Naruto Uzumaki, el próximo heredero del clan de hombres bestia. Tras volver de un exhaustivo entrenamiento junto a su abuelo para tomar su lugar como líder, conocerá en un afortunadamente incidente a Sasuke Uchiha, un chico tan hermoso como arrogant...
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– ¡Naruto-kun!
– ¿Mnh?...oh, Hinata. – Saludó el de ojos azules viéndola correr hasta su lado.
– ¿Te sucede algo, Naruto-kun? – Preguntó la pelinegra viendo las ojeras debajo de sus ojos.
– Estoy bien, no es nada. – Mintió. – ¿Necesitas algo?
Hinata se había vuelto parte de la manada al casarse con Kiba, un hombre bestia. Él aún recordaba todo lo que tuvo que pelear con Itachi por la estadía de la Hyūga en la reserva con la condición de no salir sola, ya que el Byakugan era un secreto vampirico y podía ser robado.
– Verás... El cumpleaños de Kiba es mañana y no he comprado nada para él. No puedo salir de la reserva sin supervisión así que... ¿Podrías llevarme, por favor? – Rogó.
– Estoy algo ocupado. ¿No podrías pedírselo a Shikamaru?
– Ya lo he hecho pero tiene planes con Shikadai.
– Ah, vamos. Necesito algunas cosas. – Se les unió una vocesilla haciendo a los dos adultos bajar la mirada.
– Menma. – Lo nombró Naruto. – ¿Que es los que necesitas?
– Tomates.
– Tenemos en la casa.
– Bolas de arroz.
–...
– Y un helado.
– Tu sólo quieres salir por ocio. – Reprendió.
– Y Hinata quiere ir por un regalo, todos salimos ganando.
Naruto exhaló dramáticamente.
– No tutees a tus mayores... – Repitió por milésima vez desde que aprendió a hablar. – Está bien, vamos.
– ¡Hurra!
– ¿Hinata, te acompañará alguno de tus hijos?
– Nop. Tienen la tarea de distraer a su papá hasta que yo vuelva. – Dijo culpablemente.
. . . .
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. .
– ¡Papá, alcanzanos!
– ¡Si papá, no seas lento!
– ¡N-No vayas a caer papá, l-las piedras son resbalosas!
– V-v-voy a... c-castigarlos... – Decía entre bocadas de aire. Sus hijos ya habían subido por la colina de piedras sumamente empinada mientras él no llevaba ni la mitad. Tal vez era el karma, porque curiosamente, él le había hecho exactamente lo mismo a su padre junto a su hermana mayor en la niñez. – ¡KIRA, HIMA, HANA! ¡VUELVAN AQUÍ AHORA MISMO!
