Excusas para encontrarnos

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No me cabe más amor en el pecho.

Soonyoung miraba a Jihoon quien estaba sentando frente a él viendo algo en su celular. Hace años ellos habían confesado sus sentimientos uno al otro, pero a pesar de lo que todos esperaban ellos no se volvieron pareja.

—¿Qué tanto miras en tu celular? Puedo morir si no me pones atención.—Jihoon sonrió ante el comentario del mayor.— ponme atención Jihoon.—Soonyoung le aventó un par de papas a la cara.

—Estaba hablando con Seungcheol.—Jihoon dejó de lado su celular.—quiere que salgamos.—Soonyoung bajo la mirada.— creo que le gusto.

—¿Aceptaste?—Soonyoung no quería escuchar la respuesta.— sabes que no quiero saber, iré a pedir una malteada de extra chocolate.—Jihoon sonrió.— ahorita vengo.

Jihoon lo miro ir hacia a caja para pedir su malteada. Se conocían tan bien que Jihoon sabía que aquello era una señal de que Soonyoung se sentía triste o quería evitar algo que le fuera hacer daño, pues su Soonyoung no comía tanto dulce como parecía.

—En un momento me la traerán.—Soonyoung se sentó de nuevo frente a Jihoon.— debí pedir un pastel también.—el intento levantarse siendo detenido por Jihoon.

—No aceptaré sus sentimientos, de hecho le dire que estoy esperando al chico ideal.

—¿Chico ideal?—el menor asintió.

—El chico que desde años tiene mi corazón en sus manos por el cual todos los días puedo sonreír.— Jihoon tomó su mano.— mi mejor amigo, mi pequeño tigre.

—¿¡Hablabas de mi!?—Soonyoung se hizo el sorprendido.— creí que ya había aparecido otro.

—No creo que eso pase, no hay nadie más molesto que tú.— ambos rieron.— sabes que yo quiero darte el mundo entero, pero ahorita es complicado.

—Jihoon no necesito que me des el mundo entero, porque ya te tengo a ti y tú eres mi mundo.– dijo Soonyoung tomando con más fuerza la mano de Jihoon.

—Orden 34.—ambos escucharon a uno de los empleados del lugar y vieron cómo dejaba la gran malteada de chocolate en la mesa.—¿necesitan algo más?

—Estamos bien, gracias.—Jihoon sonrió al ver la expresión de Soonyoung.

—No quiero comer eso, me va a dar algo.—él menor sonrió.

—¿Entonces para que la compraste?

—Te imagine con Seungcheol y me puse triste, y creí que comiendo chocolate se me quitaría, pero ahora temo por mi vida al comerme todo esto.

—Eres un niño Soonyoung, pero aún así te amo.—dijo Jihoon tomando el gran vaso de malteada.— esto me lo comeré yo, porque no quiero que mueras.

Ninguno de los dos pedía más, estaban cómodos siendo amigos aunque se amaran demasiado. Sabían que un día llegaría el día en que tuvieran el valor para amarse completamente.

Soonhoon StoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora