CAPÍTULO 53

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-Bueno debido a su desconcentración le metieron un gol más o menos tres minutos después de nuestro primer gol y volvieron a anotarle uno más diez minutos después. Su desempeño no estuvo muy bien. Si no fuera por el último gol del hermano de la zorra de Lizz Klose estaríamos perdidos.

-Rayos entonces quedamos empatados. Lo único bueno que tiene esa zorra es su hermano.

-Sí, lo único que me preocupa es la actitud de Derek. Le van a llover las críticas de inmediato.

-No tengo idea de qué le haya pasado pero me atrevería a decir que lo tiene bien merecido si no fuera que este campeonato fuera tan importante en su carrera. ¿Sabes Dinah? Estoy considerando irme para Alemania si él no da el brazo a torcer pronto conmigo. No es justo. Además ocurrió algo con mi abuelita y necesitan saber si yo soy compatible con ella.

-Mmm, nena no soy quién para aconsejar nada. Sólo diré que hagas lo que juzgues más prudente. Y si se trata de un tema de salud con muchas más razones.

-¿Cuántos días faltan para el próximo partido?

-El próximo partido será la tercera fase de grupos. Es más o menos dentro de diez días. Oye, ¿Ya comiste algo?

-Sí, sí- mentí. No tenía hambre.

-Uuff, qué alivio- ahora me sentí mal por mentir.

-Bueno, si de aquí a eso no hemos arreglado nada con Derek me voy a ir.

-Está bien. Bueno, te dejo. Ya vamos a ir para el hotel.

Derek, Derek. No paraba de pensar en él, no podía concebir que le estuviera yendo mal. Tampoco dejaba de pensar en mi abuelita que tenía alguna enfermedad renal avanzada; todo parecía ir mal en mi vida incluso cuando empezaba a tocar el cielo con las manos. O al menos así creía.

Derek no fue a buscarme esa noche a mi cuarto, ni yo me esmeré en buscarlo tampoco. Si no quería estar conmigo ni escuchar mi versión de los hechos ya no tendría nada qué hacer aquí y no estaba en condiciones de irme a rogar bajo el umbral de su puerta.

Al día siguiente tuve un poco más de ánimo para moverme y empaqué mis cosas para tomar el vuelo con todos hasta la siguiente ciudad, en la que Alemania jugaría contra Estados Unidos: Recife. Era prácticamente la primera vez que me bañaba con agua fría por el calor tan insoportable y la sensación de estar pegajosa todo el tiempo. Otra cosa que me incomodaba eran los mosquitos de los cuales nunca había experimentado picaduras.

Me vestí con algo relajado que me permitiera mover libremente las articulaciones y recogí mi cabello en un pony Tale alto, cuando ya estuve lista bajé hasta el lobby donde me encontré con Dinah pero antes de ello vi que Derek bajaba por las escaleras ya que no le gustaba usar elevador. Me hice la que no había visto nada y llamé a mi hermana para preguntar como iban las cosas dándole la espalda a mi novio.

-Taylor, te ves mejor hoy,

-Gracias, Dinah. Vamos a la van, creo que Derek está detrás de mí y es tremendamente incómodo- mascullé y ella rio.

-Se está embutiendo una ensalada de frutas- de inmediato pensé en lo tierno que debía estarse viendo y no pude evitar volverme para verlo. Lo miré de una manera como si quisiera lanzarme sobre el a abrazarlo y sólo Götze y otro que no identifiqué se dieron cuenta, para cuando el volvió su mirada hacia mí yo ya me estaba marchando junto a Dinah. Rayos, lo extrañaba mucho. Y eso que no había pasado mucho tiempo.

Recife, que ciudad tan hermosa. Solo desde el aire ya se veía tan maravilloso que me daban ganas de ponerme mi traje de baño y salir directo para esas playas. Como nos íbamos a demorar mucho más tiempo aquí iba a aprovechar para conocer y disfrutar así no fuera con Derek. Igual él no iba a tener tiempo de salir a mi lado porque iba a estar concentrado en lo suyo.

-¿Cómo te sientes ahora Taylor?

-Casi a punto del colapso.

-¿Física o mentalmente?

-Sentimentalmente. Quiero a mi novio a mi lado. Y a mi abuela completamente sana.

-Ve y se lo dices.

-Nah- Me estiré sobre mi asiento. -Yo tengo dignidad.

Estando en Berlín - (Manuel Neuer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora