Dirty Little Secret... Who has to know?

Capítulo LX

Desperté en la cama de Zacky, transpirada y cubierta con una manta. Todo estaba silencioso, él no estaba en la habitación pero aún no quería levantarme, así que me tapé con la manta y me puse de lado.

-¿Te sientes mejor?- Preguntó entrando en la habitación, un rato después. Asentí. -Te cargué hasta aquí, te dormiste en cuanto salimos de la universidad y no quise despertarte.- Sonreí aún algo dormida y noté que traía una bandeja con algunos sándwiches. -Emilie me dijo que no comiste nada.- Se sentó a mi lado.

-Así es, no tenía hambre.- Zacky acercó uno de los sándwiches a mi boca y giré mi rostro en gesto de asco.

-Vamos, tienes que comer algo.- Negué y cerré los ojos y la boca, cual niña caprichosa. Él rió, dejó el sandwich en la bandeja y se acercó a mi rostro, como para besarme. -Si no comes, Jenna Summers, no habrá postre.- Lo miré divertida y me acerqué para besarlo pero él corrió la vista. -No, señorita.-

-¡Es que no tengo hambre!-

-Jenna, dejate de sandeces y come. De otra manera, no te sentirás mejor.- Su tono había cambiado de divertido a serio. Rodé los ojos y tomé un sandwich de mala gana, lo mordí y lo miré.

-¿Feliz?- Pregunté malhumorada. Asintió satisfecho.

De pronto, ya no quería comer, me sentía terriblemente mal y sentía como si me hubiese comido una docena de sándwiches. Aparté el plato lejos mio, con asco y, en cuanto sentí las náuseas corrí al baño.

-Oh, mierda.- Exclamó entrando detrás mío mientras expulsaba lo poco que había comido. Sostuvo mi cabello y acarició mi espalda como si fuera a aliviar mi dolor y mis náuseas.

-Quiero cepillar mis dientes.- Dije agitada. Sacó un cepillo nuevo y me lo cedió, cosa que agradecí.

-Recuérdame por qué no deberíamos ser padres.-

-Porque usaste condón.-

-Pero ¿Qué tal si...-

-¡Zack, por el amor de dios, no hay razón en el planeta por la que debamos ser padres!- Grité un poco alterada. Luego de cepillar mis dientes, me senté en su cama y suspiré. Él se encontraba sentado, a mi lado, con el mentón sobre sus puños. -Será mejor que me vaya.- Murmuré y me levanté.

-Eso es todo, te llevaré a un médico.- Fruncí el ceño y lo miré en señal de desaprobación. -No es una pregunta.-

-No vas a ordenarme, Zachary Baker.-

-Es cierto... Pero si eres inteligente, y sé que lo eres, irás conmigo... Es por tu bien, nena.- Me acarició los labios con la yema de sus dedos y me besó.

-De... Acuerdo.- Tenía un poco de miedo porque, aunque habíamos usado protección, existía la posibilidad de un accidente. Esas cosas pasan. ¿Cierto?

Ninguno dijo ni una palabra en el camino al hospital. A decir verdad, estaba muy asustada. Lo único que me faltaba para declararme la mujer con peor suerte en el planeta, era ser madre.

-¿Qué te trae por aquí, Jenna?- Dijo el doctor Fitcher, un gran amigo de la familia.

-Necesito... Un análisis de sangre.-

-¿De sangre? No tienes una ETS ¿O sí?-

-¡No! Es que... Quizás... Pueda llegar a estar embarazada.- Miré a Zacky al pronunciar esas palabras. Un sudor frío bajó por mi espalda y apreté su mano en la mía. Estaba asustada, muy asustada, y su expresión no me dejaba tranquila.

-De acuerdo... Siéntate en esa camilla, te extraeré un poco de sangre y haremos un análisis de urgencia.- Pude notar que el doctor, más bien conocido como Charles, estaba igual de nervioso que nosotros. Por su parte, Zacky no tenía expresión alguna en su rostro y su mirada estaba perdida en el piso.

El pinchazo dolió mucho pero, los nervios hacían que mi estómago doliera más.

-Es que... No podría ser posible que estuvieras embarazada, Jenna.- Dijo de repente.

-Hey, también estoy asustada...- Tomé su mano. -Pero debes calmarte.-

Los minutos pasaban y Charles no aparecía, comenzaba a pensar que había sido estúpido venir sin hacer una prueba de embarazo primero. Zacky movía sus dedos nervioso, sentado a mi lado, y no pude evitar recostar mi cabeza en su hombro y aspirar su perfume. Aunque no era momento para ponerse romántica, no pude evitar sonreír al divagar sobre tener un hijo suyo.

-Tenemos los resultados.- Dijo el doctor cerrando la puerta detrás de sí. Mi cuerpo tembló al ver que la expresión de su rostro no era alentadora.