Estando en Berlín - (Manuel Neuer)

CAPÍTULO 68

-No, Dinah. En lo posible no digas nada, si logramos conseguir el puesto yo lo pagaré. Yo creo que ya sabes que Derek me envió mucho dinero del cual puedo hacer uso a mi disposición. Aunque realmente no quería tocarlo pero la ocasión lo amerita.

-Mm.. sí. Tienes razón. Yo lo conseguiré y lo pagaré, cuando llegues aquí me devuelves el dinero. ¿Qué te parece?

-Más que bien.

Afortunadamente logró encontrar uno de los últimos puesto vacíos en dicho vuelo y estaba en promoción así que sin dudarlo tomamos la decisión. No creímos que todo fuera a salir bien.

Vibró mi teléfono a las 2:00 Am cuando al fin lograba conciliar el sueño, y era Derek.

-Derek.

-Dime que no fue una gran hazaña la de hoy- Afirmó animado.

-Pensé que de la emoción se te había olvidado que mañana nos íbamos a ver, -reproché jocosa y él rio.

-Precisamente esa fue la segunda razón más grande de mi felicidad.

-¿Y la primera?- Indagué para escuchar sus interesantes respuestas.

-Bueno... sabes que no siempre tienes la oportunidad de pasar a semifinales en la Copa del Mundo-. Reí porque amaba saber que era feliz de esa forma.

-Realmente te felicito, Derek. Tu desempeño fue impecable. Me encantó verte en acción.

-Sé perfectamente
cuánto te encanto, Taylor no tienes que recordármelo-, alardeó y yo no dejé mi risa tonta ni un segundo.

-Ni te creas-, respondí pero sabía que era cierto y rodé los ojos.

-Ni creas que no te conozco-. Insistió también riendo.

-No voy a ser víctima de tu orgullo nuevamente, ni te creas-, las pequeñas carcajadas fueron sesando y recordé que podría despertar a alguien por el ruido.

-De verdad necesito verte y aunque sea abrazarte.

-No creas que te vas a poder acercar a mí.

-Yo pensé que podíamos ser amigos...

-Los amigos también tienen que tomar distancia aveces, Derek-. Suspiró.

-Solo uno. Un solo abrazo, ¿sí?

-Derek, creo que ya estoy haciendo suficiente con viajar de nuevo. Aprecia el que me haya tomado la molestia de hacer algo que prácticamente no estaba muy dispuesta a hacer.

-Lo vas a hacer porque me quieres, lo sé.

-Así que crees que estoy rendida a tus pies, piensas que como eres [El] Derek Hoffman no hay forma de que te rechace porque siempre me tendrás en la palma de tu mano. ¿En tan poca estima me tienes o quién demonios te crees para pensar que las cosas serán así de sencillas?- Odiaba infinitamente esa arrogancia.

-¡No, Taylor. No quise decir eso! Yo solo quiero sentir que aún me quieres, eso es todo. Solo quería sacarlo de tus labios.

-Derek, a veces no se trata de dejar de amar a alguien. De hecho por eso es que las cosas duelen más cuando estás increíblemente enamorado que cuando no sientes nada por esa persona; como tú lo sabes sí te amo, que me muero por ti pero lo que hiciste me lastimó lo suficiente como para querer apartarme de todo lo que me recuerde a ese dolor-. Empecé a sollozar y mis ojos amenazaban con empezar a botar lágrimas.

-Sé que no te merezco, Taylor. Pero haré hasta lo imposible por hacerlo.

~

Mi despertador sonó muy temprano y no dudé en levantarme de inmediato por más que quisiera seguir durmiendo. No podía creer que iba a cometer la locura de viajar de nuevo allá.

Tomé un baño y seguido de eso desperté a Lauren y mientras ella se bañaba yo sequé y cepillé mi cabello color dorado pálido. Lo único que tomé fue algunas prendas de ropa interior y como bien había dicho Derek solo mis documentos, mi teléfono, el dinero que me habían dado y un par de cosas más mientras que por otro lado Lauren llevaba equipaje como para dos meses, cosa que me iba a costar un poco más porque su maleta pesaba mucho, pero a estas alturas ya no importaba.

-Rayos, ¡qué emoción, nunca he ido a un país como ese!

-Lo mejor es que te apliques tres capas gruesas de bloqueador, tu piel está muy pálida y seguramente te quemará bastante el sol como nunca.

-Tienes razón, pero quiero que quede igual de dorada como está la tuya ahora. Se ve que disfrutaste bastante las playas.

-Supongo que sí, eso hermoso ese lugar- sonreí.