CAPÍTULO 43

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Estaba tremendamente apenada con él; me había comprado la cantidad más impresionante de ropa, zapatos y unas maletas de viaje. Desafortunadamente no podía llevar todo para el viaje porque eran muchas cosas pero estaba muy emocionada.

Dijo que podríamos viajar en el mismo vuelo, pero nuestras habitaciones de hotel debían ser diferentes y no me podría transbordar junto con él y los demás jugadores en el autobús privado porque era ilegal; rayos, prácticamente no podría estar con él casi en ningún momento, pero había algo bueno dentro de todo: Me daban boletos gratis en las mejores posiciones del estadio para poder ver a Derek en acción en cada partido que tuviera y eso era realmente asombroso; estaría brindándole todo mi apoyo y energía y lo felicitaría aunque ganara o perdiera.

-¿Ya tienes todo listo mi amor?

-¿Mi amor? Eso es nuevo,

-Hay que empezar a tratarnos como lo que somos- sonrió carismático.

-¿Qué somos?- Pregunto interesada en su respuesta.

-Dos personas que se aman- Me abrazó por la cintura y yo sonreí como tonta.

-Estoy nerviosa- confesé mientras terminaba de guardar algunas cosas en mi maleta, que estaba encima de su cama.

-Qué extraño, el que debería estar nervioso debería ser yo- comentó con ironía sin dejar su entonación burlezca.

-Lo sé, lo sé. Pero lo que voy a vivir es una aventura.

-Acostúmbrate.

-¿Qué?

-A mi lado viajarás mucho, claro está... después de que termine el campeonato. Si no llegamos a ganar lo que quiero hacer apenas lleguemos a Alemania es descansar algunos días y salir de viaje a donde más quieras tú.

-Ya me estás tratando como tu esposa- fruncí el ceño sin quitar mi sonrisa dibujada mientras lo escuchaba y él se quedó mirándome por unos momentos como pensativo. -¿Qué?

Negó con la cabeza con una leve sonrisa. -Me acabas de dar una pequeña idea.

-Dime,

-Nah- revolcó mi cabello y saliendo por la puerta llamó a Mila y me ordenó no salir del cuarto hasta que me diera lo permitiera. ¿Qué estaría planeando?

El resto del día se fue más rápido que de costumbre; al lado de Derek siempre era así. Era como mágico. En la noche me invitó a cenar comida italiana y me divertí bastante con su humor recordando los momentos en su penthouse y muchas cosas vividas.

Comentaba que en mí encontró todo lo que ella no le dio, y desde luego amaba mi sencillez, humildad, mi humor, paciencia y forma de ser sin contar muchas cosas más. Además nuestro lazo se había fortalecido con una confianza que desarrollamos a medida que nos íbamos conociendo e íbamos forjando una repentina amistad. Odiaba el que Emma siempre intentara verse tan perfecta ante él cuando no era necesario o en otras palabras no era nada natural, no era ella y nunca lo fue. En cambio yo era tan torpe delante de él como lo podía ser delante de mis padres. Era salvaje para muchas cosas y apasionada en lo que realmente me interesaba; y él lo podía ver. Tantas cosas que nos hacían tan imperfectos que creaban un ambiente perfecto entre los dos.

-Ahora si Derek. Confiesa con quién perdiste tu virginidad.

-Uuff...- se sonrojó suspirando y alcé una ceja sonriendo. -Pues con la hermana de uno de los jugadores del equipo de la clasificación sub 20. Yo tenía diecinueve.

-Interesante- respondí mirando mis ravioles.

-Ahora sí tú.

-¿qué tengo que decir yo?

-Con quién perdiste la virginidad,

-Pues, adivine.

-Estás loca. Cómo crees que voy a adivinar...

Alcé los hombros intentando que él me siguiera el juego sin sentido.

Estando en Berlín - (Manuel Neuer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora