Derek Hoffman (Manuel Neuer) celebridad del deporte es víctima del impacto de un rayo en su espalda y su condición amenaza poner en riesgo su carrera.
Taylor Samuelsen universitaria norteamericana acaba de mudarse junto con su familia a Alemania y b...
Sin mirarme ni decir nada se sentó a la orilla del que era su lado de la cama por esta noche, tomó un poco de agua y se acomodó al igual que yo tapándose con las mantas y cobijas; cuando terminó de hacerlo me miró a mí que estaba mirando para el techo, y cuando me percaté de su mirado lo miré también.
-Aahmm... Te juro que no vi nada- Dijo algo nervioso.
-No importa, no fue tu culpa- Respondí, y me hice de lado para mirarlo mejor. -Derek, necesito de alguna forma hacerle saber a mi familia mañana que me voy a ir contigo.
-¿Es completamente necesario?- Preguntó preocupado.
-Claro que sí, de otro modo van a empezar a buscarme como locos y si me encuentras de alguna forma pensarán que me has raptado.
Se quedó pensativo por un momento y luego se decidió a hacer algo -Entonces... iré a hablar con ellos mañana, iremos a tu casa y no les pediré permiso para llevarte, simplemente les anunciaré que te llevaré conmigo. Sacarás de allí sólo lo necesario y el resto lo conseguimos allá.
-¿Tendrás tiempo de salir y todo eso?- Pregunté refiriéndome a nuestra temporal estadía en Brasil.
-Aahm... No, realmente no. Pero tú puedes ir sola a conocer las ciudades en las que vayamos a estar y comprar lo que te apetezca.
-Pero no hablo portugués...
-Supongo que las personas que trabajan con todo lo del comercio saben inglés. Tienes una gran ventaja.
-Y son ciudades muy grandes, la verdad no sé cómo lo afrontaré, de hecho no sé si sea profesionalmente debido que te acompañe.
-Iras con un permiso especial, se supone que serás mi fisioterapeuta, como lo eras el año pasado.
-Ah...
-Tú no te preocupes, deja todo en mis manos-, sonreí.
Otra vez nos miramos bajo silencio por un lapso de lo que pareció mucho tiempo, y lentamente se fue acercando a mi, por inercia yo también me fui acercando a él. Finalmente nuestros labios se encontraron en un suave y tranquilo beso que a la vez me hacía estremecer toda fibra de mi cuerpo. Derek era todo lo que quería en mi vida en ese preciso momento y no puedo creer que lo estaba teniendo, más cerca de lo que nunca pensé. Su presencia, su tacto, su aroma y sus besos me hacían sentir de la forma en que ningún otro chico antes me hizo sentir; y sé que nunca me haría daño en ningún sentido puesto que era muy correcto. Estas cosas de la fama y el dinero desde luego no habían descontrolado su vida como lo hacían con muchos deportistas de su talla. Como me había explicado, había dos versiones de él: La personal y la profesional, prácticamente tenía un control perfecto de ambos mundos aunque dijera que no.
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El beso se intensificó cuando puse una mano a cada lado de su rostro y esto sirvió como señal para que él tomara más confianza y colocara su mano delicadamente en mi cintura, sin morbo alguno.
-Te amo-, Susurré separándome un poco de él, sintiendo toda su dulzura. El abrió sus ojos y pude ver el hermoso azul que estos irradiaban, que sin necesidad de decirme palabra alguna, me transmitían montones de sentimientos y emociones. Esto había pasado en segundos de ser un momento de tensión a un plano en que dos personas que se amaban demostraban qué tanto se habían extrañado uno al otro.
-Yo también te amo...-, me dio un beso en la frente y lentamente volvió a su posición a mi lado.
-Hace mucho frío- Me quejé. Sólo quería que me abrazara.
-Pero tienes demasiadas mantas y cobijas- Replicó. -Incluso más que yo. -¿Quieres que encienda la calefacción?- Preguntó.
-No- Respondí.
-¿Entonces qué carajos necesitas?- Río fingiendo impaciencia.
-¡Quiero que me abraces!- Exclamé.
-Simplemente... acomódate como si fueras a dormir- Dije y lo hizo.