CAPÍTULO 44

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-Correcto, me lo imaginaré...- soltó su cubierto y mirando hacia arriba colocó algunos dedos en su mentón pensativo. -Era el típico norteamericano de las películas. Andaba con su camiseta de fútbol americano por toda la escuela. Era rubio, alto y guapo con una sonrisa perfecta y unos ojos azules que matan a todas las rubias como tú.

Negué con la cabeza mientras reía. -Pareces describiéndote a ti mismo.

-Entonces ya se cuál es tu prototipo de hombre perfecto- me guiñó un ojo. -En la secundaria saliste con un Derek Hoffman puberto y perdiste la virginidad con él.

-Deja de decir tonterías- chillé y él rió.

-Entonces dímelo tú.

- Con nadie- respondí con la boca llena. Casi se atraganta e hizo un par de orcajadas. -Oh, ¿estás bien?

Aclaró su garganta. -¿cómo que con nadie? ¿Eres virgen entonces?

-Así es- su boca duró unos segundos abierta.

-Oh,- bajó la mirada y tomó un sorbo de su vino cuando después de limpiarse la boca con la servilleta de tela.

-¿Qué sucede?- Me volvió a mirar.

-Estoy algo apenado por eso.

-¿Pero por qué?

-Porque... como sabrás yo no lo soy. Además soy casi diez años mayor que tú, se supone que mereces a alguien similar a ti en esos aspectos.

-Derek, no tienes la culpa de que seas mayor que yo. Simplemente nos enamoramos y eso no está mal. Y por el lado de la sexualidad tenías derecho a vivir tú vida como quisieras, y no has hecho nada malo. Ha sido tú elección, y es mi elección ser virgen aún. Además me respetas mucho y has respetado a cada mujer con la que has estado. Jamás harías nada que sepas que no debes hacer. Y realmente te amo por eso. Por ser tan correcto, por llevar tan en orden tú vida y tener un equilibrio tan preciso con todo.

Sonrió y pestañeó varias veces. -Eres perfecta. Bueno creo que debemos irnos ya. Nos espera un largo día mañana. Además quiero llegar a meterme entre las mantas contigo y darte muchos besos-. Sonreí.

~

-Creo que no te podré tener así dentro de un muy buen tiempo- supuso cuando se encontraba casi sobre mí en la cama.

-¿Entonces qué planes hacer?

No dijo nada y en cambio empezó a besarme tiernamente situándose enseguida entre mis piernas. Yo le seguí la corriente y lo rodeé con mis brazos, pero cuando la escena se estaba empezando a intensificar más Mila tocó la puerta haciendo que Derek gruñera.

-¡Ya voy!- abrió la puerta agitado y sudado y ella lo miró como si fuera un corrompido. -¿Qué sucede, Mila?- respondió impaciente.

-Aquí está lo que nos pidió. Cerciórese de que es el correcto y esta es la factura.

-¡Mila por favor!- la regaño mirándome y se ocultó detrás de la pared del cuarto para discutir cosas con ella que mis oídos eran incapaces de escuchar. Cuando al fin se dignó a entrar y cerrar la puerta guardó una pequeña bolsa negra que tenía algo adentro dentro de su maleta.

-¿Qué es eso?

-Un obsequio para alguien. Me lo pidió un compañero de la selección especialmente a mí.

-¿Qué es?- se quedó unos segundos sin responder y luego me miró y dijo,

-Es una anillo de compromiso, no creo que te interese mucho.

-Wow, claro que me interesa. Déjame verlo.

-¡No!

-...

-Perdón, quise decir... No. Es que es muy delicado.

-No se dañará si no lo sacamos de su caja- insistí.

-De acuerdo- dijo resignándose rodando los ojos.

Lentamente tomó la bolsita negra entre sus manos y se fue acercando a mí muy extraño, acto seguido me extendió la bolsita para que yo la tomara.

-No es necesario que te pongas a sudar de esa forma. No dañaré nada, te lo prometo.

Asintió con la cabeza y yo saqué una pequeña cajita cubierta de un terciopelo fino. Luego la destapé y me enamoré rotundamente de lo que había en su interior.

 Luego la destapé y me enamoré rotundamente de lo que había en su interior

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-¡Derek, que hermoso Dios mío!

Cuando lo miré tenía cara de tragedia y estaba apretando los labios.

-¿Qué?

Estando en Berlín - (Manuel Neuer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora