Capítulo XVIII

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El trayecto a la casa de Jimmy fue un poco más largo. Zacky no dijo ni una palabra, sino que iba con su mano acariciando levemente mi rodilla. Mis ojos iban posados en el paisaje que desaparecía conforme a la velocidad del coche. ¿Cómo podía ser posible que alguien fuera tan nocivo y tan necesario para mí? ¿Era posible que fuera tan contradictorio?

Mi mente divagó desde mi infancia con Michael hasta ese momento. A pesar de que fuera 4 años mayor, éramos muy unidos. No solíamos pelear y, como teníamos los mismos gustos, compartíamos salidas y a nuestros amigos.

-Jenna, Jenna.- Me sacudió levemente sacándome de mis pensamientos. Lo miré sin expresión. -Ya llegamos.- Asentí y bajé del coche, quiso tomar mi mano pero la rechacé.

-Hasta que llegas gordo...- Dijo Jimmy riéndo. -¡Jenna! ¡Viniste!- Me abrazó y me levantó en el aire, lo que me hizo reír.

Nos adentramos en su casa. El ambiente estaba cargado de humo de tabaco, hacía calor por la cantidad de personas que habían ahí dentro. Pude reconocer a algunos con los que compartí la secundaria pero, no me molesté en saludarlos dado que no tenía ningún tipo de amistad con ellos.

-¡Hey muñeca!- Exclamó Brian alzando una botella de cerveza. Sonreí tímida y lo saludé con la mano.

-¿Dónde están los demás?- Preguntó Zacky. Brian alzó los hombros e hizo una mueca de "no lo sé."

-Matt estaba con Emilie por ahí. Johnny se fue con Abby, seguramente a procrear.-

-Eso suena asqueroso.- Dije riéndo.

-Puedo demostrarte que no lo es.- Susurró Zacky cerca de mi oído. Negué con la cabeza y me alejé de él.

Comencé a buscar a Emilie con la mirada hasta que mis ojos dieron con otros color miel. Esos ojos que me miraron durante un año con cariño y que me hicieron tanto daño al mirarme con odio por no entregarle mi cuerpo.

-¡¿Jenna?!- Exclamó al verme y comenzó a acercarse. Instintivamente tomé la mano de Zacky con los ojos bien abiertos mientras retrocedía los pasos que él se acercaba.

-Nicholas.- Dije perpleja cuando estuvo frente a mí.

-¿Cómo has estado preciosa?- Sonrió y me abrazó. Mi mano seguía presionando la de Zacky pero él me soltó al ver la situación.

-Uhm... Bien... ¿Y tú?- Logré articular mientras lo examinaba.

Estaba más apuesto, más delgado, más maduro... Como si estos años le hubieran sentado mejor. Su cabello estaba más largo y un leve flequillo caía de lado por su frente y el comienzo de sus cejas. Tenía más musculatura pero un poco menos de masa corporal.

-¡Estás espectacular!- Admiró.

-Gracias, tú también.- Dije tímida y sonrojada.

-Iré con los chicos, ¿Vienes?- Interrumpió un Zacky molesto.

-Uhm sí, ya los alcanzo.-

-No te tardes, Abby llegó.- Dijo serio.

-Lo siento, Nicholas. Debo irme.- Tomó mi mano.

-No te vayas... ¿Qué te parece si tomamos un trago? Por los viejos tiempos.- Mi subconsciente decía "¡no lo hagas, no lo hagas!" pero finalmente acepté. Después de todo, ¿Qué podría pasar?

Estuvimos un buen rato hablando de nuestras vidas, bueno, en realidad él habló, yo me limité a escuchar. No quería hablarle de mí, algo en él me daba mala espina.

-Cuéntame sobre tí.- Dijo con una radiante sonrisa en el rostro.

-Pues... No hay mucho que contar.- Me sonrojé. "No, claro que no. Sólo que el tipo que se llevó mi virginidad y que me trae en una montaña rusa de sentimientos está parado ahí, asesinandote con la mirada." pensé.

-Oh, vamos... ¿No hay nada que hayas hecho en estos últimos tres años?-

-Uhm... Sólo estoy estudiando en la universidad.-

-¡Eso es genial!- En ese momento unos chicos lo llamaron. Pude ver que eran Connor, Alex y Sam, sus mejores amigos. -Uh... Debo irme, pero promete que saldremos algún día.-

-Uhm...- En ese momento apareció la "garrapata" para salvarme.

-Jenna, tienes que venir. Abby está como loca, está muy ebria y no le hace caso a nadie.- Asentí.

-Adiós, Nick.- Saludé con la mano, él sonrió y se fue con sus amigos. Volví mi vista a Zacky. -¿Dónde está Abigail?-

-¿Quién es él?- Preguntó serio.

-¿Vas a responderme?- Alcé una ceja y él ni siquiera se inmutó.

-Creeme, Abby está bien. ¿Quién es él?- Reiteró con una pizca de enojo en su voz.

-¡Mi ex novio! ¡¿Contento?!- Grité.

-¿Ese es el que... ¡¿Estás loca?! ¡Nunca... Oyeme bien, NUNCA, te acerques a alguien que te hizo daño o intentó hacerlo, más si es hombre.-

-Haré lo que quiera.-

-No quiero que te acerques a él.- ¿Estaba celoso?

-¡Tú no me mandas!- Grité enfadada.

-¡No dejaré que se te acerque! ¡Eres mía, Jenna!- Gritó y se abalanzó sobre mis labios adelante de todos.

¿Por qué me besaba? ¿Por qué jugaba conmigo? No quería que lo hiciera, ¿O sí?.. Sus labios se movieron en perfecta sincronía con los míos haciéndome temblar por dentro. De fondo se escuchaban las exclamaciones de asombro de todos y yo, una vez más, ya me había acostumbrado a su sabor.

-Eres mía.- Susurró contra mis labios en un suspiro de excitación. -De nadie más, sólo mía.- Me tenía hechizada, ambos, con los ojos cerrados.

-N... No, Zachary.- Dudé. Me besó nuevamente pero con más fuerza.

-Me pone que me digas así. ¡Maldición!- Gruñó mirándome fijamente para luego besarme con aún más pasión que antes y yo, ya estaba totalmente sometida. Presionó mi cintura con su mano derecha mientras que, con la izquierda, me sostenía el cuello.

-No... Detente.- Rogué mientras nuestras bocas se juntaban y se separaban en pequeños besos de pico.

-No quieres que me detenga.- Dijo con los ojos encendidos. Interpuse mis manos entre su pecho y el mío.

-Sí, quiero que lo hagas.- Dije intentando no distraerme con su abultado pantalón y el calor que emanaba su pecho en mis manos.

-Bien, como quieras.- Sonrió cínicamente y se fue a buscar un trago.

Dirty Little Secret... Who has to know?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora