CAPÍTULO 32: UNA NUEVA VIDA JUNTOS. PARTE 2.

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– Es una sorpresa-ttebayo. – El Uzumaki se detuvo y colocó sus manos en los ojos del pelinegro mientras guiaba su andar por medio de palabras. – Más... derecho, derecho-ttebayo, y.... Alto. ¡Llegamos! ¿Estás listo?

– Ya que llevó caminando a ciegas con tus malas direcciones... Si. – Bromeó.

– Jajajaja. – Rió sin chiste bajando sus manos. – ¡Ta-Da!

Los ojos de Sasuke quedaron completamente abiertos al ver la construcción frente a él. Una hermosa casa con grandes paredes de madera y ventanales de vidrio que daban a relucir todo el hermoso lugar. Confundido se giró hacia Naruto quien sólo sonrió.

– Es nuestra. – Le dijo tomándolo de la mano nuevamente y guiandolo hacia el marco de la puerta. – La hice para nosotros.

– Pero estás sellado... no puedes usar magia.

– Dolió un poco pero nada que no pudiera soportar. – Minimizó. – ¿Te gusta? Si quieres cambiar algo, lo que sea, dímelo y...

– Así es perfecta.

Naruto suspiró aliviado. Sabía que Sasuke estaba acostumbrado a castillos y lujos, por ello mismo había hecho la casa lo más grande, elegante, bonita y familiar que había podido aún si eso tenía en su límite de resistencia al dolor ocasionado por el sello en su brazo.

– Bien, entonces sólo queda una cosa por hacer. – Exclamó cargando al pelinegro en modo princesa.

– ¿Q-Que estás haciendo?

– Vamos entrar a nuestra casa, se supone que debo cargarte para entrar-ttebayo.

– ¿Por que no te cargo yo a ti?

– Teme, no empieces, Orochimaru dijo que no debías hacer nada de esfuerzo, tienes cuatro meses, Cuando nuestro hijo ya haya nacido y tú estés bien, me cargas, es una promesa.

– Tch... ¡No lo vayas a olvidar, Usuratonkachi!

– No, no, no lo olvido... – Aseguró acomodandolo entre sus brazos, abriendo la puerta, y cruzando el lumbral.

Al Uchiha se le olvidó lo que iba a discutir y admiró gustoso el interior del lugar. Naruto lo bajo delicadamente una vez cumplida su misión de llevarlo en brazos y lo tomó de la mano guiandolo a la sala de estar. Ahí, había un juego de sala muy bonito, nada extravagante pero tampoco sencillo, una pantalla de televisión algo grande que seguramente el rubio había pedido y muebles dando un aspecto familiar y acogedor.

– Trate que los muebles fueran de tu agrado, pero si no te gustan...

– Se ve perfecto. – Volvió a decir.

Su marido sonrió y lo volvió a tomar de la mano arrastrándolo dentro de lo que inmediatamente supo, era la cocina.

– Mmm... técnicamente creo que seré el único utilizando la cocina, y como no sabemos si nuestro hijo preferirá la sangre o la carne... pues, compré este lindo comedor de vidrio-ttebayo, si se rompe le diremos a Deidara que lo repare. – Solucionó. El Uzumaki dió por terminada esa área y lo llevo por una serie de pasillos hasta abrir una puerta de vidrio que daba directamente al patio. – Es un patio muy grande, no me dió tiempo, pero en cuanto nazca nuestro hijo pondré juegos en la esquina de allá y un columpio en ese árbol de ahí... – Exclamaba alegré haciendo sonreír a Sasuke. – La puerta es de vidrio porque obviamente debemos cuidar que nada le pase y no lo secuestren serpientes robadoras de tejido muscular, también podemos ver desde arri... ¡Ah! se me olvidó lo más importante. – Gritó volviendolo a arrastrar devuelta a la sala de estar donde subieron unas escaleras al segundo piso de la casa que más bien parecía una mansión. – Coloqué 6 cuartos; El nuestro es el del fondo del pasillo. ¡Este de aquí! – Dijo abriendo la puerta y dejando a la vista una gran cama con sábanas aterciopeladas. – El de aquí es el baño, tenemos jacuzzi y regadera... allá está la alcoba, espaciosa-ttebayo, para cuando vueles y quieras regresar. A lado está el cuarto del bebé, aúnque eso será cuando esté más grande, la cuna la mantendremos aquí con nosotros, no te preocupes por no poder dormir, yo lo cuídare por las noches, y si tenemos problemas con cualquier cosa tenemos a mamá y papá que nos ayudarán en lo que necesitemos, así que estaremos bien... ¿Estás feliz? – Preguntó dándose la vuelta y viendo al pelinegro recargado en el marco de la puerta con una discreta sonrisa. – ¿Qué?

GUERRA DE CLANESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora