Capítulo 39. "Un siempre juntos en un anillo"

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-Oh, que bien-sonrío sin mostrar su dentadura-y ¿De que querías hablar?-

-De ___, ¿cuales son tus intenciones con ella?-me recargué en el auto.

Suelta una pequeña risa-Esa pregunta la espero de su papá, no de ti, Erick, lamento que hayas conducido dos horas pero no tengo que explicarte nada ni a ti ni a nadie.

-¿Ni a su novio?-frunció el seño-Dime algo, tan si quiera ¿Sabes quién es su novio?

-No y no es a fuerzas saberlo-dijo obvio y yo reí.

-¿No ves televisión... redes?-el negaba con la cabeza.

-Tengo cara que me interese saber de su relación-dijo sin expresión.

-Deberías Ponchito, por tu bien no intentes otra cosa con ella.

-Lo que haga o deje de hacer eso no es asunto tuyo-

-¿Sabes que? Te iba a decir quien es su novio pero por terco voy a dejar que tu te des cuenta-alcé mis hombros. Me di la vuelta para subirme al auto.

-Vamos Erick, ya conduciste hasta aquí-se asoma por la ventana.

-Te daré un consejo, tu sabes si lo tomas. Alejate de ella o perderás amistades de años-guiñé el ojo y arranqué el auto.

___.

Cuando abrí mis ojos, otros ojos me observaban, Erick no podía de la emoción para salir corriendo por mis papás. Tuve tiempo para observar donde me encontraba, deseaba estar en mi casa, los hospitales me causan escalofríos.
Muchas flores a mi alrededor, la mayoría rojas y pocas son tulipanes, facilmente puedo confirmar quien las trajo, porque saben que son mis favoritas. Algunas estaban marchitas, ahí supe que he estado aquí más de dos días y por la emoción de Erick confirmaba que no había despertado. Ahora entiendo, lo que soñé duro toda una vida.

Cuando ví a mis padres entrar por la puerta lo primero que hice fue preguntar por Rodolfo. Avergonzados no sabían como darme la noticia hasta que Erick se encargo de apoyarlos, exaltada traté de sentarme pero los cables pegados a mi cuerpo no me lo permitían tanto. Lograron calmarme al comentarme que había sido operado y su mejoría se verá a lo largo de los meses. También dijeron que ha estado viniendo a verme pero justo hoy se fue a descansar. Papá se encargó de llamarle e informarle que he reaccionado.

Me siento como nueva, es gracioso, porque siento que viví muchas cosas cuando solo dormía.

-Estoy muy feliz que hayas despertado-dijo Guti al sentarse en la cama frente a mi.

-Y yo estoy feliz que estes aquí-sonreí-Cuando pasó el accidente tenía una llamada tuya, ¿Aún puedo saber que ocupabas?

-Sonrió-En el partido contra Fiji metí cuatro goles y esos cuatro son tuyos.

-Te adoro mi Erick-regalé una sonrisa y seguido me abrazo.

-¿Puedo preguntarte algo?-dijo una vez que se separó del abrazo.

-A ver, dime-dije atenta a sus reacciones.

-¿De donde conoces a Arturo Gónzalez?.

-¿Arturo?-desvié mi mirada tratando de pensar-Ah, ya, el nuevo de Rayados. Lo he visto muy pocas veces, si no mal recuerdo fue con quién choque una vez pero nada grave.

-¿Entonces cualquier persona que te choque ya tendrá la oportunidad de visitarte cuando quiera?-dijo un poco molesto pero tratando de ocultarlo con su sonrisa.

-¿De que hablas?.

-Te trajo estas flores-mostró un ramo de tulipanes-Que a decir verdad han durado más que las mías.

Inconscientemente sonreí. Erick dejó de hacerlo en cuanto me vio.

-Que detalle. Desconozco porque lo hizo, pero habla bien de él-alcé los hombros.

-¿Hablar bien de que? Es un idiota. ___, como tu mejor amigo te prohibo que te relaciones con él-tomó mis manos.

-No le veo nada de malo.

-Yo si, es un imbecil que solo quiere aprovecharse de la situación. Con decirte que su ex lo dejo porque andaba de calenturiento con la novia de César Montes-asintió con seguridad.

-Que idiota y sabes que me dan flojera ese tipo de hombres-rodeé los ojos.

-Prometeme que lo ignorarás.

-Te lo prometo mi celoso-lo abracé por el cuello sintiendo que el me abrazaba por la espalda.

-¿Interrumpo?-escuché esa voz que eriza mi piel.

-No, mi amor, Erick me platicaba sobre el chico nuevo de...-fui interrumpida por él mismo.

-No tienes porque darme explicaciones bonita-se acercó para depositarme un beso el cual se iba alargando.

-Si, claro, yo me tengo que ir, te estaré mensajeando ___, si, adiós-escuché decir y al final pude safarme del beso.

-¡Te quiero!-logré decir y aún tenía a Rodolfo a centímetros de mi rostro.

-Te extrañaba como no tienes idea-pasó su mano por mi mejilla.

-Y yo a ti-se sentó en la cama y me mostró una pequeña caja color blanca.

-Había planeado mucho como darte esto pero no hay nada mejor que dartelo en estos momentos. En las buenas y en las malas, altas y bajas y en las peores. Bonita, mi ___, eres lo que más quiero en esta vida, eres tú con la que quiero compartir mis logros. Quiero una vida contigo para cuidarte para divertirte y hacerte feliz. Y esto, es una promesa que así será-Abre la cajita y deja ver un anillo delgado, pude notar que llevaba nuestra fecha grabada-Este anillo de promesa lo intercambiaré más adelante por uno de compromiso. Te amo preciosa.

Feliz y emocionada lo abrazé, le dije lo mucho que deseaba formar una vida a su lado. Que mis logros son de él. Él sabe todo lo que quise decirle pero entre lagrimas no podía articular mucho las palabras.

 Él sabe todo lo que quise decirle pero entre lagrimas no podía articular mucho las palabras

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Erick.

-Te amo Gilbert-escuché su suave voz detrás de la puerta.

Yo solo sentía como se caía mi mundo a pedazos, el pensar que ese es un paso más cerca de arrebatarme a la mujer que sin duda yo vi primero.

No sé cuando la empecé a querer, pudo haber sido cuando nuestro saludo se convirtió en horas de charla, o tal vez cuando aquel día por más que trataba mis ojos no podían dejar de mirarla, pudo ser cuando luego de estar unas horas juntos sentí que no podía separarme de ella aunque suene exagerado, o quizá cuando mi corazón no latía con la misma fuerza y alegría que cuando pienso en ella.

Ya no sé que hacer para que ella cambie de opinión.

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