Estando en Berlín - (Manuel Neuer)

CAPÍTULO 6

-Ah, señor Derek Hofmann yo lo voy a tratar para que tenga una pronta recuperación. ¿De acuerdo?- Le informó.

-Como sea-Respondió parpadeando para que sus ojos pudieran enfocar bien las cosas.

-Señorita, retire todas estas colchas de aquí-, me ordenó. -Sientese, Derek.

Lentamente pudo sentarse pero se quejó mientras intentaba tocar su espalda. Empezó a revisarle la vista y a hacerle tacto por todo su cuerpo para ver si le dolía algo aparte de la espalda. También le preguntó su nombre y el de sus padres y hermanos. Incluso el de su novia. Es extraño, con el doctor no se comportaba tan agresivo como cuando yo lo intenté tratar. Debería decírselo a él.

Al decírselo dijo... -Creo que se debe tratar de algo sicológico; quizás bipolaridad. O excluyente con ciertas personas. Quizá tiene cuadros de ira con quienes no conoce.

-Ah...- Respondí. Revisé mi teléfono y vi que ya era tarde. El doctor se había demorado bastante revisandolo.

-Por último quiero que me ayude a revisar si camina bien. Es muy importante para su profesión- Mencionó. ¿Acaso era atleta? -Los reflejos también son muy importante para su carrera, afortunadamente está muy sano de los ojos.

Él se sentó a la orilla de la cama y yo rodeé mi nuca con su brazo derecho consiguiendo que se parara con un poco de dificultad, pero al fin lo hizo. Aunque con un poco de torpeza, logró también dar unos cuantos pasos; al parecer estaba un poco oxidado después de tres semanas sin moverse. El doctor me dio unas recomendaciones para ayudarle a hacer ejercicios para que pudiera obtener nuevamente agilidad en los huesos y músculos, y afortunadamente yo con mis conocimientos medios de fisioterapia buscaría la forma de que todo fuera en marcha.

-Doctor Schmidt, lo invito a cenar. Puede pasar al comedor- Dijo Mila parada en la puerta. -Y Taylor... tú cenarás aquí en el cuarto con el señor Hofmann. Debes cerciorarte de que pueda comer bien y todo eso.

-De acuerdo, señora Mila- Respondí y ella sonrió.

-Oh, que agradable invitación, señora. Muchas gracias- Exclamó el doctor.

Genial, prácticamente tenía que ser como la madre de él. Bueno... al menos tengo muy buena paga, y a partir de las nueve de la noche me tendrán que pagar horas extra. El único problema era el tiempo que necesitaba para hacer las cosas de la universidad, pero de alguna forma lo resolvería.

Era demasiado testarudo, aguafiestas, desconsiderado e incluso grosero. Pero todos decían que el impacto del rayo lo había afectado temporalmente. Ya había aprendido a conocerlo un poco; sólo lo que se dejaba conocer, pero aún no sabía a qué se dedicaba antes de lo acontecido.

-Sabes... quisiera terminar con esto- Pronunció él mientras observaba su cena una de las noches, más o menos en mi segunda semana de trabajo.

-¿A qué se refiere, señor?- Pregunté preocupada.

-Derek, llámame Derek. Y... me refiero a que... todo el mundo está diciendo que mi carrera... terminó.

-¿Qué? ¿Por qué dicen eso? No creo que tengan razón, la gente siempre habla de más.

-Claro que la tienen o... al menos en parte-, removió un poco sus vegetales con el tenedor. -Es de lo único que se habla. Lo que me pasó... El rayo. Afectó mi visión, por lo tanto afectó mis reflejos. Y mi agilidad no es la misma.

-¿Pero cómo sabes eso? No has salido de aquí hace dos semanas. Y supongo que eso es normal, Derek. Confío en que te recuperarás gradualmente.

-Simplemente lo sé. Las cosas se me caen. No están al alcance al que yo creo que están. Es horrible. Tal vez sería una excusa para jubilarme joven si no me gustara lo que hiciera, pero ese no es el caso. El caso es que esa es mi vida. Es mi pasión. Lo amo y sería una pesadilla si lo dejara.

-Si, sería algo realmente horrible si no pudieras hacer lo que hagas por el impedimento de tu salud, pero confía en ti.

-Así es- Se tapó el rostro con las manos con lamento y apoyando los codos sobre la mesa.

-Oye, y... lo siento si soy maleducada, pero quisiera saber a qué te dedicas. La verdad es que no he podido adivinar.

-¿Qué?- Se quedó mirándome extrañado. -¿No sabes quién soy yo?

-Mm... lo siento pero... no- Negué con la cabeza mientras lo decía.

-Esa es la razón por la que has sido tan indiferente en cuanto a mi popularidad-, dijo esbozando una leve sonrisa.

-¿Es que eres famoso aquí en Inglaterra? Ah, perdón, quise decir Alemania. Lo siento, siempre suelo confundirlos- Torpe, Taylor. Confundir Alemania con Inglaterra delante de un alemán.

-¿No eres alemana?

-Mmm... la verdad pensé que se notaba mucho que no era de por aquí.