GUERRA DE CLANES

CAPÍTULO 24: FUISTE UTILIZADO.

La tensión era palpable.

En Legado, los líderes y herederos de los clanes bestia esperaban órdenes de sus superiores.

La líder de los Hechiceros, madre del sublíder y exesposa del sabio de bestias, estaba al frente de todos. Los brazos cruzados y la mirada fija en los guerreros le daban la autoridad que contrastaba con la delicada figura. A su lado izquierdo la líder del clan más fuerte, Kushina Uzumaki, y a su derecha el próximo líder; Naruto, quien tenía una cara realmente molesta.

—Todos conocen mi escuela... – Comenzó la rubia. – Si no es porque estudiaron ahí, es porque lo están haciendo o lo harán en un futuro. Deidara, cuando te inscribes en la academia se firma un contrato de confidencialidad ¿Podrías decirme cuál es?

— ... – Aún un poco enojado por haber sido arrastrado sin ninguna explicación, contestó. – Al ser estudiante de esta academia, tu clan no importa, tampoco la raza, solo te vuelves un estudiante más.

— ¿A qué quieres llegar? – Quiso saber Shikaku Nara.

— Hay vampiros en la academia. — Confesó sin rodeos.

— Eso ya lo suponíamos, sería imposible que no fuera así. — Comentó la líder pelirroja.

— Entonces, supongo que también sabías la relación que dos de ellos tenían con tus hijos.

Repentinamente toda la sala quedó en completo silencio.

Naruto y Deidara se tensaron.

Kushina miro seriamente a Tsunade. Si bien ambas se llevaban bien como suegra y nuera, cualquier tipo de parentesco desaparecía al actuar como las líderes que eran.

— ¿De que estás hablando? – Preguntó Kushina arrugando el entrecejo.

—¿No lo sabes? Mi nieto Deidara. Tu hijo, sostuvo una relación con Itachi Uchiha, el heredero del clan vampírico Uchiha.

Todos se giraron al rubio.

— No puede ser... — Pensó Shikamaru estupefacto. Uniendo las piezas en su cabeza, si Itachi Suponía una amenaza... entonces...

— ¡Es imposible! — El gritó a todo pulmón resonó entre los bullicidios surgentes. –¡Itachi y Sasuke no son vampiros!

— Naruto... — Susurró Deidara viendo a su hermano hervir en su propia sangre. Defendiendo a los pelinegros como si no hubiera un mañana, pero... ¿y si todo era verdad?

¿Y si... Itachi y Sasuke sólo los habían usado para sacar información del clan?

Cayó de rodillas. Su padre había logrado sostenerlo a toda velocidad para evitar el mayor daño, pero no dolía tanto como el saber que le habían mentido.

¿Cómo se habrá sentido Itachi al verlo ir confesar sus sentimiento?  Seguramente se habría reído internamente por ahorrarle todo el trabajo.

—Deidara... —Naruto veía desde la lejanía como su hermano era auxiliado por su padre para poder tomar aire. Lo sabía, los habían engañado y su cuerpo sufría las represalias por estar impregnado a un traidor. Justo como él, sin embargo se negaba a creerlo.– ¡Es imposible! ¡Sasuke podrá ser muchas cosas, pero no un mentiroso! – La marca en su estómago ardía a fuego vivo, el dolor era tanto que posiblemente debería estar igual o peor que Deidara, pero no sé rendiría. — Sasuke, él no...

—¡Naruto!

Exaltado, detuvo su habla y se giró a su abuela.

— Debes aceptarlo... – Alentó. – Fuiste utilizado, la persona que has conocido no existe, solo fue un vampiro que se disfrazó de tu mejor amigo para sacar toda la información posible.