Capítulo 136: Malas Intenciones

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Hola a todos, soy Zhu Yao. Actualmente... soy un jade divino. Para ponerlo en términos simples, soy un piedra.

El primer día que ella se convirtió en un jade divino, una mujer desconocida la recogió y luego... perdió a su maestro.

Con respecto a tal trágica y dolorosa experiencia, ella solo quería decir tres palabras: "esa pequeña perra".

Al ver a esta mujer, con una cara tierna y avergonzada, parada en la espada divina de su maestro mientras se dirigían a su residencia, Zhu Yao sentía el impulso de rasguñarle la cara en cada momento dado.

El problema era que su maestro le creyó.

Aunque Zhu Yao siempre había sabido que a su maestro le faltaban algunos tornillos en su cerebro, ¿su inteligencia tenía que caer en un momento así?

—Maestro, ¿qué es este lugar? —preguntó la mujer mientras señalaba enfrente, no lejos de ellos.

Ese era una barrera envuelta en nubes de relámpagos, y rayos de color púrpura que destellaban continuamente. Desde lejos, uno podía sentir la atmósfera monstruosa e imponente, disuadiendo a las personas de acercarse a ella.

—Palacio Divino del Rayo. —Yu Yan se volvió y miró a esta discípula que evidentemente se había vuelto mucho más cautelosa que antes. Sus cejas se fruncieron.

¿Podría ser que después de perder su memoria, su personalidad también cambiaría?

»Ya que ya has llegado al Reino Divino, vivirás conmigo en el Palacio Divino del Rayo en el futuro.

—¿Maestro es un discípulo del Palacio Divino del Rayo?

—Mn —asintió Yu Yan.

Un pizca de emoción pasó por los ojos de la mujer en un instante, sin embargo, luego la ocultó rápidamente. Con una mirada despistada, ella preguntó:

—Me pregunto qué tipo de lugar es este Palacio Divino del Rayo.

Pensando que su discípula solo había ascendido al Reino Superior no hace mucho, y que probablemente no estaba clara de la situación de aquí, Yu Yan le explicó:

—El Palacio Divino del Rayo es el lugar que gobierna las reglas y los castigos del Reino Divino.

¿Reglas y castigos?

Entonces, ¿este lugar no era similar a un tribunal?

Zhu Yao miró a su maestro. Su maestro era actualmente un juez en el Reino Superior. Sin embargo ella no podía verlo como uno.

—Ya veo. —Los ojos de la mujer brillaron aún más que antes. Un momento después, ella dijo—: Me pregunto qué otras personas hay en este Palacio Divino del Rayo. ¿Maestro está bien que me traiga allí de esta manera?

Yu Yan, quien estaba a punto de levantar su mano para dispersar las nubes de relámpagos, se detuvo por un momento. Dándose la vuelta, miró de forma extraña a la persona detrás de él quien parecía un poco ansiosa. Su estúpida discípula también era capaz de comenzar a pensar en tales problemas.

¿Podría ser que la pérdida de memoria fuera capaz también de elevar la inteligencia?

—No tienes porque preocuparte por eso. —Mirando de forma extraña a esta discípula de mente brillante, él no podía acostumbrarse un poco a ello.

Con un gesto de su mano, las nubes en frente de ellos se dispersaron instantáneamente a dos lados.

Los dos entraron con su espada voladora, y ni un momento más tarde, el cielo que estaba completamente oscuro antes, se convirtió en un inmenso cielo azul, revelando una montaña celestial flotante en la parte posterior.

Mi Discípulo murió una vez másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora