GUERRA DE CLANES

CAPÍTULO 28: LO QUE CREÉS VERDAD.

La academia Konoha. Dirigida por Tsunade Senju, Líder de los hechiceros.

La academia constataba de cuatro pisos de grandes paredes, 43 salones, pasillos que parecían interminables, áreas verdes, una gigantesca biblioteca, tres cafeterías, dos estadios de fútbol, tres piscinas, canchas de básquet, voleibol, béisbol y cuartos de actividades grupales. Todo lo necesario para que los estudiantes pudieran desenvolverse correctamente.

Pero en las sombras, por debajo de la profundidad de las instalaciones donde sólo tenían acceso pocas personas, la desesperación invadía a un chico que se encontraba dentro de la celda más alejada y oscura.

No le importaba la oscuridad, ni llevar más de una semana dentro de la celda con poca higiene o las cadenas en sus brazos y piernas, tampoco el hambre, ni mucho menos cuando venían y pedían "amablemente" "la verdad" de lo ocurrido... ese maldito día.

Como ya era rutina desde su encierro, escuchó la puerta abrirse a lo lejos. Los tacones resonaban en el piso, lentos pero decididos, intentando calmar toda la ira que seguramente querían descargar sobre él.

Una tenue y delicada figura se posó fuera de la celda. Las luces se encendieron.

— ¿Ya estás listo para hablar? — La frialdad y amenaza en la voz era suficiente para que cualquiera que escuchará a aquella rubia mujer de ojos color miel, sintiera miedo.

Pero no él...

El sólo quería saber una cosa, la misma que llevaba preguntando desde que lo habían metido ahí.

— ¿Dónde está Naruto?

Tsunade lanzó un golpe hacia la pared continua. Los muros y ladrillos quedaron reducidos a cenizas y escombros en cuestión de segundos.

— ¿Quieres saber si cumpliste con tu misión de asesinarlo? Si, lo hiciste, felicidades.

Sasuke agachó la mirada.

¿Cómo había acabado todo de esa manera?

Recordaba el haber luchado fuertemente contra dos tipos que habían venido a llevarse a Naruto. La batalla fue intensa, en algún momento su contrincante de máscara blanca lo había golpeado fuertemente en la cabeza dejándolo desubicado por unos segundos. Aquellos segundos que el enemigo utilizo para atacar a Naruto. Él aún sin fuerzas por su batalla anterior contra el rubio, se había levantado olvidando su falta de fuerza y el dolor para atravesar al enemigo con un chidori que lo había dejado aún más débil.

Creía que habían ganado.

Pero estaba tan equivocado.

En segundos el enemigo había incrustados en el pecho de Naruto una espada que era dirigida hacia Sasuke, pero el rubio lo había salvado.

Una luz lo había cegado, sin embargo, sabía que había algo dentro de ella que necesitaba proteger a toda costa...

— Hey... Estoy bien'ttebayo.

Y ahí estaba el mismo Naruto de siempre, tratando de calmarlo cuando era quien tenía un agujero en el pecho.

Sin poder evitarlo había terminado derramando lágrimas en el cuello del rubio, dejando su orgullo en ese preciso momento en el que Naruto le había pedido un beso...

...Y él había terminado entregando su alma.

— Te esperaré... —Había dicho en ese momento el Uzumaki.

Aquél que tenía en sus manos el corazón de Sasuke Uchiha.

Él había creído en sus palabras y habría ido a buscar a la rubia que lo tenía tras las celdas en ese momento, había corrido a toda la velocidad posible estrellándose con Itachi en el camino.