Capítulo 80: Hermana Mayor, No me Asustes

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Su duda se aclaró cuando vio a Xiao Yi de pie a solas con el resto de los Señores de las Montañas en la gran sala. Rui Yu no estaba a su lado, por lo que él debe haber pasado los tres días extra para apaciguarla.

—¡Maestra! —al verlas entrar a la sala, Xiao Yi les dio la bienvenida con una expresión emocionada. Para ser precisos, le estaba dando la bienvenida a Feng Yi—. Es fantástico que esté bien.

—Mn —respondió Feng Yi de forma plana, y luego, lo paso de lado, caminando hacia los asientos más altos. En ese momento, la expresión de Xiao Yi se volvió un poco fea. Una brecha se había abierto entre ellos.

Zhu Yao se rascó la nariz, y se encontró un asiento. Teniendo algunos malos pensamientos en su mente, encontró que esta escena era realmente divertida.

Ella miró cuidadosamente la cultivación de Xiao Yi, y como esperaba, había aumentado un poco más. Anteriormente, estaba en el segundo nivel de Alma Naciente, pero ahora está en la cima del segundo nivel y parecía estar a punto de llegar al tercer nivel. Se veía que en estos diez días, no se olvidó de hacer lo que tenía que hacer con Rui Yu.

La vida y la muerte de su propia maestra eran inciertas cuando ella estaba atrapada en el Terreno Desolado, sin embargo, él se sumergió en la dicha de una pareja. Pensando de esta manera, realmente merecía perder la confianza de Feng Yi.

Espera un momento, ¿por qué pudo ver su cara claramente ahora? Parecía como si la palabra "bug" en su rostro se hubiera aclarado un poco.

Zhu Yao se sorprendió por un momento, y luego, levantó la cabeza. ¡Diablos! ¡La exclamación en su cabeza también había desaparecido!

¿Podría ser porque ella liberó el Espíritu del Agua, resultó en una parte del bug ser arreglado? Cuanto más pensaba Zhu Yao, más creía que era plausible. En sus sueños, Xiao Yi obtuvo los tres Espíritus, y entonces, con sus sentidos para los cinco Espíritus, invocó a los que le faltaban el Espíritu de la Tierra y al Espíritu del Fuego.

Actualmente, él solo tenía el Espíritu del Metal en sus manos. En otras palabras, el Espíritu de la Tierra y el Espíritu del Fuego nunca estarían en sus manos. Si ella tomara también al Espíritu del Metal de sus manos, sin su único cheat, naturalmente, ya no sería un bug. Cuando pensó en esto, Zhu Yao se emocionó momentáneamente.

—Hermano marcial sénior, él se metió con una practicante hereje. Desde los tiempos antiguos, el bien y el mal nunca han podido coexistir, este problema no puede ser prolongado más. Maestro de la Secta hermano marcial sénior, por favor maneje este asunto imparcialmente —habló Zi Dan con una expresión furiosa.

Xiao Yi frunció el ceño profundamente.

—Hermano marcial sénior Zi Dan, por favor no me difame. Dice que me metí con una practicante hereje, ¿tiene pruebas?

—¿Pruebas? —resopló Zi Dan con frialdad, parecía que la ira en su corazón no era leve. Caminando hacia Zhu Yao, dijo en agitación—: ¿Quiere pruebas? Hermano menor, dígaselo. En aquel entonces, en Ciudad Primitiva Gris, ¿estaba él junto con esa mujer diabólica?

—Uh... —Zhu Yao solo pudo asentir con la cabeza.

Entonces era por este asunto. No era de extrañar que ella y Feng Yi fueran llamadas aquí tan apresuradamente. Los practicantes herejes y los practicantes de la Deidad habían luchado durante tantos años, y por mucho tiempo se habían dividido como el agua y el fuego. Por lo tanto, no era de extrañar que Zi Dan estuviera tan furioso hasta ahora. Esta vez, Xiao Yi se había metido en un gran problema.

La expresión de Xiao Yi se hizo aún más fea, aun así, él todavía refutó con una actitud justa:

—Los dos son parciales contra Rui Yu, sus palabras no pueden tomarse fácilmente por la verdad. E incluso si estoy junto a ella, no prueba que me he metido con una practicante hereje, ¿o sí? Más bien, ustedes dos... —miró fríamente a las dos personas a los ojos, su expresión reveló un toque de desdén—. No olviden que la razón por la que ustedes dos todavía están vivos fue porque ella los liberó en ese entonces en Ciudad Primitiva Gris. No solo ustedes dos no saben cómo mostrar su gratitud, ¿ustedes todavía desean incriminarme?

Mi Discípulo murió una vez másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora