GUERRA DE CLANES

CAPÍTULO 30: ¿PAPA O PAPÁ?

– ¡Shikamaru!

– ¿¡Naruto!? – Reconoció sorprendido el Nara mientras el rubio le daba un fuerte abrazo.

– Me alegra verte.

– ¿A mí? Viejo, eso debería decirlo yo.

– Gracias Shikamaru, Sasuke me contó todo lo que hiciste por él y por la reserva mientras no estaba.

– No es nada. Sólo apresúrate a retomar tu puesto. – Dijo dándole un amistoso golpe en el pecho.

– Tu eres mejor que yo en esto, lo sabes-ttebayo.

– No digas tonterías, soy demasiado flojo y no tengo nervios de líder, además... – Comentó al momento en que su mirada se hacía más triste y distante. – Ahora debo cuidar a Shikadai, él aún es un bebé.

– Lo entiendo. Shikamaru, perdóname... si yo no me hubiera ido...

– No te disculpes por algo que no hiciste, todo es culpa de ella...

– La atraparemos, te lo prometo, de hecho, quiero que convoques una junta con los líderes lo más pronto que puedas.

El Nara sonrió.

– ¿Que descubriste?

– Algo que acabará con ella definitivamente.

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– ¡Sasuke!

– ¿Mnh? Oh, eres tú, Ino. – Reconoció viéndola con un bulto enrollada en una sábana blanca.

– Eres el único que no lo ha visto. – Reclamó. – Y eso que serás su padrino.

– No creo ser muy bueno en ello. – Dijo curioso viendo al niño. Tenía el cabello rubio al igual que Ino. – Se parece mucho a ti.

– ¿Eso creés? Qué alegría, ¿escuchaste Inojin? Te pareces a mamá. – Elogió la rubia. – ¿Y tú, ya se lo has dicho a Naruto? – El pelinegro desvío la mirada. – Jaja, parece que no... Y eso que fuiste el primero en darme el sermón de los híbridos. – Se burló la chica.

– Tch, cállate. Sólo, n-no era el momento.

– ¿Y cuando será el momento, cuando ya tengas nueve meses? – Ino disfrutaba de ver el tono rojo en las mejillas del Uchiha. – Tienes tres meses, te quedan seis.

–Ah, eres igual de molesta que Sakura. – Recordó a la pelirosa que entusiasmada gritaba por todos lados haciéndole miles de preguntas.

– Oh, no puede ser, ¿Sakura lo sabe? Jajajaja, olvídalo, ella se lo dirá a Naruto, de hecho, todo el mundo lo sabe ya, menos él. Que triste.

– Nadie dirá nada, los asesinare si eso sucede.

– ¡Sólo díselo de una vez!

– ¡Qué no es el momento, Hay una puta guerra afuera! En todo lo que necesitamos pensar ahora, es en como detener al enemigo.

– Dices eso pero apuesto que ya follaste con él. ¿Me equivoco?

– ¡Q-Q-Que t-te i-importe una mierda!

– Lo sabía. No tengas miedo, todo el mundo sabe que eres el aire que Naruto respira, lo peor que puede pasar cuando se lo digas es que se desmaye.

– No es tan idiota.

– Entonces sólo hazlo.

– ¡Chicos! – Los llamó una tercera voz sacandolos de su charla.

– ¿Shino?