CAPÍTULO 7: EL GUERRERO

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Se detuvo sobre la rama de un árbol analizando el territorio.

Podía ver a lo lejos sus tropas trepando y moviéndose entre los árboles, llevaban media hora buscando y aún no lo encontraban.

—Hay movimiento en la zona norte del bosque, se dirige hacia acá. – la familiar voz se colocó a su lado.

—Bien, ¿Cómo está Deidara?

—Estable. ¿Estás seguro de esto? creo que deberíamos hablar con Kushina o Minato.

—Están ocupados con los clanes del sur.

—Pero si les llamamos...

—Está bien, podremos manejarlo.

Justo en ese momento los árboles frente a ellos comenzaron a crujir mientras los animales huían en su dirección.

— ¡Kakashi! — Gritó la pelirroja asustada.

—Tranquila Karin, necesito que estés concentrada.

—Mis sellos no lo retendrán lo suficientemente, si vamos a hacer esto tienes que hacerlo rápido.

El último árbol cayó al suelo levantando una nube de polvo mientras la bestia gigante salió de entre los escombros.

—Su transformación está incompleta— Observó Kakashi. — ¡Karin, ahora!

La mujer cayó de rodillas frente al gigantesco ser y con una mano en el suelo conjuró lo único que podría retenerlo en ese momento. Brillantes cadenas salieron de sus manos rodeando las grandes patas naranja para impedir su movimiento.

— ¡Ahora! — Gritó sintiendo su cabeza fallecer por el increíble esfuerzo de sujetarlo.

Kakashi tan veloz como siempre, sacó un pergamino de su bolsillo y colocándole en la frente de la bestia y recito:

—Guerrero perdido, te limitó una vez más...— La bestia tiraba y se retorcía comenzando a liberarse del agarre de las cadenas. — ¡Naruto Uzumaki del clan Uzumaki, guerrero del clan y portador de la bestia de 9 colas, YO ; KAKASHI HATAKE, TE LIMITO.  — Gritó un poco asustado, pero eso no importaba, No sería la primera ni la última vez que tendría que sellarlo.

Como si la bestia escuchará las palabras de su amo, se desvaneció en una nube de vapor dejando en su lugar a un chico rubio lleno de rasguños.

Sus tobillos sangraban por las cadenas que aún se aferraban firmemente a sus pies descalzos y sus ropas se encontraban completamente rasgadas.

—Eso duele—ttebayo...

—¿Así saludas a tu maestro después de no verlo dos años y medio? — Cuestionó Kakashi más calmado.

—Cuan...to...ti...em...po...ka...kashi...sen...— sin terminar el saludo, se desplomó al suelo completamente rendido.

—Dios santo... ¿Es que acaso siempre tendré que cargar contigo?

—Me agrego a la lista. —Dijo una Karin completamente agotada mientras también caía al suelo.

— Perfecto.

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Deidara se encontraba en el hospital de la reserva esperando al doctor que le daría informes de su hermano, Naruto se encontraba frente a él, recostado en una cama durmiendo tranquilamente.

—Dime, Deidara, ¿Qué hizo que mí querido sobrino menor perdiera el control nuevamente? — Indagó el peliplata mientras se encontraba sentado en una silla leyendo un refrescante libro después de cargar a dos Uzumaki hasta el hospital.

GUERRA DE CLANESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora