CAPÍTULO 91

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-Quizá. Es probable que sí-. Apoyé mi mentón sobre una de mis manos empuñadas.

-Intentaré averiguar a ver si me dice algo, ¿te parece?

-Está bien. Me serviría de mucha ayuda.

-Por cierto, no te había dicho, pero luces realmente hermosa, Taylor. No tengo ojos para nadie más. Ni ahora ni nunca más los tendré.

Sonreí con sinceridad. Después de todo estaba muy enamorada y no lo podía ocultar.

~

-¿Me amas?

-Esa pregunta ni siquiera la deberías formular. Aún a pesar de mis errores cometidos siendo consciente de lo que hice, te sigo amando cada día más.

-¿A qué te refieres?

-Soy plenamente consciente de lo que hice, Taylor; te amo independientemente de las cosas malas que haya hecho. Sé que obré mal pero nunca te he dejado de querer. Mis actos no fueron en absoluto consecuencia de que te haya dejado de amar. Espero lo comprendas.

-Lo entiendo-. Me limité a decir.

-Y seré el hombre más paciente de la existencia hasta que decidas perdonarme.

-Yo ya te perdoné, Derek.

-¿Segura...?

-Si no lo hubiera hecho, no soportaría ni estar en la misma habitación contigo. Mucho menos sostener una conversación tan larga.

-Entonces dime qué sucede. ¿Por qué no te puedo tener de vuelta?

-Primero que todo... yo no "decido" nada al respecto ahora mismo. Está claro que sí fue mi decisión perdonarte; sin embargo yo no actúo sobre las heridas causadas por alguien que amo, es algo sobre lo que no tengo potestad. Si por mí fuera... ya habría dejado de sentir dolor desde el momento en el que todo sucedió, pero como sabrás...

-Solo el tiempo puede quitar ese dolor.

-Pensé que te había quedado claro ya.

-Lo siento. No fue mi intención hacértelo repetir cientos de veces; sencillamente mis sentidos se pueden ver nublados con lo imponente que pueden sonar las palabras "solo el tiempo puede". Es algo que no alcanzo a concebir: Cada noche me siento al borde de la cama, pensando en que será otro día más de suplicio en el que no podré sentir tu amor respaldándome.

-Para mí ha sido muy similar Derek. Cada mañana al despertar pienso en que será un largo día más con este dolor punzante.

-Creo que tengo más que claro que tengo que controlar mis malditos impulsos. Nos he causado un gran mal duradero que fue provocado por algo que duró solo minutos en llevarse a cabo. Jamás en la vida quiero volver a sentir este dolor por tenerte tan lejos y haberte lastimado.

-Dicen que de los errores se aprende-. Agregué apretando los labios. -Y yo siempre confiaré en ti una segunda vez.

Su semblante se iluminó con visos de esperanza. Agachó la cabeza por un corto tiempo y me miró de nuevo a los ojos.

-Descansa. Mañana después del mediodía viajaremos.

-¿Cual va ser el próximo destino?

-¿Nuestro próximo y último destino? Río de Janeiro- Abrí los ojos como platos antes de salir de su cuarto.

-Tan pronto se acabó todo...

-Lo importante es que lo disfrutamos casi todo el tiempo. Gracias por venir a esta maravillosa aventura conmigo. Por decidir no extrañarme y en cambio venir conmigo dejando todo en Alemania.

-Ni en mil años habría escogido extrañarte, lo sabes.

-Lo sé. Sé cuánto me amas. Y espero que tú sientas cuánto te necesito.

-Lo puedo sentir. Porque me necesitas tanto como yo a ti. Te prometo que pronto estaremos juntos de nuevo: Sin dolor ni sufrimiento.

~

-¡Todo listo!- Exclamó Lauren mientras yo cepillaba mis dientes después de haber almorzado.

-De acuerdo, entonces ve bajando al lobby y allá nos vemos. Y por favor no te muevas de allá.

-Como digas- hizo un saludo Nazi y de inmediato la reprendí.

-Ten cuidado con eso, no es un juego Lauren-. Después se esfumó por la puerta del cuarto de hotel.

Estando en Berlín - (Manuel Neuer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora