Estando en Berlín - (Manuel Neuer)

CAPÍTULO 133

Volteé a mirar a Derek quien estaba sonriendo con diversión.

-¿Por qué no vamos a averiguarlo?- Se incorporó y la tomó de la mano para caminar juntos hacia el garaje interno, que por supuesto quedaba en el primer piso subterráneo y podía ser ocupado hasta por cinco autos. O quizá uno más. Mientras ellos bajaban Lauren se volvió hacia nosotros sin que él se diera cuenta para hacernos señas de que los siguiéramos, cosa que no dudamos en hacer.

-¡Demonios! ¡Ah!- Gritó con euforia y emoción.

-¡¿De verdad es mío?! ¡No lo puedo creer!- Chilló y todos apreciamos entonces el hermoso Volkswagen Passat negro.

-Oh wow-. Susurré apenas audible para Derek y para mí.

-Yo te dije que escogieras un mejor auto, Taylor. Ahora tú hermana tiene uno mejor que el tuyo.

-Es más llamativo, pero es mucho más costoso el que me diste.

-¡Thomas! ¡Thomas! ¡Thomas!- No dejaba de gritar y saltar. De pronto se abalanzó sobre él y mientras sus piernas rodearon la cintura del chico, se le cayó la tiara.

-Esto es una locura. ¿De verdad le vas a recibir un regalo tan costoso a este joven?- Preguntó mi madre.

-No hay nada qué temer, señora Hogan. Es con todo mi amor para la chica que amo. Si en algún momento se llega a cansar de mí de todas maneras se lo puede quedar; oh... devolvérmelo-. Alzó los hombros dando a entender que no era muy importante.

-¡Sonrían, chicos!- Ordenó Dinah apuntando con su teléfono para tomar fotos.

~

El resto del mes, y parte del siguiente lo tendría libre, por vacaciones de final de año; como no había debutado aún como modelo y en cambio seguía entrenado no era una chica solicitada en el estudio por ninguna empresa. Tendría la suerte de pasar junto con Derek aquellos días y al fin tendría una feliz navidad. Por cierto... había invitado a mi madre a quedarse en casa de Derek. (Aún no era capaz de decir nuestra casa; aún no podía creer que todo esto iba a ser mío también prontamente incluyendo al mismo Derek).

-No, en serio. Esta cosa va en la punta-. Insistió Derek leyendo las instrucciones.

-¡No puede ser! Tiene cara de que se coloca en la parte de abajo-. Respondí arrancándole las instrucciones.

-No seas tonta. No es como si nunca hubiera armado un árbol de navidad yo solo.

Volteé a mirarlo incrédula para sacarle la verdad.

-Bueno...- Rodó los ojos. -En realidad... contratábamos a alguien para que lo armara.

-¿Con quién?- Pregunté interesada.

-Con... Emma-. Sentí cómo la sangre me subía a la cabeza de los profundos celos. Él lo notó y se rio con ternura. -Pero por eso te amo a ti, mi amor. Me has enseñado a disfrutar de esta forma tan humana y sencilla-. Se acercó a mí y nos besamos por un largo rato.

-Taylor-. Fuimos interrumpidos por mi madre, y se sintió un tanto incómodo. Ella nos miraba con cierta sonrisa de aceptación.

-¿Sí mamá?- La miré alzando las cejas.

-¿Puedes traer algunas cosas que acabo de comprar? Las dejé en mi habitación. Oh bueno... la que ustedes me prestaron.

-No se preocupe, señora Hogan. Es todo suyo-. Sonrió mi apuesto prometido y se dispuso a marcharse. Pero mi madre lo detuvo.

-No, espera. Es que precisamente quiero hablar contigo-. Derek miró para todos lados extrañado pero al fin accedió. Ya entendía la razón de pedirme que fuera por las cosas. Pero no entendía aún porqué quería hablar con él. Me escondí en la habitación más próxima a aquella sala del segundo piso, con la puerta abierta con el fin de escuchar. Ambos se sentaron en el extenso mueble gris.