GUERRA DE CLANES

CAPÍTULO 1: PROBLEMA.

Sasuke jadeó.

— Ahh...

—  Ngh...

El cuerpo en su temperatura siempre era frío y templado, no obstante, en manos del joven amante que lo sostenía podía derretirse y fundirse sin temor a desaparecer.

Una mano grande y bien proporcionada agarró su cintura con dominio, fue sostenido un poco elevado en el aire mientras sus piernas se abrían dejando entrar la sensación extrema que resbaló dentro de él.

El sonido exquisito de una voz gruesa hizo cosquillas en su tímpanos.

— ¿Esta vez no vas a gritar mi nombre?

Ah, maldito Usuratonkachi altanero, si no fuera porque...

— ¡Ahh! — Su boca exhaló un sonido indecente callando sus maldiciones. — Más fuerte...¡Ah! ¡Naruto! — Finalmente se rindió echando una mirada furtiva a su acompañante.

Un rubio de torso desnudo color canela le devolvía una mirada salvaje mientras se enterraba en su piel. La cara redonda que tenía años atrás había sido canjeada por facciones toscas y fuertes, dándole paso a un encanto un tanto feroz que solo era aumentado por la sonrisa coqueta y juguetona que adornaba su rostro. Aunque fuera difícil para Sasuke admitirlo, esa vista era de un jodido y sensual hijo de perra.

El hijo de perra le sonrió tiernamente.

Ah, realmente he caído por este imbécil.

Sin tener en cuenta sus pensamientos asesinos, el rubio siguió en su tarea de llevarlo al cielo mientras lo amasaba bajo sus demandas. Devorandolo completamente.

Aunque jamás se lo contaría a nadie, Sasuke era bastante flexible si del sexo se hablaba. Capaz de soportar sus movimientos toscos y obsesión desenfrenada, era un digno príncipe vampírico.

SU príncipe vampírico.

¿Pero como podría asegurarse de tenerlo por la eternidad? Un ser tan perfecto como lo era Sasuke Uchiha. ¿Que debería hacer para tener el derecho de aferrarse a su merced?

Realmente... ¿No actuaba lo suficientemente loco ya?

La liberación los recibió llenando de éxtasis y cansancio sus cuerpos.

Exhausto, Naruto cayó sobre Sasuke respirando con dificultad.

— N-na... — Era imposible, el pelinegro se quedaba sin aire.– Na... ¡Dobe!

El mencionado se rió culpablemente. Le encantaba cuando Sasuke lo regañaba.

Se hizo a un lado y atrajo el cuerpo del vampiro hacia él. Estaba a punto de quedarse dormido cuando escuchó un pedazo de madera desplomarse y caer hacia ellos.

Sasuke lo detuvo en en aire.

— Ugh. — Murmuró echando un vistazo a la habitación. Habían destruido todo... Otra vez. — Toma, un pedazo de tú cama.

— Mnh, ni me gustaba de todas maneras-ttebayo.

— Yo la elegí.

— Por eso.

— Estúpido.

— Jaja, era broma. — Aceptó besando la frente de un muy enojado Sasuke.

Habían pasado dos años desde su ascensión a líder, casi cuatro años de conocer a Sasuke, y uno y medio en donde Sasuke "Vivía" (Ya que iba y venía a su antojo.) Con el.

Sus padres al verlo desempeñar bien sus funciones, habían decidido ir por unas merecidas vacaciones que él no les negó. Deidara e Itachi se habían graduado de la academia y aunque aún tenían una relación, no vivían juntos, pues Itachi era el nuevo líder del clan Uchiha. Un líder de agenda apretada.