Capítulo LI

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Ya en casa de Abby, me había dedicado a fumar. Hacía bastante tiempo que no lo hacía, puesto que no había sentido nervios hasta ese momento.

-¡Hey, manojito de nervios!- Alcé la vista desde el balcón. -Llegaron.- Cerré los ojos y respiré profundo. "¿Qué mierda me pasa? ¡Son sólo mis amigos!" pensé.

-¡No puedo creerlo! ¿Jenna Summers nerviosa? Debes estar bromeando.- Emilie bromeó y el timbre sonó haciéndome sobresaltar.

-¡Yo abro!- Abrió la puerta y saltó hacia los brazos de Matt en cuanto lo vio. Abigail abrió sus ojos sorprendida y me miró, ambas nos quedamos sin habla al ver esa reacción en ella para con Matt. ¡Definitivamente sentía algo fuerte por él! Sonreí y entré para saludarlos.
-¡Mocosa, te extrañé!- Gritó Jimmy haciéndonos reír. Brian y Johnny me abrazaron y Zacky...

¿Qué puedo decir de él? Se veía perfecto en esos jeans, esa camiseta blanca al cuerpo y su camisa verde sin abotonar. Tenía el cabello más corto y sus ojos tenían unas ojeras, no muy grandes. De todos modos, seguía siendo el mismo chico atractivo que, quisiera o no, me volvía loca.

-Hola preciosa.- Dijo él mientras me sonreía de costado y yo intentaba no morir de los nervios.

-Hola Zack ¿Cómo has est...- No me dejó terminar, jaló de mi brazo hacia él y me besó brevemente para luego susurrar sobre mis labios -Te extrañé.-

-Oigan tórtolos. ¿Quieren ver lo que traje, o no?- Interrumpió Abby haciéndonos separar.

-Uhm, sí.- Dije esquivando su penetrante mirada y los nervios ya se habían apoderado de mí pero ¿Por qué?

Se sentaron en el sofá y se dispusieron a ver las fotos y a escuchar el ultrasonido para luego exclamar un "Aaaaawh" a coro. Era divertido ver a cinco hombres enormes y musculosos morir de ternura de esa manera y, evidentemente, Emilie pensó parecido a mí, ya que reía sola.

Johnny sonreía como un niño al que le hubieran dado el mejor regalo de navidad y acariciaba el abdomen de Abby, quien lo miraba con una ternura con la que nunca la había visto mirar a nadie. "Quizás realmente esté enamorada" pensé.

Cuando terminaron de ver el video de la ecografía, me dirigí a la cocina para preparar café y él aprovechó la situación para tener un momento a solas conmigo.

-¿Cómo estás?-

-Bien.- Rogaba a dios porque no notase mis nervios.

-Jenna...- Se acercó. -Debes dejar de evitarme.-

-No te estoy evitando.- Sentencié rápidamente.

-Claro que sí.- Se acercó y retrocedí unos cuantos pasos hasta que mis caderas dieron con la encimera. -¿Lo ves?- Sonrió. Se veía demasiado calmado. Caminó hasta quedar en frente mío y puso sus brazos a cada lado de mi cuerpo, sobre la encimera.

-¿Y esto? ¿Ahora me vas a acorralar?-

-Si es necesario para que me escuches, sí.- Prosiguió. -No me alejaré de tí, no me sacarás de encima tan fácil.-

-De... ¿Acuerdo?- No sabía qué parte de "No quiero estar alejada de tí" no entendía.

-Mañana iré por tí a la Universidad y no aceptaré un "no" por respuesta.-

-No lo harás.-

-Sabes que lo haré.- Discutir con él era como discutir con la pared, jamás te iba a dar la razón.

-Bien.- Suspiré resignada y sentí su tibio aliento en mi cuello, lo que me hizo erizar la piel e inspirar fuerte.

-Extrañé tu piel, es tan suave.- Susurró. Sus labios se arrastraron por mi cuello hasta llegar a mi mejilla, donde dejó un pequeño beso que hizo vibrar todo mi interior.

-Zack...- Dije casi inaudiblemente. Se separó de mí, haciéndome extrañar su tacto, y sonrió satisfecho. Le encantaba jugar conmigo.

Caminó hacia el living y lo perdí de vista. El café estaba listo pero mi mente estaba perdida en ese pequeño beso que quemaba en mi mejilla.

Dirty Little Secret... Who has to know?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora