Naruto Uzumaki, el próximo heredero del clan de hombres bestia. Tras volver de un exhaustivo entrenamiento junto a su abuelo para tomar su lugar como líder, conocerá en un afortunadamente incidente a Sasuke Uchiha, un chico tan hermoso como arrogant...
— ¿¡Naruto, por qué estamos en la laguna!? — Gritó al sentir el agua fría y ver la construcción vampírica a lo lejos. — ¿¡Si sabes que hay una puta anguila eléctrica aquí!?
— Lo siento, Lo siento, es que... me tomaste desprevenido y me desoriente. — Se disculpó a sus espaldas.
Sasuke siguió caminando sin dirigirle la mirada intentando salir del agua antes de que el puto pez apareciera nuevamente a comérselo.
— Ugh, Mi ropa se mojó completamente, maldita sea... ¡Naruto saca-...!
El regaño en su garganta desapareció en cuanto se giró a verlo y una sonrisa se formó en su rostro.
Naruto lo miro confundido por el cambio tan repentino de actitud.
— ¿Que pasa-ttebayo? — Preguntó.
Sasuke caminó hacia él y lo miro directamente a los ojos.
— Nada, me gustas más así.
— ¿Eh?
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. . .
— ¡Sasuke! — Saludó Ino en cuanto abrió la puerta.
— Ino, necesito que me hagas un favor. — Dictó el Uchiha entrando seguido de Naruto.
— ¡Ah, Naruto! ¡Volviste a ser rubio! ¡Bienvenido de vuelta al team!
— ¿¡Eh, de qué hablas-ttebayo!? — Cuestionó el Uzumaki desapareciendo.
— ¿¡Chara!? — Resonó la voz de Sai haciéndose presente con un niño rubio en brazos.
— Hermano... — Salió por inercia de los labios de Sasuke. Era cierto, Sai tenía un hijo con Ino. — Se parece mucho a ti.
— ¿¡Lo crees enserio!? Eh... ¿Por qué has venido?
— Necesito ayuda de Ino, Ino, quiero que me muestres las memorias de Naruto.
— ¿D-De Naruto? ¿Estás seguro?
— Si. ¿Me ayudarás?
— ¡Claro!
— ¡Sasuke, volví a ser rubio-ttebayo! — Apareció de vuelta el Uzumaki con un espejo en mano.
— Naruto, siéntate en esta silla. — Obligó la Yamanaka tomándolo por los hombros.
— ¿Eh, por qué-ttebayo? — Quiso saber una vez sentado.
— Sasuke entrará en tus recuerdos. — Respondió sentando al pelinegro en otra silla frente a Naruto.
— ¿¡QUE!? ¡NO! ¡NO,NO,NO,NO,NO-TTEBAYO!
— Naruro, no te muevas, no puedo vincular sus mentes.
