CAPÍTULO 16

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Al empezabar mis horas extra, reuní en el piso de la enorme sala los materiales entre los cuales se encontraban pequeños ladrillos, tejitas, sillas, y demás y todo era pequeño para recrear una estructura arquitectónica del nuevo siglo. Analicé los planos casi por dos horas y después de desestresarme con un automasaje, procedí a armar la estructura. Derek se fue para el segundo piso a aquel cuarto y se quedó allí, hasta que quiso bajar de nuevo. Miré el reloj y eran las tres de la mañana. ¿Qué hacía despierto a esa hora? Sabía que debía descansar.

-¿Qué haces despierto a esta hora? Sabes que debes dormir muy bien.

-Ya, no me regañes- Musitó.

-No te regaño, sólo hago mi trabajo.

-Está bien, babysitter.

No dije nada. Estaba muy cansada como para gastar mi poca energía riendo innecesariamente y se me notaba el estrés saliendo por mis poros.

-Correcto, te diré que no me he dormido aun porque no soy capaz, estando tú haciendo tanto trabajo mientras que yo descansaba.

-Pero... es mi trabajo para la universidad. No tienes porqué preocuparte por eso.

-Claro, pero sí quiero preocuparme por ti.

-Vete a dormir, debes ir a entrenar mañana.

-No me interesa, eso es en la tarde. Esto es para primera hora en la mañana- Me quitó la pistola de silicona caliente de las manos y empezó a pegar las pequeñas piezas por mí.

-No te quedes ahí mirando, ayúdame- Regañó de broma y entre los dos hicimos todo mucho más rápido.

-Derek, no tengo cómo pagarte, rayos. Me quitaste dos horas de trabajo de encima. Dios, no lo puedo creer, y esto quedó hermoso- Quise abrazarlo pero no quería ser irrespetuosa.

De repente se acercó a mí a una distancia moderada pero a la que ya empezaba a respirar el aire que exhalaba por sus labios entreabiertos y se me puso la piel de gallina; podría caer dormida para qué me sostuviera allí mismo entre sus fuertes brazos. Su mirada era sería pero sí que podía penetrar la mía hasta el punto de intimidarme.

-No tienes que hacer nada, ya lo has hecho todo por mi- Dijo con su tono de voz grave y sincera. Rozó su mano derecha con mi mano izquierda por unos segundos dejándome ciertamente confusa, lentamente se acercó aún más a una velocidad mínima y podría jurar cuál iba a ser el paso a seguir hasta que el ambiente se interrumpió repentinamente con cierta incomodidad que ambos percibimos y nos fuimos separando poco a poco sin éxito de obtener lo que sabíamos que buscábamos.

¿Qué había sido eso?, pensé atónita a continuación.

Dejé la maqueta sobre una superficie segura y subí a aquel cuarto que tenía cama, donde me puse algo cómodo para dormir y puse la alarma matutina.
En la mañana salí sin hacer mayor ruido y en el camino un compañero me avisó que sólo debíamos ir a entregar la maqueta puesto que a última hora surgió un inconveniente y todos los profesores se iban a reunir para tratar el asunto, así que realmente no me demoré mucho yendo y viniendo y cuando regresé al apartamento Derek aun no se había despertado.

Aproveché para hacer el desayuno, tostadas francesas con miel de arce y jugo de naranja que no tomó mucho esfuerzo. Justo cuando me disponía a llamarlo él ya venía por el pasillo.

-Buenos días, perezoso.

-Buenos días, arquitecta- Respondió frotándose los ojos. -Y recuerda que te ayudé en la noche, por eso no desperté más temprano-, se quejó en broma tomando asiento.

-¿Vas a desayunar?- Dije de muy buen ánimo, lo de anoche había encendido una chispa en mí.

-Aunque no quisiera me obligarías, así que mejor me callo y como- Rio mientras yo le pasaba el desayuno.

-¿A qué hora irás a la universidad?

-¿De qué hablas? Si acabo de regresar...

-¿Qué?...

-Ah, no te lo dije: Sólo tuve que llevar la maqueta, no había clases.

-Oh, ya veo. Pues yo opino que deberías dormir un poco para recompensarlo.

-No, siento que no lo necesito.

-Bien, ¿entonces qué harás esta tarde?

-Tomaré el día libre. Creo que invitaré a un amigo a dar una vuelta.

Hablaba de Zedd. Me había parecido un chico muy interesante. Pero Derek se quedó callado como si eso le hubiera molestado.

-¿Quieres estar un rato en la piscina aprovechando que estamos entrando en verano?

-Ah...- reí nerviosa. -Es que tengo demasiado frío.

Creo que quería invitarme a que pasaramos un rato juntos, pero no quería ser tan directo.

-Okey.

Estando en Berlín - (Manuel Neuer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora