CAPÍTULO 6: MAGIA

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— Sasuke, déjame entregarme por completo a ti.

Una corriente fría fluyó en la espina del Pelinegro debido a la sorpresa.  Los ojos originalmente azules habían desaparecido para dar paso a un dorado ámbar que brillaba en la oscuridad de aquella oficina.

Eso era nuevo.

¡MUY, MUY NUEVO!

— Naruto...

El Uzumaki sonrió juguetonamente mordiendo su vientre.

—¡Ah! —  La lengua habilidosa que esperaba hubiera desarrollado con solamente con el, Se guío en el camino de sus abdominales; adorando, admirando.

Sabía perfectamente que algo estaba extraño aquella noche. Realmente quería detener las caricias que eran proporcionadas a su cuerpo para poner prioridad a la situación, pero el rubio no la dejaba fácil.

— Podría hacerte un bebé si tú quisieras... — Fue tentado.

Ah, maldita sea...

El piel bronceada tomo la orilla de su pantalón y lo fue bajando lentamente hasta desprenderlo del todo.

La tela resbalando en su piel ardió en placer cuando Naruto beso cuello en sonidos indecentes. Los gruesos dedos de una mano proporcionada bajo y sostuvo sus muslos,  pellizcando delicadamente antes de abrir sus piernas.

Lo aceptaría.

Aceptaría todo lo que Naruto quisiera darle.

Amor, cariño, anhelo. Prefería morir a demostrarlo, pero era completamente dependiente de ese maldito dobe de ojos cambiantes que lo tenía desnudo sobre un escritorio.

El chico se alzó sobre él, glorioso, fuerte, y feroz.

Desabrochando su propio cinturón, el rubio tomó la carne gruesa, roja y dura que se precipitaba entre un líquido chorreante en su punta. Sin esperar nada más, el Uzumaki sujeto la nuca del Uchiha, guiando un beso húmedo, caliente, y demantante al momento que su pene entraba en un movimiento por la tierna piel de su amante.

Sasuke gimió en su boca.

— Lo siento, creo que no podré contenerme-ttebayo. —Se disculpó antes de tomarlo nuevamente de la cintura mientras el pelinegro se sostenía a el.

¿Había algún día en que esté dobe se contuviera?

Mientras era embestido furiosamente, Sasuke intentó entender el anhelo de ambos hacia el otro.

Un sentimiento inmortal, tan sólido y resistente como el acero.

Una urgencia tan eterna de la piel del otro, que la locura quedaba como uno de los síntomas mínimos.

Sonriendo internamente, mordió suavemente el cuello bronceado. Delicioso, salvaje y suyo. Ese era Naruto.

Rápidamente el clímax llegó a ambos, el placer y la sensación de saber que eran todo para el contrario, era el único alivio que deseaban.Y así, abrazados uno del otro, Naruto sintió la liberación de su semilla corriendo dentro del pelinegro.

Sasuke aún se aferraba a él tratando de recuperar el aire perdido, esa sensación de estar lleno y unido a la persona que amaba lo hacía sentir tan jodidamente feliz que casi podría verse en su rostro.

El chico sobre él lo tomó de las mejillas con esa mirada que le decía tanto aún si de su boca no salía una palabra. Y lo sabía, sabía lo que iba a decir mucho antes de pronunciarlo.

—Te amo tanto'tteba...

Si, eso era lo que le gustaba tanto del rubio, las cosas que decía sin temor a las represalias y las consecuencias.

GUERRA DE CLANESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora