Kiribaku

92.7K 3.6K 2.3K
                                    

La blanca nieve caía desde el cielo gris, invadiendo los jardines de la academia.

La mayoría de los estudiantes de la clase 1-A se encontraban reunidos en la sala común disfrutando de una tarde de películas, pero dos de ellos eran los que más destacaban.

Eijiro Kirishima entraba por las grandes puertas de los dormitorios con un rubio entre sus brazos.

Bakugou Katsuki dormía tranquilamente entre los cálidos brazos de su novio, apoyado cómodamente contra el fuerte pecho, ignorando la conmocion que se había creado a su alrededor.

Pero para entender como es que estos dos chicos acabaron en esta situación debemos ir algunas horas atrás.

El día transcurría con demasiada calma para ser un lunes, faltaban pocos minutos para el comienzo de las clases y era de extrañar que el rubio explosivo aún no se presentará, ya qué siempre solía llegar de los primeros.

Se oyeron explosiones en el pasillo y escandalosas carcajadas, cada vez más fuertes, hasta que la puerta se abrió con un fuerte golpe.

Dando paso a un sonrojado Katsuki con su típica expresión de estreñido. Pero lo que más causo sensación entre los futuros héroes fue el poleron rojo de crimson riot que Bakugou traía debajo de la chaqueta del uniforme.

Poleron que muchas veces habían visto vestir a Kirishima.

Los rumores no tardaron en llegar y la pegajosa actitud del pelirrojo solo les daba más material para hablar.

Aunque claro, todo el bullicio fue cortado por la llegada de mamá oruga.

Katsuki no se sacó el poleron en todo el día, ganándose burlas de parte de su squad, las cuáles hacía callar con explosiones.

Debido a las condiciones climáticas el director Nezu prohibió el entrenamiento en el exterior, por lo cuál, la jornada escolar para la clase 1-A termino mucho antes.

La mayoría de los estudiantes ya estaban armando planes para disfrutar del tiempo libre.

Kaminari y Mina estaban pensando en invadir la habitación de Bakugou para hacer una tarde de viedeojuegos. Pero cuándo fueron a decirle a Kirishima para que convenciera al rubio, este les dijo que ya tenían planes.

Mina, Kaminari y Sero se alejaron entre comentarios subidos de tonos y burlas hacía el trasero del rubio.

Kirishima tuvo que retener a su novio para que no fuera detrás de ellos.

Cuando Bakugou ya estuvo calmado se dirigieron al salón de entrenamiento, aquél que ocupaban todos los días sin falta desde hace más de cuatro meses.

Aquél lugar era sagrado para ambos. Allí fue la primera conversación profunda que tuvieron, su primer acercamiento, la primera carcajada de Bakugou, la primera vez que el pelirrojo lloró frente a su compañero. Allí fue la timida declaración del explosivo, su primer beso, la primera caricia llena de amor... su relación se fue forjando dia a dia entre ésas cuatro paredes.

Como ya era habitual comenzaron con su rutina diaria, la cual se veía interrumpida cada cinco minutos para una sesión de lentos y profundos besos.

Y asi se pasaron las horas, sin saber cómo terminaron atrapados en una competencia de barras. Cuándo ya iban cerca de las 200 Kirishima vio los brazos temblando de su pareja y se dejó vencer.

Cayeron sobre las colchonetas y se quedaron recostados ahí por un largo rato, con sus manos unidas en un fuerte agarre.

Cuando el teñido comenzo a tener escalofríos decidió que ya era tiempo de irse, más su sorpresa fue grande al encontrarse a su novio con la expresión relajada, la respiración acompasada y los hermosos rubíes cerrados.

Sin poder evitarlo sonrío y comenzó a acariciar los suaves cabellos rubios, sintiendo su pecho hincharse de orgullo cada vez que Katsuki se inclinaba en busca de su toque.

La musculosa negra que siempre usaba Bakugou dejaba mucha piel expuesta, luciendo provocativo ante los ojos del pelirrojo. Ademas que la prenda se subía en la parte del abdomen, dejando a la vista las marcas moradas de sus manos en la estrecha cintura que quedaron de la noche anterior.

Kirishima se colocó del color de su cabello al recordar como es que quedaron esas marcas ahí y carraspeo para recuperar la compostura, se arrodilló frente al rubio y lo mecio suavemente, tratando de despertarle.

Si se quedaban por más tiempo era probable que pescaran un resfriado.

Las largas pestañas se abrieron lentamente, exponiendo unos hermosos ojos rojos brillantes y confundidos, más al ver el rostro tan conocido sus pupilas se dilataron.

-Ven y abrázame- Exigió suavemente, pareciendo un niño caprichoso.

-Ahora no Blasty, tenemos que irnos- Usando toda su fuerza de voluntad, el chico se resistió a los encantos de su novio.

-Entonces ya no te quiero- Comento, haciendo un puchero- Estúpido Eijiro- Murmuró con los ojos llorosos, más dormido que despierto.

-Esta bien, esta bien, haré lo que tu quieras, pero primero tienes que ponerte mi poleron- Condicionó, persuadiendolo sutilmente.

-Maldito posesivo- Murmuro entre dientes, dejándose hacer por su novio.

Lentamente Kirishima le coloco la prenda, disfrutando de los comentarios que Bakugou nunca haría estando consciente.

Su hermoso rubio era tan vulnerable y tierno cuando estaba al borde del mundo de los sueños.

-Ahora si puedes abrazarme Katsuki- Hablo suave a su oído.

Los brazos del rubio se cruzaron por su cuello, en un agarre firme, tirando del héroe hacia abajo.

Pero Kirishima aprovechó este momento para levantar al explosivo entre sus brazos, sonriendo satisfecho al no obtener una queja, al contrarío, Bakugou se acomodó contra su pecho en busca de calor.

-Katsuki... promete que solo me mostraras éste lado tuyo a mí- Hablo el teñido con voz seria.

El ojirubi lo miro confundido, sin saber porque su novio había cambiado el tono de voz.

-No digas idioteces... sabes que solo tu puedes verme así, solo tu puedes tocarme y besarme, estúpido pelo pincho- Murmuro, escondiendose avergonzado en el fuerte pecho.

Kirishima sonrió con los ojos llorosos, agradeciéndole a todos los dioses por el novio tan adorable que tenía.

Y así es como volvemos al principió de ésta historia, con Kirishima cargando a su novio dormido a través de la sala común de los dormitorios, ganandose la mirada de todos los presentes.

Caminó sin dirigirle la mirada a nadie, toda su atención estaba enfocada en que nada ni nadie despertara al joven que dormía tranquilamente.

Su misión era llegar a su habitación y recostarse a descansar todo el tiempo que quedaba junto a su hermoso rubio. Mimarlo y darle todos los besos que no pudo durante el día, acariciar sus cabellos y hacerle vergonzosas preguntas que serian respondidas con absoluta sinceridad.

Definitivamente Kirishima amaba lo adorable que podía ser su rubio explosivo.

Bakugou Pasivo •One Shots•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora