Suspiró tapándose el rostro.
-Mi pobre niña-. Chilló sin derramar lágrimas pero contristada aún así. -Aunque... conociéndola puedo decir que ella no quería ser madre aún.
-Thomas la había convencido de cambiar de opinión; él la quiere mucho, y ambos sufrieron bastante. De hecho creo que aún están sufriendo. Los médicos recomendaron no volver a quedar en embarazo sino hasta ser mayor de edad. Es algo que incluso nos afectó a Derek y a mí. Cómo no...
-Lo importante es que ella se encuentra bien, ¿no es así?- Asentí. -Ya casi es su cumpleaños...- Sonrió pensando en ella. Sabia que siempre había sido su favorita aunque nunca hubiera sido tan cariñosa.
-Así es. Ese está precisamente dentro del tercer punto del que te quiero hablar.
-Adelante.
-Haremos algunas celebraciones este mes; el diecisiete que es su cumpleaños, haremos una fiesta en la casa de Thomas; el veinticuatro haremos una cena de Nochebuena con algunos amigos de los chicos y nuestros también; y el veinte de febrero...- Sonreí sin darme cuenta.
-¿Sí...?
-Bueno, aún no tenemos las invitaciones. Pero ese día será mi boda con Derek.
-Oh, cierto. Te vas a casar-. Frunció el entrecejo pero luego sacó una sonrisa de felicidad indiscutible.
-Sí-. Reí emocionada.
-Así que supongo que quieres que vaya a todas ellas.
-Así es. Creemos que contigo no deberían haber rencores, mamá. Te queremos y mereces nuestra atención. Pero realmente no creo que Lauren quiera ver a papá; a mí tampoco me convence la idea-. Contesté seria.
-Taylor, tu padre y yo nos divorciamos.
Mis labios se separaron para abrir la boca como si mi maxilar se hubiera separado de del resto de mi cráneo.
-Dijo que no tenía nada más que hacer a mi lado ya que ustedes no estaban bajo nuestro seno. Ahora está con otra mujer, y yo... acepté salir con el director de la sede sur de la universidad.
-Esto es demasiada información en muy poco tiempo, mamá. Y lo dices como si no te afectara-. Dije estando aún en shock.
-Creo que es más que obvio que tu padre y yo ya no nos queríamos desde hace mucho tiempo. Lo siento si les afecta a ustedes, pero a fin de cuentas ustedes ya tienen sus propias vidas. Como ya te dije... espero que tú y tu esposo sepan amarse y respetarse siempre para que esto no se repita, y para que no hagan infelices a sus hijos de esa forma.
-Derek y yo nos amamos y siempre será así, mamá. Tenlo por seguro.
Sonrió de medio lado. -Lo sé.
-Solo... envíame la dirección de donde vives, yo pasaré por ti el día de la celebración.
-De acuerdo.
-Ah y... por favor perdóname. Muchas veces me he sentido culpable de la desintegración de nuestra familia-. Agregué desanimada.
-Pasó lo que tenía que pasar. Y tú estás mucho mejor ahora. ¿No es así?- Asentí u nos despedimos.
Me sentía en paz conmigo misma por haber hablado con ella y de saber cómo estaba y que era de su vida: Como dije para mí había pasado una eternidad.
Cada vez era menos el tiempo que pasaba con Derek así que cada ínfimo segundo que podíamos vernos los rostros no nos separábamos ni un segundo. Pero definitivamente estaríamos juntos en las festividades.
-Qué lindo auto, Taylor. ¿Cuánto me dijsite que ganabas?
-Cinco mil. Pero lo compró Derek-. Mencioné mientras arrancábamos después de haberla recogido en la que ahora se suponía que era su casa.
-Ah, claro. Debí suponer que era el auto de tu novio-. Yo la miré por unos segundos y reí.
-No mamá, es mío. Derek tiene el suyo propio.
Abrió la boca sorprendida. -Oh...- Rio un tanto avergonzada.
-Así que... ¿vives sola allí?- Pregunté refiriéndome a la casa en la que la recogí.
-Sí. Si te preguntas qué pasó con la casa familiar... lavendimos y dividimos el valor entre ambos. Pensé que sería buena idea darte a ti mi parte porque ahora estaban ustedes dos solas y Lauren aún es menor; eso ayudaría mucho en sus estudios mientras que termina. Solo le falta un año.
-¿Qué?- Pregunté extrañada.
-¿Qué? Sé que no es mucho pero si lo utilizan bien les puede servir bastante.
-No, mamá. No te incomodes así. Te aseguro que tú necesitas mucho más ese dinero que nosotras. Por ahora Thomas se está encargando de ello, pero si en algún momento le llega a faltar algo para eso estamos Derek y yo.
-Como madre no me siento capaz de no ayudarles. No quiero sentir que me he lavado las manos y que luego sientan que las desamparé.
-Tonterías mamá. Antes yo te podría ayudar a ti. Solo tienes que decir cuando lo necesites.
-¿Estás segura de lo que dices, Taylor?- Estaba sorprendida.
-Por supuesto-. Respondí sonriendo.
-Nombres, por favor-. Pidió el supervisor que atendía a todo el que iba llegando al aparcamiento de la casa de Thomas.
-Ay, por Dios. Lauren exageró demasiado-. Rodé los ojos. -Taylor Samuelsen.
-¿Y usted, señora?
-Marriott Hogan-. Respondió mi madre. Me sonó increíblemente extraño que se llamara por su nombre de soltera, pero eso es lo que era ahora.
¿A qué tanta gente habría invitado? No podía creer que Thomas le hubiera permitido eso en su casa sabiendo que al ser una celebridad corría el riesgo de ser atacado de alguna forma por adolescentes que seguramente estaban obsesionados con él. La música estaba bastante alta y salían luces de colores de las paredes transparentes de vidrio del gran primer piso. Yo no había visto a Derek desde la mañana del día anterior y eso era lo que más me alegraba en ese momento.
-Uh, pero miren quién es. La mismísima Taylor Samuelsen-. Exclamó una chica rubia un poco más baja que yo, y con lentes de estrella puestos. En su mano sujetaba un vaso desechable que esperaba que no tuviera alguna bebida alcohólica. Entré y detrás de mí mi madre. Había casi media high school repartida entre el jardín, la cocina, la sala, el baño y la alberca.
En una de las paredes se inflaba un gran diecisiete dorado con globos rosados al rededor de este; también había una mesa llena de regalos hacia la que caminamos y sobre la que dejé mi presente que no era tan especial.
-¿Qué le trajiste?- Preguntó mamá.
-Un vestido plateado de fiesta. Sé que siempre lo quiso-. Respondí. -Está bien si tú no trajiste nada.
-Amm... sí le traje algo, pero preferiría entregárselo en persona-. Sonrió esperanzada por verla pronto.
-Iré a buscarla. Espera.
Caminé hacia las escaleras que dirigían al segundo piso, pero todas las áreas restringidas estaban custodiadas por guardias.
-¡Soy la hermana de la cumpleañera! Tengo todo el derecho de seguir.
-Su nombre-. Musitó el hombre bloqueando el paso, y yo resoplé impaciente.
-Taylor Samuelsen-. Buscó en la lista un par de veces y al fin me permitió acceder y seguí escaleras
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Estando en Berlín - (Manuel Neuer)
FanfictionDerek Hoffman (Manuel Neuer) celebridad del deporte es víctima del impacto de un rayo en su espalda y su condición amenaza poner en riesgo su carrera. Taylor Samuelsen universitaria norteamericana acaba de mudarse junto con su familia a Alemania y b...