CAPÍTULO 138

14 2 2
                                    

⚠️

Ni siquiera me lave. Tomé una toalla, la ajusté al rededor de mi cintura y bajé con las pocas fuerzas que me quedaban, hasta el estacionamiento del edificio. Haría todo lo posible por no tocar casi el volante de mi auto a fin de no incrustarme mas profundamente las esquirlas de la copa de vidrio y de la pantalla de mi teléfono. No sabía si iba a ser capaz de conducir hacia la mansión, y cordinar correctamente mis pies con los cambios de la palanca, pero no temí nada, porque deseaba estar muerta. Sin embargo... Llegué viva a la mansión. Esto no era justo, no era nada justo. Me odié inmensamente por creer que quizá yo había podido hacer algo que hubiera evitado eso. Ya no sé qué sería de mí. Ya no sabía quién era, si alguien me había arrebatado algo que me pertenecía.

Subí como pude al segundo piso en dónde estaba nuestro cuarto. Del dolor tan extremo que sentía, solo quería arrastrarme hasta donde pudiera, y morir en cualquiera rincón. Yo había creído haber conocido la verdadera tristeza, y el verdadero sufrimiento con anterioridad, pero nada, absolutamente nada se comparaba con esto. Este sin duda, había Sido el día más obscuro de mi existencia.

Mis piernas y toda mi zona íntima estaba manchada con sangre, que al entrar a la ducha, a la vez se confundía con la sangre de mis manos; abrí como pude el riego de agua caliente en la tina, a pesar que jamás la usaba sin que Derek estuviera, puesto que me daba miedo ahogarme al quedarme dormida. De todas formas, no pude más, y caí en un profundo sueño del que deseé no despertar.

~

Derek no llegaría si no hasta el sábado, y apenas era jueves por la mañana. Una mañana muy fría y lúgubre, por cierto. No había nada que yo quisiera. Nada que me pudiera hacer feliz. Nada que me devolviera la energía, la alegría o la esperanza de antes. No tenía nada virtuoso qué ofrecerle a Derek ahora. Ni siquiera tenía la fuerza para salir de la bañera, cuya agua ya se había enfriado mucho para entonces. Pensé en algo qué hacer. Quería desaparecer. Me quería eliminar. No tenía nadie a quien acudir sin que abriera la boca, absolutamente nadie. Era imposible ir a trabajar de esta forma, ya que respirar era todo un lujo en ese instante. Vacíe la tina, y la volví a llenar con agua caliente, lo más caliente que pudiera estar. Y a eso de lo que era el medio día, me animé al fin a salir del baño. Me sentía tan sucia y ultrajada, que me limité a solo secar el exceso de agua de mis brazos y abdomen. Lloré todo el tiempo mientras me colocaba otra ropa. Solo quería usar cosas muy anchas. Me puse usa sudadera deportiva que me holgara lo suficientemente como para no apretarme en lo absoluto, una blusa ombliguera pero que no me permitiría mostrar el abdomen puesto que la sudadera la taparía. Por último, unas zapatillas Jordan color blanco. Me hice un moño en la cabeza recogiendo todo el cabello, tomé un bolso deportivo en el cual Derek guardaba sus implementos para el entreno, guardé una de sus camisetas con el número 1 en la espalda y su apellido. Mi teléfono se había quedado en la oficina de Schwartz, el cuál me imagino que se había deshecho ya de él empaqué un par de cosas también importantes y me dirigí con urgencia a un hospital.

-Señorita Taylor Samuelsen-. Llamó una enfermera.

-Sí, soy yo.

Suspiré con cansancio y pasé para que me pudieran ayudar con los vidrios incrustados y las heridas sun abiertas. Les dije que había bebido tanto vino que había ocurrido un accidente con la copa, pero que no era mayor cosa. De no ser por el dolor que sentía en todo mi cuerpo y más que todo en mi zona íntima, me habría dolido demasiado la extracción de las esquirlas, pero entre una cosa y la otra, el dolor era realmente abismal. No sentí absolutamente nada por aquellas heridas, aunque casi no pararan de sangrar. Me vendaron ambas manos y me ordenaron mantener en reposo durante aproximadamente dos horas puesto que no era tan normal sangrar de esa forma tan desprolija por una tontería entre comillas.

Estando en Berlín - (Manuel Neuer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora