CAPÍTULO 33: PROPÓSITO.

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Todos se habían detenido.

Los hijos y herederos quienes se creían muertos, habían aparecido tras un círculo de transportación para luego ser atacados por un hombre lobo que había sido asesinado por el príncipe vampírico tras proteger al heredero del clan Uzumaki, y por si fuera poco, la vampiro estaba en suelo gracias a Deidara quien la tenía inmóvil en el suelo...

Un día bastante raro.

— ¡Naruto, Deidara! — Gritó Kushina soltando a Mikoto quien en cuanto se vio liberada corrió hacia los pelinegros.

— ¡Itachi, Sasuke! – Ambas mujeres abrazaron a sus cachorros.

Fugaku soltó a Minato.

Temari se levantó de Shikamaru observando la escena mientras el castaño lloraba al ver a Naruto a salvo.

— Bebé llorón...

— ¡Es que estoy contento!

Kakashi veía la escena desde arriba donde aún se encontraba a horcajadas sobre Obito.

— Oye, no me incomoda ni me molesta la posición, pero necesito hablar con mis sobrinos...

Kakashi se levantó y saltó hacia los rubios sin despedirse.

— Urg, sigue sin tener modales...

— ¡Malditos! – Gritó Konan aún en el suelo. – ¡No saben lo que han provocado! ¿¡Creen que solo éramos nosotros dos!? ¡Hay más personas dentro de nuestra organización!

— No entiendo nada'ttebane...

— Espera madre, te contaremos todo, pero primero necesitamos hablar con ella.

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.

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Las tropas fueron disueltas.

Dentro de una barrera completamente obscura gracias a Tsunade, sólo Itachi, Obito, Sasuke, Mikoto, Kushina, Naruto y Deidara se encontraban dentro. En medio del lugar había una silla con una peli morada atada que yacía con la cabeza agachada.

Naruto les había contado lo sucedido a su madre y a los dos líderes vampiros.

Lamentó el hecho de iniciar la guerra por creer que eran ellos quiénes asesinaban a su gente, aclaró que Sasuke no lo había intentado matar y que él no se había hecho su amigo para robar información, así como tampoco sabía que Sasuke o Itachi eran vampiros antes de que su abuela lo revelará. También hizo que Tsunade se disculpara por encerrar a Sasuke y afirmó que la culpa de todo, lo tenía la chica en la silla.

— ¿Cual fue tu propósito? – Siseo Kushina tronando sus nudillos.

La chica no hablo.

— Creo que estás siendo muy suave Kushina-san, deberíamos matarla ahora mismo. – Habló Mikoto saliendo de las sombras con sus ojos color sangre. Extrañamente, se habían vuelto buenas amigas.

La chica tembló, frente a ella, las líderes del clan vampírico y hombres bestias querían asesinarla

—Destino... – Susurró.

— ¿Destino? — Cuestionaron ambas.

— Ustedes siempre creyendo que sólo por estar destinado a alguien debes amarlo... – Comenzó a llorar, intentando retener su ira se giró hacia Deidara. – ¡Tú! ¡Creíste estar enamorado de una persona toda tu vida y cuando murió y llegó tu verdadero destinado, ¿¡Que hiciste!? ¡Lo olvidaste!

— E-eso no...

— ¡No quiero! – Gritó la pelimorada. – ¡No quiero amar a alguien sólo porque el maldito destino lo dice!

GUERRA DE CLANESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora