Naruto Uzumaki, el próximo heredero del clan de hombres bestia. Tras volver de un exhaustivo entrenamiento junto a su abuelo para tomar su lugar como líder, conocerá en un afortunadamente incidente a Sasuke Uchiha, un chico tan hermoso como arrogant...
Sus músculos se habían tensado repentinamente, el dolor en su cabeza había aparecido hace unos segundos, pero parecía que llevaba con el días enteros.
Algo estaba mal.
— ¿Mm, Que pasa Karin? – Deidara quien se encontraba a su lado con su novio la veía preocupado.
—... –Debía calmarse. Había visto a Suigetsu minutos atrás y seguramente ya estaba junto a Max dentro del auto. Todo estaba bien, ¿Cierto?
Pero sus palabras se vieron cruelmente desmentidas al sentir un gran dolor atravesar su pecho.
— ¿Karin? – La pelirroja salió disparada hacia la salida dejándolo con las palabras en la boca. – ¡Oye! ¿¡A dónde vas!? ¡Karin!
Definitivamente algo había sucedido.
Corría a toda la velocidad que daban sus piernas, le importaba poco si alguien se sorprendía o si revelaba su secreto. Ella debía encontrar a su familia.
— ¿¡Karin!? —Escucho que la llamaban, pero no le importó. – ¡Oye, espera-ttebayo! joder... Sasuke, espera aquí.
Naruto que seguía junto al pelinegro logró ver a su prima salir corriendo del salón seguida de Deidara quien parecía preocupado, así que decidió dejar a Sasuke junto a Itachi y ver que sucedía.
—Dei, ¿Que sucede?
—No tengo idea, sólo salió corriendo de la nada.
Su prima corría más adelantada que ellos sin prestar atención a la gente con la que chocaba, la desesperación era evidente y el dolor podía reflejarse en sus movimientos.
Ahí fue cuando Naruto lo entendió.
Su sentido de próximo líder del clan afirmaba su presentimiento al ver a Karin completamente desesperada.
— ¡Dei, es el vínculo de Karin, se ha roto! — Informó.
— ¿¡Que quieres decir con que se ha roto!? —Estaba cansado, Naruto y Karin tenían la sangre dominante de hombre bestia corriendo por sus venas, pero él tenía más afinidad por la magia como su padre. El deporte no se le daba bien.
—Algo le sucedió a Suigetsu o a Max, iré a confirmarlo. Necesito que vayas y avises a papá y mamá, definitivamente esto es obra de los vampiros. –Naruto seguía corriendo, pronto estarían en el estacionamiento donde se suponía estaban Max y Suigetsu. Si se desataba una confrontación necesitaba refuerzos, él todavía perdía el control de su bestia interior y estaban en la escuela donde había demasiados humanos, Incluyendo a Sasuke, su destinado. No podía cometer errores.
—Entiendo, espera por nosotros y no hagas nada precipitado. –Deidara se detuvo viendo a su hermano perseguir a Karin y entró en un salón abandonado. Tenía que dibujar el círculo de transportación.
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Ya no lo sentía.
Sin poder retenerlas, sintió como las lágrimas se desbordaron por sus ojos.
Cuando había conocido a Suigetsu supo en el momento que lo vió que era su destinado, aún si el chico era la persona más irritante que había conocido en su vida, no evitaba que también fuera su único e inevitable amor. El día que le confesó que era una mujer bestia después de 6 meses de noviazgo, él sólo sonrió.
—Te amaría con la misma intensidad que te amo justo ahora, aún si fueras un alíen...
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