Capítulo LVII

441 47 19
                                    

-Marie...- La sacudí. -Linda, despierta.- Me senté a su lado en la cama.

-Hmm.- Se removió entre las sábanas y abrió los ojos. -¿Qué hora es?-

-Son las diez de la noche, debes comer algo.-

-No tengo hambre.- Su rostro estaba hinchado y estaba algo congestionada de tanto llorar.

-Es necesario que comas, tienes que alimentarte bien para que tu bebé no esté débil.-

-No quiero... No quiero tener este bebé.- Desvió su mirada con recelo hacia un costado mientras su mano tocaba su vientre. -Todo este problema fue porque lo tengo dentro mío.-

-Eso no es cierto, abortar no es una solución. No te dejaré hacerlo.-

-No es tu decisión, Jenna. La única razón por la que sigue aquí es por Matt.- "Mierda ¿Por qué por él?" Pensé.

-Quizás deberías hablar con él. Mira, no voy a obligarte a tenerlo, sólo... Habla con él ¿Sí?- Sabía que un aborto no era la solución pero, poniéndome en su lugar, no creía poder tolerar pasar por su misma
situación.

-Lo haré.- Se incorporó y corrió la montaña de pañuelos que había sobre la cama.

-Marie... Necesito que sepas que hablé con él y... Ya sé quién fue la que le contó todo a nuestros padres.-

-¿Y quién fue?-

-Gena...- El silencio inundó la habitación. -Matt se lo contó a ella y se enojó conmigo porque "no debo meterme en sus asuntos" pero creo que merecías saberlo.- Suspiró.

-¿Por qué está tan obsesionada con jodernos la vida?-

-Yo creo que la obsesión no la tiene con nosotras, sino con los hermanos Baker.- De eso me dí cuenta en ese mismo instante y, quisiera o no, debía advertir a Zack. Esa tipa estaba loca y era capaz de hacer cualquier cosa para tenerlos a ambos comiendo de su mano.

-Iré a hablar con él... Ahora.- Exclamó. Se levantó, se vistió y se fue sin decir palabra alguna.

Suspiré, aún sentada en la enorme cama, me dejé caer hacia atrás y masajeé mis sienes. Mi cabeza estaba a punto de estallar y lo único que necesitaba era estar con él, así que le envié un mensaje.

"-¿Estás ahí?-"

No pasaron ni 5 minutos que respondió.

"-Sí, nena. ¿Qué ocurre?-"

"-Te necesito.-"

No sabía porqué me había afectado tanto escribir esas dos palabras, mis entrañas rugían de los nervios y mis pies se movían con impaciencia esperando una respuesta que jamás llegó. Me entristecí al pensar en que quizás le pareció absurdo ese mensaje y, veinte minutos después, tres golpes en la puerta de la habitación me sacaron de mis pensamientos.

-Marie...- Suspiré caminando hacia la puerta. -Está abiert...- Al abrir la puerta me lo encontré, parado frente a mí, sonriente.

-Me gusta que me digas que me necesitas.- Sonreí y me atrajo hacia él para besarme delicadamente.

-Gracias por venir, de veras necesitaba esto.- Murmuré entre sus brazos, mientras aspiraba el aroma masculino y adictivo de su perfume que dilataba mis pupilas.

-Tu prima está en mi casa.-

-Lo sé.-

-¿Quieres caminar? Podemos simular tener una cita normal. Comer un helado quizás...-

-Jamás podríamos tener una cita normal, tú y yo no somos normales.- Reí leve.

-Es cierto, por eso dije "simular".-

-Bien, en ese caso, me gustaría simular una cita normal contigo.- Besé su mejilla y salimos de la habitación tomados de la mano.

Se sentía bien saber que mis sentimientos eran bien correspondidos por él, a su lado me sentía segura y querida. "Es todo, Jenna, estás perdida." Me dijo mi subconsciente.

Y tenía razón, lo estaba.

Dirty Little Secret... Who has to know?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora