Capítulo 9: Nido de Oro, Nido de Plata, Nido de Perro

1K 135 7
                                    


Levantándose, junto con su discípulo, salió. Miró la posición de su propia cabaña, y luego, de su bolsa de almacenamiento, sacó un objeto. Lanzándolo al suelo, apareció una refinada edificación de tres pisos, radiando un brillo dorado, junto a la casa con techo de paja, tiñendo todo el cielo nocturno con destellos y una atmósfera mágica.

—Ma... Maestro. —Zhu Yao señaló con su dedo tembloroso al edificio que era capaz de cegar los ojos—. Vivir... en una casa como esta, no es una muy buena idea, ¿verdad?

—¿No te gusta? —Yu Yan levantó una ceja. Él obtuvo esta casa de un espíritu sapo que había cultivado durante mil años. En aquel entonces, cuando se la quitó, aunque personalmente no le gustó, cuando miró los ojos arrepentidos del espíritu sapo, llegó a la conclusión de que aun así era algo bastante bueno, por lo que creía que a su pequeña discípula le gustaría.

Yu Yan bajó la cabeza, continuó buscando a través de su bolsa, y casualmente arrojó otro objeto. Esta vez, era un patio hecho de jade. Bajo el brillo de la luz de la luna, emitía una tenue luz plateada, y desde el exterior, los lujosos diseños y muebles dentro del edificio podían verse vagamente.

Zhu Yao no pudo evitar usar su mano para sostener su mandíbula, que estaba a punto de caerse. Parecía que... ella había sido tomada como discípula por un increíble magnate. Miró el edificio dorado de la izquierda, luego, miró el edificio de jade a la derecha, y luego, miró a la casita de paja llena de tierra en el centro.

—Escoge el que quieras para vivir —dijo Yu Yan con indiferencia.

Zhu Yao miró fijamente a su propio maestro, como si lo viera convertirse en un dios del río, y con una casa dorada en una mano, y una casa de plata en la otra, preguntándole:

—Oh, chica valiente, la casa que arrojaste, ¿fue esta casa dorada, o esta casa de plata¹?

Zhu Yao se tragó su saliva y reprimió profundamente la vanidad de su corazón. Aquella fábula de Esopo le había enseñado que, para ser humana, es necesario mantener un perfil bajo. Como su maestro vivía en una cabaña con techo de paja, sin importar cómo se viera, sería inapropiado que su discípula viviera en la casa de oro o la de plata.

—Maestro... creo que está bien si me das una casa similar a la tuya.

Yu Yan inclinó su cabeza, le dio a su discípula una mirada extraña, y suspiró, revelando una expresión "como yo pensaba, mi discípula es realmente una idiota". Con un gesto de su mano, los dos edificios regresaron. Y luego, con algunas artes desconocidas, se comenzó a construir una casa con techo de paja a una velocidad visible al ojo.

Ni siquiera un momento después, una casa con techo de paja fue construida exactamente igual a la otra. Zhu Yao le agradeció a su maestro y entró a su propia casa. Ella descubrió que, el interior era exactamente igual al de su maestro, aparte de una cama de madera y una manta, no había nada más.

Después de estar fatigada por dos días y una noche, a Zhu Yao ya no le importaba nada, y simplemente se acostó en la cama y entró en el país de los sueños.

Al día siguiente, Zhu Yao se despertó muy temprano. No es que ella fuera diligente, más bien, la cama en su habitación era demasiado dura. Ella por un momento lamentó rechazar esas dos exquisitas casas en ese entonces. Como pensé, uno no debería tratar de poner un frente, y aceptar la oferta cuando sea necesario.

Al abrir la puerta, Zhu Yao se dio cuenta de que su maestro ya la estaba esperando afuera. Él miró a las profundas y pesadas bolsas bajo los ojos de ella, frunció un poco el ceño, y le indicó que se sentara en el suelo vacío frente a él.

Mi Discípulo murió una vez másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora