Capítulo V

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Las cosas salieron bien. Bueno, depende de la perspectiva. Lo último que recuerdo es que me senté en el sillón y bueno... Creo que me dormí, porque cuando me levanté eran las doce del mediodía y tenía a Zacky durmiendo a mi lado.

-¿Qué?.. Zachary ¿Qué demonios haces?- Pregunté dormida. Tenía una resaca de los mil demonios y no recordaba mucho de la noche anterior.

-Hmmm.- Se quejó. -Sabes que me pone loco que me digas así.- Abrí los ojos como platos y me senté de golpe en el sofá. Claramente mi cabeza respondió con un dolor que parecía se iba a romper cual cascarón de huevo.

-¡¿Qué?!- Lo miré y noté un peculiar detalle, su brazo estaba rodeando mi cintura como un niño que duerme con su peluche.

-Que me dejes dormir.- Dijo con la voz ronca. Saqué bruscamente su mano de encima mío y miré a mi alrededor sosteniendo mi cabeza y con los ojos entrecerrados.

Habían múltiples colchones tirados en el suelo. Brian, Jimmy y Matt dormían uno en cada colchón. Abby y Johnny en cambio... ¡¿No estaban?! Saqué mi móvil y escribí un mensaje para mi amiga colorada.

"-¡Oh por dios! ¡Dime que no lo hiciste!-"

Esperé alrededor de diez minutos. No respondió. Me levanté del sofá, Zacky seguía durmiendo. "No puedo creer que haya dormido a mi lado." pensé. Caminé hasta la cocina y comencé a revolver cajones y alacenas buscando algún calmante para mi dolor de cabeza que, con cada minuto que pasaba se hacía más intenso.

-No los encontrarás, no están ahí.- Suspiré con resignación.

-¿No se suponía que estabas durmiendo?- Dije molesta.

-Lo estaba, hasta que decidiste estampar mi brazo contra mi costilla.- Se acercó y retrocedí. -Hey, tranquila. Sólo toma esto.- Extendió su mano y en ella había un tubo con píldoras.

-¿Qué es esto?- Lo miré desconfiada.

-Píldoras para la resaca, son muy efectivas. Creeme, siempre las tengo para estas fiestas.-

-¿Y cómo sé que no me estás dando otra cosa?-

-Porque...- Se acercó y susurró. -Porque no necesito drogarte para meterte en mi cama. ¿Recuerdas?- Mis mejillas tomaron un leve tono rojizo.

-No, no necesitas drogas. Necesitas mucho alcohol.-

-No me desafíes Jenna.- Posó su mano en mi nuca y susurró en mi oído. -Tengo más control sobre tí del que crees.- Arrastró su labio inferior por mi mejilla hasta llegar a la comisura de mis labios.

-Dame eso.- Dije alejándome y tomando el tubito de su mano, pero fue más rápido y me atrapó la muñeca.

-Espera.- Dijo serio.

-¿A qué estás jugando Zachary?- Pregunté desafiante a centímetros de su rostro. Él sólo rió en silencio.

-Yo no juego Jenna, sólo acomodo las cosas a mi antojo.- Sonrió satisfactoriamente. Decidí cambiar los papeles.

-Y ¿Qué pasaría sí, de repente...- me acerqué a él, posé mi mano en su bajovientre y susurré -... Yo quisiera jugar contigo?- Me acerqué a sus labios y sus ojos se encendieron pero los cerró.

-Jenna, no me provoques porque sabes como terminará esto.-

-Sí, sé cómo terminará.- Dije aún cerca de su rostro. -Tú en una cama y yo en otra.- Abofeteé su mejilla dos veces y la pellizqué burlonamente. Me alejé de él.

-Jenna Summers, vas a pagar por esto.- Murmuró sonriéndo.

-Gracias por las píldoras, Baker.- Sonreí y me fui al comedor riéndo. Los chicos ya habían despertado.

-Jenna ¿Por qué ríes?- Dijo Jimmy y me senté a su lado.

-Porque ahora entiendo como se siente manipular a la gente.-

-¿A quién manipu... ¡Oh!- Sonreí. -Con que estás aprendiendo del experto... Ten cuidado Jenna, tu propio juego puede volverse en tu contra.-

-Deberías hacerle caso, Summers.- Susurró Zacky en mi oído.

-¡Por dios! ¡Deja de aparecerte así!- Me levanté y mi cabeza se quejó. Tomé una píldora y se las devolví a dicho propietario, quien comenzó a dárselas a cada uno de sus amigos.

Fui a la cocina, tomé una botella de agua del refrigerador, la serví en vasos y los llevé.

-¡Awwwww! ¡Eres un amor, Jenn!- Matt me abrazó con sus enormes brazos que, creí me iban a romper. Zacky lo fulminó con la mirada. Brian, en cambio, rió y dijo

-Sí que lo es.-

-¿Alguien sabe por qué el gnomo tiene secuestrada a mi amiga?- Pregunté enfatizando la palabra "mi".

-Yo no diría eso... Más bien ella lo secuestró a él.- Dijo Matt, a lo que abrí los ojos grandes. Abby no era de acostarse con el primero que se le cruzara.

De repente un celular sonó, era el de Zacky. Contestó y su rostro se puso pálido. Se fue de la habitación y a los minutos volvió.

-Jenna, deberías volver a tu casa.-

-¿Me estás hechando?- Alcé una ceja.

-No, claro que no.- Rió. -Tus padres están preocupados.- Lo había olvidado.

-¡Mis padres!- Grité. Salí al patio trasero y llamé a mi prima.

-Jenna Summers... ¡¿Dónde demonios has estado?!- Chilló mi prima. -¡Si Zacky no le hubiera avisado a Matt, tú no lo hacías! Mamá y papá van a matarte. Están muy preocupados.-

-Lo sé Marie, lo siento.- Dije apenada.

-Descuida. Al menos estás bien, eso es lo importante.- Suspiró. -Ven a casa en cuanto puedas.- Colgó.

Me arrepentí de haber ido. Tuve que soportar al imbécil de Zachary y, como si fuera poco, tendría problemas con mis padres por beber hasta el cansancio y por no dar rastros de mi existencia.

-Muchachos, debo irme. Saluden a Abby de mi parte.-

-Te llevo.- Dijo Zacky.

-No, no lo harás.- Exclamé de mal humor.

-Sí, lo haré. Sabes que digas lo que digas lo haré.- Sonrió.

-Bien.- Refunfuñé y revoleé los ojos.

Saludé a los chicos y salí, Con Zachary "Garrapata" Baker detrás mío. Íbamos caminando callados y, por primera vez, su silencio me incomodaba.

-¿Sucede algo?- Pregunté con un hilo de voz.

-Uh... Lamento... Haber dormido a tu lado...- Se rascó la nuca. -No recuerdo como llegué ahí.- Bajó la vista.

Eso definitivamente no me lo esperaba, Zachary ¿discupandose?

-Uhm... Esta bien, descuida.- Me sentí mal por él, aunque se comportara como un patán, lo vi realmente arrepentido.

-¿Zacky?- Ambos nos dimos la vuelta para ver de dónde provenía esa chillona voz. Al ver a la tediosa rubia oxigenada con cara de indignación, lo supe.

Estábamos jodidos.

Dirty Little Secret... Who has to know?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora