Estimado Señor 59

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Llegó a clases con ojeras que invadían sus mejillas al día siguiente, las RayBan negras de Greco le sentaban aun más fatal a su aspecto fúnebre. No había dormido mas de tres horas pensando en donde demonios se escondía Ara y porque había decidido jugar al gato y al ratón con ella otra vez.

–No entiendo Lena, me dijiste que no sabías nada de ella hace tiempo.

–Simplemente ha vuelto, ella jamás da explicaciones.

Greco deslizó su mano hacia las de Lena, provocaba incluso en él que juró jamás tener lástima de su mejor amiga, un apretón de garganta. Era injusto, pensaba, aunque jamás conoció a Ara, siempre fue un dolor de cabeza para Lena, le cruzó por la mente la peor de las intenciones de su gemela, no tenía explicaciones muy bondadosas el atribuir su regreso con los exámenes finales antes de terminar el año.

–Debes olvidarte de eso, por favor te has pedido la mitad de las actividades finales de curso–dijo Greco golpeando la mesa con las palmas.

–Tu y yo odiamos a la mitad del salón, Greco –contestó Lena sin importancia.

–Ya lo sé, pero se supone que esto es parte de la vida, no sé, ir a juegos de basquetbol realmente malos y luego ir a un baile de graduación.

Lena ahogo una sonrisa en sarcasmo.

–Ni pienses que iría.

–¿Ni siquiera por mí?–dijo con mohines exagerados.

La caoba bajó los anteojos hasta la mitad de su cara.

–Eso es jugar sucio, compañero.

Greco besó su mano, sabía que jamás la caoba dejaría de hacer algo si él se involucraba en la petición. Después de todo, cumplir con finalizar su ciclo escolar considerando lo difícil que fue volver, era un mérito que no podría pasar sin mas y aunque aun faltaban casi dos meses para ello, sabía que Greco tendría ya todo listo para ese día.

Un hombre alto con sombrero de lino oscuro atravesó el pasillo dejando a mas de una púber a medio orgasmo consumado con un simple saludo. Lena no evitó caer en el efecto Lenner al par, más aun cuando dio cuenta de que el profesor la buscaba con la mirada.

–Vaya, vaya, veo que el efecto Lenner aun no ha encontrado cura–bufó Greco a medio morder una zanahoria– me siento honrado de ser tu amigo y que ya conozcas que hay debajo de su ropa.

–Greco, respecto a eso...hay algo que quiero contarte.

Las zanahorias dejaron de ser deseables por el mejor amigo de la caoba cuando esta dejó los lentes de lado para jurar sinceridad con la mirada.

–Estoy saliendo con Lenner, estamos juntos.

La tos de impacto de Greco alertó al grupo de jazz sentados a una mesa de distancia mirándolo con asco al verlo escupir, la caoba no pudo decir mucho mas que sonreir esperando su aprobación luego de beber agua.

–¿Tú y Lenner?

–¡Por Dios, baja la voz!–masculló Lena tensando el rostro.

–Wow –dijo aun sin mirarla bebiendo otro sorbo de agua– más le vale hacerme pasar bien su materia, estoy algo mal en....

–¡Greco!– interrumpió Lena–... hablo enserio.

–Ok, primera dama, mi bendición.

Acordaron ese día encontrarse en los manzanos luego de que Lena dejase todas las esculturas de papel maché secar al sol después de la clase de geografía. David la esperaba en su auto apartado de todos los estacionamientos delanteros. Aprovechando la neblina del día David estaciono un poco más cerca que de costumbre con la puerta abierta a esperar a su Lilith.

–Lamento el retraso–dijo subiéndose y cerrando la puerta con cuidado– Jeremy estaba muy inquieto hoy.

–Buen día, preciosa–contestó David besando sus labios–lamento no llamar anoche, Piero se emborracho y fue un fastidio.

–Descuida –contestó Lena acurrucándose en las palmas del profesor– prefiero siempre hablar contigo frente a frente.

–Pues –dijo el profesor mirando su rolex antiguo con muecas de desagrado– soy tuyo por treinta minutos por ahora, pero llego a casa a las seis luego de la junta de maestros, ¿Vienes a cenar?

Lena besó su palma asintiendo, no podía evitar mirar con ternura los malabares del profesor para brindarle un pedacito de su día.

–A las seis estará bien–sonrió casi sin ganas

–¿Qué pasa con Lilith?–dijo el profesor tomando sus mejillas– luces desanimada.

–No dormí bien anoche, mi abuela ha estado actuando raro y....

–¿Y...?–dijo el profesor resoplando por la nariz.

–Ara a enviado otro mensaje.

El profesor apoyó las manos en el manurio y apretando la cuerina de este conteniendo su rabia le devolvió a Lena la mirada.

–Detesto que ella irrumpa así en tu vida Lena, más cuando estás en exámenes finales.

–Lo sé David pero Ara sigue siendo mi hermana...es mi gemela.

El profesor opto por el silencio para no incomodar aun más a Lena, calmando sus ansias de arrojar al infierno a la gemela de Lilith y rescatar a Lena al paraíso, volvió a besarla.

–No dejaré que te lastime –juró el profesor.

–No lo hará.

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