Capítulo LXVII

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Mis padres se miraron y se sentaron frente a mí sin decir ni una palabra. Estaba nerviosa pero había decidido que iría a la gira y que nada ni nadie me lo iba a impedir.

-Haremos... Un viaje.-

-¿Cómo que haremos?-

-Las chicas, los chicos y yo.-

-¿Y se puede saber a dónde?-

Mi padre no decía nada, sólo escuchaba con atención y su semblante serio. Su penetrante mirada gris ponía incómodo a cualquiera, al igual que lo estaba haciendo conmigo. Y si me ponía a pensar, había sacado sus ojos... Y su manera de mirar.

-Ellos tienen una banda y harán un tour por todo California.-

-Eso no suena muy convincente, ni seguro.- Habló él finalmente.

-Sólo les estoy avisando que iré con ellos.- "¡Mal, Jenna! ¡Muy mal!"

-No estoy de acuerdo.- Lo miré fijo, de la misma forma que él.

-¿Ahora sí me hablas? ¡Qué curioso!-

-Jenna, respeta a tu padre.- Sentenció mi mamá.

-¡Lo hago! ¿Pero él lo hace?- Volví la mirada hacia él. -No me hablas, salvo para decirme que no iré con ellos. Qué conveniente... Se nota que no quieres que esto funcione.-

-Él quiere, hija pero tú no te disculpas.-

-¡Deja de hablar por él, mamá! ¡Y no tengo que disculparme por nada, tú sí!- Lo miré una vez más. Desvió la mirada.

-No irás y es mi última palabra.-

-¿Ah sí? Quiero una razón coherente.- Estaba siendo tediosa y caprichosa pero no me importaba.

-Porque... Porque no es seguro.-

-Nada malo me ocurrirá, entre todos nos cuidaremos.- Sonreí un poco al pensar en Zacky.

-¿Y qué pasará con la universidad?-

-Cuando vuelva, seguiré estudiando.- Me encogí de hombros. Ambos se quedaron en silencio, serios, como si fueran dos estátuas. Al ver que no decían nada, me levanté del sofá y caminé hasta mi habitación. Mis padres no querían que fuera y se notaba pero si esa era su manera de recomponer las cosas conmigo, estaban equivocados.

-¿Puedo pasar?- Preguntó parado en la puerta. Sólo asentí, sentada en mi cama, mirando al frente. -Sabes que no se me da muy bien el hablar y...-

-Sí, lo sé.-

-Siempre has tenido esa forma de callar a la gente con tus palabras, mostrándoles que se equivocan... Igual que tu madre.- Se sentó frente a mí.

-Sí, también tengo tu temperamento... Y tú rencor.-

-Eso es lo que te hace más fuerte, tienes ambas cosas que te hacen enfrentar a cualquiera, no les temes ni te dejas pisotear por nadie.- Carraspeó y siguió. -Eres muy valiente, mi niña... Y yo, soy un estúpido egoísta.-

-Papá, eso no...-

-Sí, lo soy. Me dejé llevar por las apariencias y las traté muy mal, a tí y a tu hermana. Me comporté mal con mis tres hijos... ¿Crees que puedas perdonar a este viejo que se equivocó?- Lo miré recelosa. Mi padre era muchas cosas pero no estúpido, sabía que siempre habíamos tenido un vínculo especial, incluso mayor que el que tenía con mamá. Sabía que sólo le bastaba con disculparse para que yo volviera a tratarlo como antes.

-¿Por qué? ¿Por qué ahora?-

-Porque no quiero pasarme la vida alejado de lo que más amo. Eres mi creación hija, no puedo, no quiero arrepentirme de no haber estado ahí cuando lo necesitaste.- Me acercó hacia él y me abrazó -Eres una niña odiosa y caprichosa, lo más valioso que tengo.- Al sentir los brazos de mi padre rodearme, sentí una extraña felicidad seguida de una gran amargura por no haberlo abrazado en tanto tiempo. No me quedaban lágrimas por llorar así que sólo sonreí y suspiré. -Y si te vas a ir, al menos quiero estar seguro de que vas a estar bien cuidada.-

Dirty Little Secret... Who has to know?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora