Capítulo XLV

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Abrí la puerta y, al verme, su rostro de sorpresa se ocultó bajo uno sin expresión. Mi corazón latía a toda velocidad, mi pecho subía y bajaba abruptamente a causa de mi respiración sobresaltada, mi cuerpo temblaba y mis ojos amenazaban con sacar lágrimas a la luz. Sus ojos se posaron en los míos y finalmente caminé hasta quedar parada al lado de su camilla.

-Jenna...- Antes de que pudiera terminar, tomé su rostro entre mis manos y lo besé como nunca antes lo había besado, ni a él ni a nadie. Mis labios le transmitieron mi miedo, mi angustia y mi cariño. Si había algo que no quería era tenerlo lejos. Afortunadamente no se resistió sino que, con su brazo sano, tiró del mío haciéndome sentar en la camilla para luego, posar su mano en mi nuca e introducir su lengua en mi boca.

-No vuelvas a asustarme de esa manera.- Susurré sobre sus labios mientras más lágrimas caían de mis ojos. ¿De dónde sacaba tantas lágrimas?

-Lo siento, no vi venir el coche.-

-No hablaba de eso...- Me separé para mirarlo a los ojos. -No me importa si sólo nos revolcamos, no quiero que te alejes de mí.- Su ceño se frunció y sus ojos también se cristalizaron.

-Perdóname, perdóname pequeña.- Me abrazó y escondí mi rostro en el hueco de su cuello.

-No me alejes, ya no más.- Dije con un hilo de voz.

-Pero Brian...-

-Eso no importa.- No le iba a decir de mi charla con él, que se enterara por sí mismo en cuanto hablaran.

-Pero...- Lo interrumpí.

-Habla con él, luego sacarás tus conclusiones.- Me acerqué a él y lo miré fijo a los ojos. -No sabes lo feliz que estoy de saber que estás bien.- Se acercó y rozó mi nariz con la suya.

-Jenna, yo...- Unos toques en la puerta lo interrumpieron.

-Disculpen...- Era la doctora. -En unos momentos te trasladaremos a una habitación.- Le sonrió de una manera que me hizo hervir la sangre. "Tranquila Jenna, es una doctora. No debes sentir celos." me decía a mí misma. Le sonreí fingidamente y tomé la mano de él, gesto por el cuál su sonrisa desapareció.

Unas horas después, lo pasaron a una habitación por su rápida evolución. Lo visitaron todos y él se veía feliz. Su sonrisa había vuelto a iluminar el ambiente y, sobre todo, me había iluminado a mí.

La noche siguiente, se quedaron Brian y Jimmy. Me quise quedar pero me mandaron a casa prácticamente a la fuerza, estaba muy cansada y no podía mantenerme despierta. Emilie y Abigail se quedaron en casa conmigo.

-Y... Johnny me propuso de ir de gira con ellos...- Em asintió.

-A mí me lo dijo Matt.-

-¿Qué está ocurriendo entre Sanders y tú?- Le guiñé el ojo y se sonrojó.

-Sólo somos amigos.- Dijo riendo.

-¿Lo besaste?- Preguntó Abby.

-Uhm... No.- Murmuró. Sus mejillas estaban carmesí.

-¡Oh por dios! ¡Lo besaste!- Chilló.

-¡Cierra la boca, Stinson!-

-¡Oigan, oigan, ya calmense! Em... ¿Por qué no nos dijiste?-

-Porque... No lo sé, supongo que creí que mantener un perfil bajo ante todo esto era mejor.- Mi amiga pensaba exactamente igual que yo, la diferencia era que las únicas personas que no sabían de mi pasado con Zacky eran ellas.

-Creo que Emilie no es la única que nos debe poner al día con ciertas cosas ¿Cierto, Jenna?- Abby me miró esperando una respuesta. Emilie frunció el ceño.

-Sí, Ab, tienes razón.- Suspiré. Era hora de dejar de ser injusta con mis amigas. -¿Recuerdan que yo ya conocía a los chicos?- Asintieron. -Bueno, los conocí en una fiesta, mucho antes de conocerlas a ustedes... Al primero que conocí fue a Zachary, me gustaba mucho.- Sonreí al recordarlo con su cabello largo y teñido de violeta en los costados, sus ojos delineados y sus múltiples piercings. -Luego, los conocí a los demás.-

-¡Ay! ¿Cómo era mi gnomito?- Preguntó Abby.

-A decir verdad, estaban todos jodidamente buenos... ¡Con todo respeto!- Me retracté antes de que pudieran decir algo. -Pero él... Era diferente, me atraía de otra manera. Bueno, nos embriagamos todos juntos, nos divertimos y... En un momento, comenzamos a besarnos y... Lo hicimos... Perdí mi virginidad con él.- Un gemido de sorpresa vino de ambas y me sonrojé.

Dirty Little Secret... Who has to know?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora