GUERRA DE CLANES

CAPÍTULO 25: LOS NUEVOS

— ¿Sabes dónde está Naruto? — Preguntó Kushina después de que Deidara al fin pudiera conciliar el sueño.

— Dijo que saldría a correr... ya sabes... para despejar la mente. — Contestó Minato.

Habían llegado a su casa tras la trágica noticia de ayer.
Sus hijos se habían impregnado de vampiros y habían sufrido las consecuencias.

Cuando un hombre bestia impregnado se separaba por semanas o meses de su pareja destinada, el cuerpo sufría increíbles dolores. Ella recordaba perfectamente la semana después de haberse impregnado de Minato. El rubio había tenido que partir por entrenamiento con su padre, a lo que la pelirroja paso días enteros retorciéndose en su miseria. Milagrosamente Minato había regresado, se le habían olvidado algunas cosas y cómo el chico no era 100% bestia, no sufría los efectos de la impregnación.

Pero con Deidara era diferente, porque Itachi no vendría a buscarlo. Lo dejaría sufrir la penuria de perder a su persona destinada, mientras ella lo veía apagarse poco a poco.

Lo habían abandonado.

El puño salió disparado a la pared y el enorme agujero causado por el impacto comenzó a reconstruirse rápidamente.

— Cariño, necesito que te tranquilices, vas a despertarlo y harás que esto sea peor para él.

— ¿Por qué tienen que sufrir tanto'ttebane? — Preguntó con lágrimas en los ojos. — Primero Sasori, y ahora Itachi.

Minato se levantó de la cama donde estaba sentado hace unos segundos y caminó hacia la salida.

— No te preocupes querida, haremos justicia... — Y por primera vez en su vida, Minato Namikaze sintió ira.

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Estaba sudado, caluroso, tenía sed, se sentía triste, quería llorar, pero su crianza se lo impedía. Sus padres le habían enseñado que ante toda adversidad, una gran sonrisa solucionaría todo.

—Je... —Su intento de sonrisa no funcionó. — Jejeje... — Esa tampoco. — Jajaja

— Te estás volviendo loco, que problemático.

— ¿¡Ah!? ¡Shikamaru! — Gritó sintiendo que el alma se salía de su cuerpo.

— ¿Cómo te sientes? —Directo como siempre, las preguntas de Shikamaru lo tomaban por sorpresa.

El rubio bajo la mirada al suelo, tras pensarlo detenidamente sólo pudo llegar a una triste conclusión.

—Siento como si mi cuerpo entero estuviera en mi contra.

—He... ¿Puedo preguntar por qué?

—Quiero ver a Sasuke'ttebayo.

— ¿Aun sabiendo que posiblemente te engañó para obtener tu confianza y así tener acceso a los planes del clan?

— ¡Sasuke jamás sería así, yo... lo siento en mi estómago!

— ¿No querrás decir tú corazón?

— ¡No! ¡Mi estómago'tteba! ¡Sasuke es egocéntrico, altanero, realmente me hace enojar y es sumamente vengativo por alguna extraña razón... pero... pero él... él es Sasuke!

—Acabas de describir al perfecto enemigo.

—Tch, ya lo sé...

—Bueno... —Respondió el pelinegro recostándose en un árbol cercano. — Mi deber como él próximo consejero del jefe sólo es uno, apoyarte. Mañana en la escuela podrás hablar con él, ya sea para aclararlo o desengañarte, creo que será bueno que hables con él. Yo me hago responsable.