Naruto Uzumaki, el próximo heredero del clan de hombres bestia. Tras volver de un exhaustivo entrenamiento junto a su abuelo para tomar su lugar como líder, conocerá en un afortunadamente incidente a Sasuke Uchiha, un chico tan hermoso como arrogant...
– ¿¡Que está sucediendo contigo!? – Reclamó el Nara después de que Sakura le contará lo sucedido en la fiesta.
Naruto seguía con la vista en el suelo, sin dirigirle la mirada.
Aunque la pelirosa quería abogar por él, el de ojos azules ya era un adulto, nadie podía sacarlo de sus propios problemas.
Finalmente el Uzumaki habló:
– Siempre... he sentido a Sasuke, a veces en pequeñas descargas eléctricas que corren por mi cuerpo, pensaba que era algo mental, pero estas últimas semanas, lo siento, lo olfateo cerca de mi... casi como si estuviera abofeteandome en la cara.
– Naruto, es algo normal, no dejes que eso... – Se identificó el semi dios.
– ¡No! – Interrumpió levantándose de su silla y acercándose a él. – ¡Era real, lo comprobé hoy, Shikamaru, tuve a Sasuke frente a mí como te tengo a ti ahora!
– Estás confundido Naruto, Sasuke mu...
– ¡Sakura-chan, dile!
La hechicera y el estratega lo miraron sorprendidos.
Desde que Sasuke había muerto, Naruto jamás había utilizado apodos o honorarios en ninguna persona.
No hasta ahora.
La chica salió de su estupefacción.
– Lo siento, Naruto. – Negó. – Se parecía bastante a Sasuke-kun, tienes razón, sin embargo, a quien viste en el banquete era un chiquillo, no parecía mayor de 18 años. Su propio padre se lo llevó frente a tus ojos.
– Tch... – Desistió sabiendo que era verdad.
– Hagamos esto. – Propuso el Nara ganando su atención. – Investigare al chico por ti, ¿Te parece? Buscaré registros, números, direcciones, etc, etc... hasta entonces, no lo buscarás, y cuando finalmente te des cuenta que no hablamos de la misma persona, desistiras y no lo buscarás en absoluto. ¿Entendido?
–... Si. . . .
Una semana después;
– ¿Hasta cuándo estarán los papeles? – Cuestionó cansado.
– ¿Que papeles? – Preguntó Menma.
– Nada importante, te dije que no tallaras tus ojos. – No quería contarle a Menma de sus alucinaciones.
– Es difícil, no parece haber registros de ningun "Charasuke" – Le informó el Nara. — Más cuando no me das nada más que su nombre.
– Tch...
– ¿Puedo dormir en casa de Shikadai esta noche?
– Pregúntale a Shikamaru.
– ¿Tío Shikamaru, puedo dormir en su casa?
– Claro, Menma.
– ¡Hey, ¿Cómo han estado!? – Resonó una voz que hizo a Naruto suspirar cansado.
– Hola, Orochimaru.
– ¡Menma, Shikadai! – Corrió a abrazarlos el reptiliano mientras los revisaba físicamente. – Sip, definitivamente son buenos especímenes como siempre.
– Hola, tío Naruto, señor Shikamaru. – Saludó un niño de cabello azul claro y ojos amarillentos que se recargó en los hombros del líder bestia.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
