Capítulo 33. "Algún día vestirás estas rayas"

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P.O.V Arturo.

-Buenos días, joven-una vez que baje el vidrio de la camioneta me dispuse a sacar una carpeta-¿A que asunto viene?

-Buenos días, me citaron para dejar esto-le muestro la carpeta y seguido el toma los papeles.

-Arturo Gónzalez-asentí con una sonrisa-Bienvenido, en unos momentos le indico donde esta la oficina.

-Gracias, muy amable-el guardia dio indicaciones de abrir el porton y me dejo ver el grande estacionamiento.

Mientras me estacionaba pude notar que había dos canchas de mi lado izquierdo, una cancha en la parte de abajo y de mi lado derecho había una calle en el fondo, supongo que hay más de la parte trasera.

Tomé lo que iba a necesitar y bajé del auto, el guardia se acerca y me indica a donde ir, yo ya sabía con quien dirigirme. Caminé hacia la puerta y encuentro a la recepcionista.

-Buenos días, me citaron para dejar estos papeles-hizo caso omiso a la carpeta sin tomarla.

-¿Arturo Gónzalez?-sonrió.

-Así es-devolví sonrisa sin despegar mis labios.

-Permiteme-tomó el télefono y le di su espacio, me dispuse a ver fuera, el auto que estaba estacionado se me hacía conocido y el golpe de la parte de atrás más-Arturo...perdón, joven-me sacó de mis pensamientos.

-¿Sí?

-En unos momentos lo reciben.

-Gracias, señorita-asentí.

Lo curioso de aquí es que no hay donde sentarse solo en la parte de afuera, es como un patio, tiene dos arboles grandes en el centro y bancas pegadas a la pared.

-Alfonso, bienvenido-me giré a verlo y extendió su mano.

-Davino, un gusto-estreché su mano.

-Estoy por terminar con una persona y después estaré contigo.

-No hay ningún problema, esperaré.

-Con gusto puedes conocer las instalaciones, ¿Te convendría que te mande a alguien que te dé un tour?-Sacó su celular.

-No, no hace falta, muchas gracias-me pidió disculpas una vez más y salí.

Me acerqué al auto y pude notar bien el golpe, sin duda es de ella, ella hasta aquí. Sin darme cuenta ya estaba sonriendo como idiota. Antes que alguien me viera y diga lo bruto que me veía, caminé hacia las canchas, en la cancha de abajo las chicas ya salían del entrenamiento y supongo que se dirigían a los vestidores, algunas se encontraban en el gimnansio.

Pensé que era el único aquí, me alegra saber que hay alguien mas de mi edad, estaba sentado en la barra que daba a la cancha. Este chavo lo conozco.

-¿Rodolfo?-se giró al verme y frunció el seño divertido-¿Qué haces aquí?-seguido nos abrazamos.

-¿Qué haces tú aquí?-dijo divertido.

-Vine a dejar unos papeles, ¿Y tú? No me digas que también serás refuerzo-dije emocionado y el rió.

-No, vine acompañar a mi novia al entrenamiento.

-¿Tu novia juega con las rayadas? Me impresiona que de Pachuca encontraste en Monterrey-él sonrió.

-¿Ya conoces las instalaciones?-negué con la cabeza-Ni yo, te acompaño.

Caminamos hacia la otra parte del Barrial-Cuentame Rodo, ¿que has hecho de tu vida? ¿tú novia?-

-Pues, después del campeonato a mis 22 años aún sigo jugando para Pachuca, no tengo planes de salir a menos que sea para Europa-asentí- ¿Y mi novia? Es una mujer increíble, agradezco haberla conocido por este medio, es encantadora, sencilla, es una gran persona-notaba su ilusióm cuando hablaba de ella.

-Me alegra ver a mi compañero de 8 años siendo feliz-sonrió con vergüenza-Te lo mereces Piza-palmeaba su espalda.

-¿Qué hay de ti? ¿Tienes alguna chica detrás de ti?-dijo pícaro.

-Más bien yo ando detrás de ella-sonreí-No la conozco, solo sé su nombre y sé que juega en este equipo.

-Tal vez mi novia la conozca, dime cuál es su nombre y te puedo ayudar.

-Joven, el Señor Davino me mandó por usted-una voz detrás interrumpió hacernos girar.

-Claro, muchas gracias-el señor se adelantó-Nos debemos una platica, me dio gusto verte Rodo.

-Hasta pronto Ponchito-caminé y el se quedo atrás.

-Oye-levantó su mirada hacia mí-Algún día vestirás estas rayas.

-¿Tan seguro estás?-se burló

-Tienes que pasar por aquí antes de irte a Europa-ambos sonreímos y me apresuré al caminar.

-Cuidado-escuche que dijo cuando ya le había pegado con mi hombro y mis papeles se disparcieron en el suelo.

-Perdón-fue lo único que pude decir, me preocupaban mis hojas.

-Te ayudo-soltó su mochila y comenzó a recoger los papeles.

Levanté mi mirada y era ella, me sentía nervioso pero pude sacar palabras de mi boca-Por lo que veo te gusta chocar

-¿Perdón?-mantenía su mirada en mis papeles.

-Te perdono ____-le dediqué una sonrisa.

-Arturo-dijo en voz alta mientras leía-Arturo Gónzalez

-Más fácil "Ponchito"-me levanté ofreciendo mi mano para ayudarla

-Ah, el guapo-frunció sus labios.

-Gracias, tu también estas preciosa-guiñé el ojo.

-No lo digo yo, lo dicen mis compañeras-me esquivó sin decir nada más.

-Yo si lo digo para ti-sonreí y sentí como me ponía rojo.

P.O.V Rodolfo.

A lo lejos ví que ___ venía y me acerqué-Lista amor-tomé su mochila y la coloqué en la cajuela-Conocí el barrial, otro nivel.

-¿Quién te dio el tour?-dijo impresionada.

-Un viejo amigo, me gustaría presentartelo-conducí hacia la salida-De hecho fue él quien me llevo a tu casa-se giró impresionada.

-¿Y qué hace aquí?

-Vino a dejar papelería. ¿Sabés lo que me dijo? Que algún día vestiré esas rayas-yo reí y ella me observaba-¿Qué amor?

-¿No te gustaría jugar para Monterrey?-sonrió con ilusión.

-No esta en mis planes salir de Pachuca y no es mi decisión a donde ir.

-Oh, vamos amor, imaginate con la jersey número diez-estaba entusiasmada.

-Me quedaría grande ese número, baby, no puedo imaginarme donde no lo siento-

-Espero cambies de opinión el día que te toqué estar aquí-sentí como bajé sus ilusiones de un jalón.
Hubo un largo silencio y decidí romperlo.

-Me gusta el veinte-de reojo noté como su sonrisa se dibujo.

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