Capítulo LXXI

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-¡Qué bueno que vinieron!- Exclamó Bert sonriendo y abrazándome para luego saludar a Zack, quien sostenía mi
mano firmemente. -Por favor pasen, Quinn está preparando la cena.-

Era un bonito departamento, pequeño y decorado en tonos de gris plata, negro y blanco. Pasé sonriente y ellos caminaron detrás mío. Se notaba a miles de metros lo incomodo que se sentía Zack pero se lo merecía... Por celoso. Nos dirigimos a la cocina y pude ver la espalda y el cabello rubio de un chico alto, parado frente a la estufa.

-Ya llegaron.- Dijo Bert muy casual. A simple vista, no se notaba que era gay pero al ver cómo miraba a Quinn, sabías todo lo que había entre ellos.

-Hola, soy Quinn... Allman.- Dijo el rubio acercándose y estrechando su mano.

-Jenna Summers, es un placer.- Sonreí lo más genuinamente posible, estaba feliz de saber que alguien como Bert había encontrado compartir la felicidad con alguien más.

"Sólo espero que lo haga feliz." Pensé.

-¿Zacky?- Preguntó él rubio. Este asintió algo confundido. -Soy Quinn, del equipo de baseball. ¿Me recuerdas?- Zack abrió los ojos sorprendido.

-¡Maldición, Allman! ¡Ha pasado tanto tiempo!- En ese momento interrumpió Bert.

-¿Se conocen?-

-¡De toda la vida! ¡Esta porquería parrandeaba con nosotros!-Exclamó y despeinó su cabello, luego se abrazaron.

-¿Cómo están los demás?- Mientras Zacky le contaba sobre los chicos, Bert y yo nos encaminamos hacia el living charlando casualmente sobre ningún tema de importancia. Me dispuse a admirar las fotografías que había colgadas de la pared, eran raras pero, a la vez, bonitas.
-Ni siquiera sabía que se conocían.-

-Yo menos.- Murmuré sincera.

-Él te hace bien, ¿verdad?- Preguntó sonriendo. Asentí sin miedo.

-Más de lo que te imaginas.- Lo vi reír y mi estómago dio un vuelco. Era de esas personas que no puedes dejar de ver por más que lo intentes.

La cena estuvo deliciosa, a Quinn se le daba muy bien la cocina, sobre todo la lasagna. De vez en cuando salía alguna que otra anécdota de ellos que nos hacía reír a todos. Zacky se veía feliz, distendido y cómodo, todo lo contrario a como se sentía antes de llegar; y eso, me hacía muy feliz.

-¿Cómo se conocieron?- Preguntó Quinn mirándome fijo. Mis ojos se clavaron en Zacky, quien rió y se sonrojó, lógicamente, por los recuerdos.

-Uhm, bueno... Es una historia graciosa.- Murmuré sonrojada mientras una pequeña risa avergonzada escapaba de mis labios.

-Nos conocimos en tu fiesta.- Afirmó tranquilo. Mis ojos se abrieron a tope. "¿En su fiesta? ¡Maldición! ¡¿Lo hicimos en su cama?! ¡¿En la cama de sus padres?!" Exclamé para mis adentros.

Trágame tierra.

-¿Ah sí? ¿Nos conocíamos, Jenna?- Negué avergonzada.

-Me escabullí en tu fiesta, lo siento.-

-Meh, no hay cuidado.- Sonrió e hizo un ademán con sus manos, como restándole importancia. -Esa noche fue un descontrol, incluso para mí.- Bajó la vista y sonrió.

-Aún así, no contaron cómo.- Exclamó Bert. Ambos intercambiamos miradas por una milésima de segundo y luego él habló.

-A decir verdad, ella me buscó a mí.-

-¡Eso no es cierto!- Exclamé mientras reía. Todas las imágenes se proyectaron en mi mente como si hubiera sido ayer. -Yo lo vi, tocando la guitarra y me gustó.- Me sonrojé.

-Yo también la vi...- Exclamó. -Era una pequeña abominación emo.- Me abrazó por la cintura y me pegó a él, besando mi mejilla. -Así que la tuve que buscar por toda la casa.- Alargó la o de "toda" y rió.

-¿Y dónde estaba?- Preguntó Quinn. Ambos escuchaban atentos como si fueran niños pequeños. Lógicamente, la mezcla del vino de la cena y la cerveza nos estaba empezando a hacer efecto.

-En el porche, fumando.- Afirmé encogiendo mis hombros.

-La encontré, charlamos por un rato, conoció a los chicos y... Aquí estamos.- Sonrió.

-Aww... ¡Eso es tierno!- Dijo Bert sonriendo.

-Pero... ¿Eso es todo?- Ambos asentimos sin siquiera mirarnos. Si había algo en lo que estábamos de acuerdo era en no contar toda la historia. -¡Qué extraño! Si mal no recuerdo, siempre que conocías una chica no parabas hasta que no terminaba en tu cama.-

"O, en este caso, en la tuya." Pensé.

-Bueno, fue algo así... Pero ya no más.- Tomó mi mano. -Sólo con ella.- Lo miré y sonreí, luego, su sonrisa no tardó en buscar la mía.

Seguimos bebiendo cerveza y charlando hasta que Zacky comenzó a ponerse "cariñoso", se había vuelto coqueto y sus manos se habían vuelto algo traviesas. Cuando nos despedimos y caminamos hasta su coche, en el cual me arrinconó antes de subir y me dio un beso suave y lleno de deseo. Mordió mi labio inferior despacio y rozó la punta de su lengua por el mismo.

-Quizás deberíamos pasar esta noche juntos.- Murmuró con la voz más grave que de costumbre. Besó mi cuello, haciéndome estremecer, y sé subió al coche.

La noche aún no terminaba.

Dirty Little Secret... Who has to know?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora