GUERRA DE CLANES

CAPÍTULO 5: FUTURO

Toda la sala estaba completamente en silencio.

La chica rubia que se había colado traspasando las barreras de los tres líderes sonreía inocentemente.

—¿Sacerdotisa? —Preguntó incrédulo Obito. La chica era muy hermosa. Cabello rubio y piel porcelana con unos lindos ojos lavanda. Parecía ser todo lo contrario a lo que Tsunade había declarado minutos atrás.

Tsunade bufó tomando asiento.

—¿Que hace una sacerdotisa en terreno prohibido?. —Soltó estudiando el comportamiento de la segunda rubia en la habitación. —Creé este terreno con el propósito que nadie excepto nosotros estuviéramos presentes, Y por si fuera poco, esos dos te acompañan. —Añadió observando las dos sombras detrás de las chicas.

—He tenido una visión. —Respondió Shion. —El destino me guío hasta aquí para cumplir el mandato que me ha impuesto el líder del clan bestia. —Ignorando olímpicamente a todos en la sala, La sacerdotisa camino en dirección al rubio.

Pero antes de dar los últimos 10 pasos, fue detenida.

Kakashi y Asuma estaban frente a la silla de Naruto.

Más adelantado a ellos dos...

Sasuke detenía sus pasos.

—Vaya... ¿No eras tú el perro guardian del líder de los vampiros? —Sin esperar respuesta añadió.—¿Líder del clan bestia, Podría acercarme? —Preguntó inocentemente.

—Puedo escucharte claramente a esta distancia. — Le respondió el rubio totalmente divertido.

—Entonces ... Déjame entregarme por completo a ti.

-...

-...

-...

-...

-...

Todo el lugar quedó en completo silencio.

¿Las sacerdotisas podían volar? Se descubriría pronto.

—¡Sasuke, detente!

Muy tarde.

El pelinegro desenfundó su katana y sin altivos de arrepentimiento atacó a la rubia con un duro golpe que la chica supo detener sin esfuerzo.

Pues ya había tenido una visión de este hecho desde mucho, Mucho~ tiempo atrás. Antes de lanzarse cualquier tipo de contrataque, una mano bronceada sostuvo fuertemente el brazo de la chica

—Detente. –Le ordenó Naruto.

Y ella se detuvo.

—Mis más sinceras disculpas.

Naruto se acercó al oído de Sasuke.

—Aunque la escena fue muy linda, guarda eso antes de que mates a alguien-ttebayo.

—Tu no me mandas. —Le contestó un muy enojado pelinegro. ¡Idiota obtuso!

Naruto sonrió ante la actitud de Sasuke. Hecho que no pasó desapercibido por Shion.

—Verás... – Le habló el rubio a la sacerdotisa.— La verdad es que a la persona que acabas de atacar, es una de las que quiero proteger.—Sasuke no parecía querer perdonarlo, y chasqueo la lengua cruzándose de brazos.— Así que acabas de perder mi fe en ti.

—Lo lamento mucho. —Aceptó shion en modo de reverencia. —No debí excederme, ya me di cuenta que no soy bienvenida aquí. Sin embargo, recuerden esto por favor. Lo que viene no será una pequeña bomba en sus oficinas... será peor y terminará con sangre azul derramada.