CAPÍTULO 46

59 1 0
                                    

-A estas alturas de lo que sentimos no hay necesidad de que te pregunte si quieres ser mi novia son cosas para adolecentes de veinte años. Yo ya estoy apunto de cumplir... casi treinta.

Lo miré indignada. -¿Cuántos años crees que tengo?- murmuré de brazos cruzados y de inmediato recordó mi edad.

-Ay... lo siento- se estrelló la mano contra la cara. -Siempre habrá cierta diferencia entre alguien mucho mayor que su pareja y esta misma.

Volví mi cabeza para mirar por la ventana para hacer más evidente mi indignación y él se hizo el loco mirando por los pasillos del avión. Después de un momento se volteó hacia mí.

-¿Quieres ser mi novia?- preguntó como despreocupado y lo miré.

-Qué forma más original de pedirmelo- regañé y no respondí más. No nos dirigimos la palabra ni cruzamos miradas sino hasta las doce y media que era hora del almuerzo y yo ya estaba harta de estar subida en ese maldito avión.

-Wow perdón- dije cuando al abrir la puerta del baño; le había pegado a un chico sin querer y no me percaté de que lo había dicho en inglés.

-Oh tú hablas ingles- balbuceó en un mal inglés y le seguí el juego.

-Yes, yes.

-That's amazing girl. Where you from?

-Did you mean "where am I from"?

-Yes.

-I'm from The United States of America.

-Oh... I've be there- respondió carismático sin saber que se estaba equivocando.

-Sure, it is an amazing country.

-It's is- sonrió extendiendo su mano para que yo la estrechara y lo hice. -But you speak German?

-I do it perfectly- sonreí y la conversación continuó en Alemán.

-Que alivio volver a hablar mi propio idioma- rio.

-Si tú lo dices...-, dije pensando exactamente lo mismo cuando al fin podía hablar un poco de Inglés.

-¿Vienes con alguien en específico?

-Sí, vengo como fisioterapeuta del señor Hoffman- respondí respetando el lugar que aún me correspondía legalmente.

-Al hombre partido por un rayo.

-Sí, el mismo.

-Mucho gusto mi nombre es Kevin Trapp. Tú eres...

-Taylor Samuelssen- sonreí con amabilidad. Era un hombre muy guapo. Demasiado.

-Vaya Taylor. Me gustaría seguir hablando contigo más tarde. ¿Qué te parece?

-Estaría perfecto. 

Estrechamos de nuevo nuestras manos y cada quien fue a su posición.

-¿Dónde estabas? Te demoraste mucho.

-Cuando salí del baño casi estampillo a un compañero tuyo con la puerta.

-¿Quién?

-Creo que su apellido es Trapp.

-¿Kevin Trapp?- Su cara fue casi de espanto.

-Eso, sí.

-Ah...- desvió la mirada.

-Sí. Sabe hablar un poquito de inglés, fue divertido.

No tuvo la intensión de responder.

-¿Por qué no me respondes?

-Porque él y yo no nos llevamos muy bien. Él se quiere quedar de titular con la portería. Me quiere quitar mi lugar.

-Oh, así que su rivalidad tiene que ver con el trabajo. Pero entonces no habrá mucho problema en que siga hablando con él.

-¿Pero para qué quieres hablar con él, y qué quieres decirle?- frunció el ceño.

-Quizá quiere que le enseñe más inglés.

-No sé, pero no confío mucho en él.

-Que te quiera robar el puesto de titular no significa que no puedas confiar en él para otras cosas. Además yo no tengo nada qué ver ahí, ese es tu problema.

-Pues pensé que mis problemas eran tus problemas y viceversa; además no creo que quiera jugar tan limpio sabiendo que tienes relación conmigo.

-Ni modo; no sabe que somos pareja.

-¿Cómo que no sabe? ¿Entonces cuál fue la relación que dijsite que tenías conmigo?

-Legalmente... soy tu fisioterapeuta Derek. Y vamos... no puedes llevar todo a los extremos.

-Sí, pero no puedes llevar todo a los extremos.

-Sí que puedo, te ordeno no hablar más con ese hombre.

-Derek ya basta, no me puedes decir qué hacer.

-Correcto. Has lo que quieras.

Volteó la mirada para no sé dónde.

-¿Se podrían callar?- dijo una voz femenina detrás de nosotros.

-Lo siento- respondí.

-¿Qué haces?- preguntó molesto mientras yo me sacaba una foto con mi teléfono.

-Quiero mostrarle a mis amigos que estoy viajando a un país al que nunca he ido.

Ya estaba harta nuevamente y faltaban como nueve horas. Pero creí que iba a ser especial y romántico porque iba a estar al lado de Derek.

Así que me quedé dormida.

-Taylor- susurró a mi oído y descubrí que me había cubierto con una manta puesto que en el avión estaba haciendo mucho frío.

Estando en Berlín - (Manuel Neuer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora