmente espero que no vuelvas a meterte conmigo. Y si tanto respetas a Tsukasa, hazlo por él.

Su voz tenía ningún sentimiento ni odio, ni enojo ni nada. Era claramente una advertencia.

Sin embargo, Kano que tenía una expresión desinteresada, no pudo hacer más que respirar profundamente y asentir.

Hasegawa de brazos cruzados miraba inocentemente como si no supiera lo que había pasado.

-Oh, y podemos hablar cuando quieras. Todavía tenemos algunas cosas pendientes ¿Cierto?

Kano no se dio vuelta a verlo y respondió "Si tenemos mucho de qué hablar" y entro a su habitación.

Ella que se había puesto detrás de Neah le pregunto.

-¿De qué eres capaz, Neah?

Como si ya se esperaba eso, revelo una pequeña sonrisa.

-Estabas escuchando, eh.

-¿Crees que podríamos hablar afuera un momento?

-Claro, seguro.

Neah acomodo un poco la mesa y fue el primero en dirigirse hacia afuera. Ella que tenía su mirada perdida, sus ojos se agudizaron al ver unas gotas de sangre que caían de la mano de Neah.

Se sintió confundida.

Sacudió su cabeza pensando que no era nada importante pero la duda seguía estando ahí. Sin querer pensar en eso, lo siguió. En lo más profundo de su corazón se hacia una idea de porque tenía esa herida.

Kano al entrar en su habitación, apoyo su espalda contra la puerta y vio que su compañero seguía durmiendo plácidamente.

Apretó su puño en silencio y golpeo su pierna.

(¡Bastardo, bastardo, bastardo, bastardo, bastardo! ¡No tienes ni la más puta idea de cuánto te odio! ¡¿Qué mierda eres capaz de hacer, eh?! ¡En el momento en que te mate voy a hacerte sentir la más profunda desesperación!)

The Chosen Ones (capítulos 205 en adelante)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora